Se dio cuenta de que nada era permanente e inamovible. El mundo danzaba en un movimiento constante; las personas cambiaban, se marchaban, regresaban, desaparecían. Los sueños se retorcían, se reinventaban. Cada día era una oportunidad para ser alguien diferente, mejor y decidir que rumbo tomar...Autumn entendió que ella misma era la única variable.
|