Otra vez, Rachel

OPINIÓN Y VALORACIÓN PERSONAL:

Otra vez, Rachel, es un punto y a parte del icónico libro "Rachel se va de viaje". Después de haberlo leído, sólo puedo deciros que me alegro de que Marian Keyes se decidiera a seguir con esta historia. Eso sí, aunque se pueden entender muchas cosas por contexto, recomendaría sí o sí leer antes "Rachel se va de viaje" para entenderlo todo mejor.

Realmente, poco o nada puedo contaros sin destriparos la historia y menos si no habéis leído la primera parte.

Rachel es una persona completa que disfruta de un entorno más o menos seguro. Un trabajo relacionado con su pasado y que la hace sentirse útil socialmente, amistades, una alocada familia con muchas mujeres y una relación sentimental bastante estable. Pero Rachel y el que fue su gran amor, comparten una mochila pesada cuya carga les separó en su momento y que tiene y no tiene relación con su historial de adicta.

Por un lado veremos el presente de Rachel y que hechos propician el reencuentro de ambos. Las hermanas Walsh aparecen en el libro y Claire y Helen tienen pequeñas tramas secundarias en el mismo, aunque sin restarle ningún protagonismo a la historia principal. Las adicciones y las terapias de confrontación con los pacientes están muy presentes en la historia tal como sucedía en la primera parte.
Por el otro, conoceremos que pasó en los años posteriores a la salida como adicta rehabilitada de " The Cloisters"

Marian Keyes es una narradora estupenda que disecciona pasado y presente haciendo que los personajes se abran en canal. El libro es tierno y duro, divertido y triste, y nos explica que importantes pueden ser las mentiras que nos contamos a nosotros mismos, como nos puede cambiar lo que vivimos y como podemos llegar a odiarnos mientras el miedo, la culpa la verguenza y los remordimientos pueden dinamitar una relación.

Si algo define a la autora es su capacidad para mezclar comedia y drama siendo una precursora en este tipo de novelas. Aunque es uno de sus libros más emotivos (al menos de los que yo he leído de ella que son bastantes), terminas su lectura convencida de que el amor para toda la vida existe, que algunas amistades pueden perdurar en el tiempo y que no es fácil dejar de amar a tu familia por alocada e imperfecta que sea a veces.

CONCLUSIÓN:

Recomiendo la lectura de este libro y de Rachel se va de viaje, ambos son bastante más que una lectura ligera. Sí además como yo, fuisteis jóvenes en los 90 y ahora tenéis una edad similar a los de los protagonistas, adquieren un plus de disfrutabilidad😉

Desde que se cruzó en mi vida "Por los pelos" de esta autora hace ya más de veinte años, he ido leyendo todas las novelas que ha publicado y aunque es cierto, que algún chasco me he llevado, no es en absoluto el caso de esta novela, porque la verdad es que me ha encantado. Volver a reencontrarme con Rachel en la actualidad (2018 en la novela) y con todos los Walsh, padres, hermanas, cuñados, sobrinos... ha sido una gozada.

No puedo decir que recordara con pelos y señales la novela anterior en la que aparecía Rachel (Rachel se va de viaje) porque la leí hace 19 años, pero sí recordaba su personajes y cómo no a Luke, pero en esta novela, Rachel tiene otra pareja Quin, con quien lleva ya casi dos años y a quien conoció en un fin de semana de meditación. Vive en Irlanda y es terapeuta en The Cloisters, donde ella misma recibió ayuda con sus adicciones. Por su lado Luke vive en Denver y también tiene otra pareja, Kallie. Hace ya más de seis años que no se ven, pero Luke está de vuelta en Irlanda porque su madre acaba de morir.

El primer dilema de Rachel es si debería ir o no al funeral de la que un día fue su suegra, sobre todo porque sabe que allí estará Luke y aunque en teoría ya ha superado lo que les pasó, todavía no le ha perdonado que la dejara. Para ella está claro que Luke fue quien rompió la relación, pero quizás ha llegado el tiempo de aclararlo todo de una vez.

Cuando empiezas a leer, no sabes porqué ya no existe esa relación entre Luke y Rachel, qué les pasó, por qué una pareja tan estupenda como ellos, con tanta conexión y que tanto se querían tomaron rumbos diferentes, pero no os preocupéis que todo se sabrá, mientras tanto nos meteremos de lleno en el día a día de Rachel, la misma Rachel de siempre, pero ahora también una mujer mucho más madura, juiciosa y sobre todo una gran terapeuta.

¿Quién mejor que alguien que ha sufrido en sus propias carnes una adicción para ayudar a otros?

Así que acudiremos con ella a The Cloisters y a las sesiones con sus "pacientes". Confesaré que cuando empecé a leer las historias de las personas de las que es terapeuta Rachel, pensé que el libro se podría hacer pesado, que quizás contarnos los problemas de sus "pacientes" iba a servir un poco el relleno al libro, pero... para nada. No solo me ha gustado, sino que lo encuentro esencial para que la propia Rachel vaya comprendiendo algo que en este momento de su vida es muy importante.

Estas sesiones me han parecido duras y a la vez muy emotivas. Cómo todas esas personas adictas a diferentes cosas (analgésicos, drogas, alcohol, apuestas...) se tienen que enfrentar a sus problemas, las fases por las que pasan dentro de The Cloister, como la negación ("en realidad lo mío no es una adicción", "no es tan grave como parece", "no soy adicto/a porque a veces estoy tres días seguidos sin beber, drogarme, jugar... y los adictos no pueden"), lo durísimo que es el cara a cara con sus familias o amigos, escuchándoles hablar sobre el dolor que han soportado viendo como iban haciéndose cada vez más daño y a la vez haciendo daño a quienes les rodeaban, el momento en el que "de repente" se dan cuenta de que sí son adictos... de verdad, todo esto está tratado maravillosamente.

Rachel y Luke han sido dos personajes que me han vuelto a conquistar, sus arrolladoras personalidades, todo lo que llevaban guardado dentro, ese amor que los unía y todo lo que todavía comparten, sin saberlo, han hecho que los vea como personas de carne y hueso y me han emocionado en más de un momento.

He disfrutado con esta novela tanto como con las primeras novelas que leí de Marian Keyes, me ha encantado volver a entrar en casa de los Walsh, esa locura de hermanas, cada una tan distinta a las demás, asistir a la fiesta "sorpresa" del ochenta cumpleaños de Mamá Walsh, me he reído y sí he también he llorado, además a moco tendido con algo que ocurre en el pasado de Rachel y Luke, pero sobre todo me he reencontrado con una autora que me encanta, que consigue hacerme desconectar de todo cuando abro uno de sus libros.

Muchas veces cierras un libro que ha rematado con un final feliz y piensas... ¿Y ahora qué? ¿Todo será tan maravilloso como parece?, así que ha sido genial saber sobre Rachel y Luke y también que la vida no es de color de rosa cuando se cierra un libro, a veces a los personajes también les pasan cosas menos gratas como al resto de los mortales y leer sobre ello ha sido genial y el final... perfecto.

Enlace: https://bitacorademislectura..

Rachel lleva una vida tranquila, tras haberse separado hace unos años, ahora vive centrada e su trabajo en un centro de adicciones, vive junto a su sobrina y su perra, y tiene una relación con Quinn.

Luke acaba de perder a su madre y lo que menos se espera es que su ex aparezca en el funeral, tal y como terminó su historia, pero cuando la vuelve a ver, necesita aclara lo que les ocurrió para poder seguir adelante.

Ambos tienen sus vidas, tienen pareja y prevé que les va bien, pero ya sabéis que donde hubo fuego… y tras poner sobre la mesa, todo lo que ocurrió en su pasado, es hora de comenzar un nuevo camino, pero será ¿Juntos?

❣Opinión personal❣

Esta no es la primera vez que leo a la autora, es más, creo que fue de las primeras autoras con las que empecé a leer, porque sus libros eran súper adictivos, y cuando vi que llegaba su nueva historia, sabía que tenía que hacerle un hueco.

Su pluma sigue siendo muy entretenida, en este caso, la protagonista Rachel es algo caótica, y cuando piensa que tiene su vida encaminada, no podría estar más equivocada…

Los otros dos protagonistas de Quinn y Luke me han gustado a partes iguales, aunque tengo que decir que desde un principio, sentía debilidad por uno que no os diré quién es, solo que viste con pantalones apretados y le sientan de lujo 😂

Si no conocéis la pluma de Marian os recomiendo que le deis una oportunidad, y si está no os llama, tenéis todas las novelas de sus hermanas en edición de bolsillo, por lo que tenéis donde elegir.

En esta historia nos encontramos con Rachel, con toda la familia Walsh y todo lo que ello implica. A Rachel la conocimos hace unos cuantos años y no estaba en muy buena posición. Ahora lleva una vida tranquila, está “enamorada”, tiene a su familia y ha descubierto una nueva afición: la jardinería. Su adicción quedó atrás. Una llamada la devolverá al pasado haciendo tambalear lo que ella pensaba, las consecuencias del pasado y lo que conllevan en el futuro. Pasado y presente se desdibujan ante una Rachel confundida.

Por una parte tenemos el trabajo de Rachel en The Cloisters, donde lidia con adictos y todas sus problemáticas a la vez que estas historias van removiendo cosas en ella que creía dormidas. Todas las historias de los pacientes tienen un algo que se te queda clavado, aunque la autora sabe llevarlo perfectamente con el humor que la caracteriza. Por otra parte, tenemos a Rachel lidiando con su presente, uno que se distorsiona conforme va descubriendo los hechos que ocurrieron en el pasado, un pasado que no es nada fácil, y con lo que le pasó a Rachel es muy fácil caer en lo que cayó siendo una adicta en rehabilitación.

No os voy a mentir, es una historia dura la de Rachel, lo que les pasó es muy duro de llevar, cada uno lo afrontó de una manera, pero años después siguen llevándolo a cuestas y todo saldrá a relucir, pero es Marian y tratando temas delicados sabe dotarlos del humor necesario para que resulten lecturas placenteras y esperanzadoras.

Me ha encantado reencontrarme con la familia Walsh (me quedo con ganas de releer todos sus libros) y con la autora (sigo siendo adicta a su pluma) y os la recomiendo muchísimo, y aunque forma parte de la serie #Walshfamily es totalmente autoconclusivo.

Rachel tiene una vida tranquila. Trabaja como consejera de adicciones en la misma clínica de desintoxicación de la que un día fue paciente, pero eso es agua pasada. Ahora sus únicos vicios son la jardinería y las zapatillas caras.
Pero su mundo se tambalea cuando Luke Costello, el amor de su vida, vuelve a Dublin, siete años después de abandonarla y perder todo el contacto.
Y las viejas heridas vuelven a sangrar.
Ella tiene pareja.
El también.
Y ambos una conversación pendiente.
🌟
No os mentiré. Tengo sentimientos encontrados porque aunque la historia me ha gustado, tambien se me hecho un poco bola bola.
Terapias de grupo.
Reuniones incómodas.
La peor versión del ser humano.
Realidad distorsionada, porque un adicto ve lo que quiere ver.
Las adicciones son un tema (da igual que hablemos de alcohol, drogas, juego, o lo que se os ocurra) duro, pero también creo que necesita visibilidad.
Si tuviera que escoger una sola frase del libro, sin duda, sería esta: Si nada cambia en la vida de un adicto, este no cambiará.