Cuatro por cuatro

"-Trata sobre un misterio
-Qué misterio?
-El de unas reglas que alguien establece y que nadie define del todo. El extraño no conoce las reglas. Las reglas existen, son fuertes, taxativas, pero no están escritas en ningún sitio. Por tanto, no se pueden obedecer ni desobedecer."

Después de la decepción que supuso para mí Cara de pan, Sara Mesa consigue en Cuatro por Cuatro recuperar esa atmósfera claustrofóbica y espeluznante que construyó en Un Amor (aunque Cuatro por Cuatro es mucho anterior) y que me conquistó.

El escenario de esta historia es un internado elitista que se encuentra a las afueras de una ciudad ficticia y en el que conviven hijos de altos estamentos sociales con alumnos becados.

Durante la mayor parte del libro vas a ciegas, pero con esa sensación constante de que pasan un montón de cosas turbias, de que el mal está al acecho, aunque no sepas determinar exactamente dónde o por qué. Algunos de los misterios se irán desvelando en la segunda parte del libro. Otros quedan a interpretación del lector. Sara Mesa juega en este libro con los silencios, no necesita describir ni nombrar el mal para conseguir esa atmósfera asfixiante y perturbadora. También con unos personajes con muchas sombras, absolutamente incómodos y desagradables, que contribuyen a crear esa tensión constante a lo largo de la lectura.

Como ya me pasó en Un Amor, tengo la sensación de que hay cosas que se me han escapado, silencios que no he sabido interpretar del todo. Y aún así, ha sido una lectura atrapante que me reconcilia con la autora.

Es cierto que terminé el libro con la sensación de haber necesitado más de esta historia: más explícita, más clara, más desarrollada. Pero creo que es marca de la casa dejarte con esa sensación de "qué acabo de leer?"

Si os gustó la atmósfera que consiguió crear Sara Mesa en Un Amor, creo que os gustará este libro. A mí desde luego me ha gustado un montón 😊

La novela cuenta la historia de un grupo de estudiantes en un internado y las relaciones de poder dentro del mismo, por parte de alumnos y profesores. Está narrada a dos tiempos, con un intervalo de unos pocos años de diferencia, pero muy bien hilado, que ayuda a entender mejor la historia.
Uno de los temas que la autora trata y que parece recurrente en sus obras es la hipocresía. En este caso, la falsa caridad y preocupación de ciertos profesores hacia los alumnos más vulnerables. Pero realmente lo que pretenden, como suele suceder con la caridad, es seguir perpetuando el sistema que los coloca arriba, con sus beneficios y privilegios, y por ende, mantener al resto, abajo.
A mí me ha recordado al realismo sucio de los años 80, pero con un estilo más pulido y poético. La sensación es de una cámara que se introduce en un colegio y vamos observando todo lo que sucede, incluso lo más cotidiano.
Lo recomiendo mucho, especialmente si te gustan los libros que te hagan sentir molestia. Para mí, el mejor de los que he leído de la autora.

Compré este libro en la feria del libro del año pasado, pero hasta ahora no había encontrado su momento. Un libro estremecedor, que perturba, que revela aquellas realidades que se esconden tras la cortina, pero por el hecho de que se ignoren, no dejan de existir. Según te adentras en sus páginas, intuyes la realidad, pero una parte de ti se niega a reconocerla.

Llevaba mucho tiempo queriendo leer a Sara Mesa y este ha sido el primer contacto que he tenido con la autora. He disfrutado muchísimo de su capacidad narrativa. Creo que es una excelente "cuenta historias", ya que sabe elegir las palabras, los silencios, las metáforas e imágenes precisas; compone las pausas, la intensidad y los párrafos correctos.

La historia, dividida en dos partes, es cruda. Difícil. La parte que más he disfrutado ha sido la primera, ya que vamos conociendo el mundo desde los ojos de esas niñas que viven en el "colich" y todo lo que duele, alivia, aspiran y desesperan entre cuatro paredes.

La segunda parte está narrada por un profesor suplente y la mirada cambia, aunque también se permite exponer la vulnerabilidad de quien no conoce bien las reglas del juego, las pisadas suaves y temerosas de quienes no quieren hacer demasiado ruido por miedo a despertar a los monstruos. Porque en esta historia hay monstruos, de esos que todos conocemos y tienen nombres, apellidos, ojos y manos que agarran.

Creo que merece mucho la pena darle una oportunidad a este libro e ir sin expectativas. Cuanto menos conozcas, mejor. Fíate de mi palabra: no te dejará indiferente.

Fue mi primer acercamiento a esta autora y pasé por varias fases durante y después de su lectura. Empecé muy bien, muy enganchada en la primera parte, luego me desinflé, y terminé totalmente desconcertada pensando que no había entendido lo que había leído.

En este libro, la autora nos cuenta algo terrible, sin contarlo. Es un ejercicio del lector traducir ese desasosiego que genera en una teoría, una hipótesis que indique qué es lo que está pasando realmente y no nos cuentan.

Al terminar el libro, pasé por una etapa también de enfado, de pensar que si al final no había entendido nada, el libro no habia merecido la pena, pero después de la reunión del club de lectura entendí que quizás lo importante no era la historia, sino las sensaciones que te hace sentir.

Una reflexión sobre este mundo que habitamos, la manera en la que nos relacionamos, la toxicidad, el poder y la opresión, llevada a un oscuro microcosmos: el Wybrany College.

La tercera persona de la primera parte, deja paso a la primera persona de uno de los profesores del college en la segunda. Esta segunda parte es más difícil y pesada de leer que aquella, en la que asistimos a la construcción de gran parte de los personajes de la obra y que nos engancha mucho más.

Merece la pena por la invitación a la autorreflexión, porque nos lleva a pensar sobre nuestras responsabilidades y sobre nuestras maneras de estar en el mundo, por los temas que trata... pero nos encontramos con un final predecible que viene a confirmar la desgana con la que afrontamos esa segunda parte de la novela.