Encerrados con un solo juguete arranca en la Barcelona de 1949, ya en pleno franquismo, y dejando atrás la época más dura de la posguerra. Nos presenta a un grupo de jóvenes que tratan de encontrar su lugar en el mundo, aunque sin mucha fortuna. Por un lado tenemos a Andrés, que ha dejado su trabajo en un taller de joyería porque cree que puede aspirar a algo más. Hijo de un hombre, ya fallecido, con firmes ideales, le abruma el hecho de todo el mundo -excepto su hermana- lo compare con su padre y se centra más en su novia Tina y en el despertar sexual que está experimentando. Tina es uno de los integrantes de la familia Climent, que pese a haber disfrutado de una posición holgada en el pasado ahora pasa penurias después de que el padre tuviera que exiliarse en Brasil tras la guerra. Se trata de una chica sin muchas inquietudes y cuya principal preocupación parece ser no aburrirse y escuchar música en la radio. Y por otro lado tenemos a Martín, antiguo novio de Tina y examigo de Andrés, que no se resigna a verlos juntos. Este relación a tres bandas, que acabará siendo a cuatro, es la que que lleva el peso narrativo de la obra, si bien tenemos otros personajes interesantes, como el artista y bohemio Mauricio, la prostituta Julita o el antiguo amigo del padre de Andrés. La obra nos presenta un ambiente gris y desesperanzador, casi opresivo, con una juventud sin futuro y unos adultos que han perdido el poco porvenir que tenían. Por desgracia, en algunos momentos la novela se hace un poco densa y pesada de leer. Además de abordar ciertas situaciones un poco inverosímiles. + Leer más |
En 1962, Juan Marsé recorrió Sevilla, Cádiz y Málaga acompañado por su amigo Antonio Pérez y el fotógrafo Albert Ripoll Guspi. Su propósito: escribir una crónica, con fotografías y fragmentos tomados de la prensa, que mostrara cabalmente la realidad que el franquismo silenciaba. Los problemas financieros y la presión de la censura consiguieron que el libro terminado y entregado no llegara a publicarse. Hasta el mismo Marsé creyó que aquel original se había perdido para siempre. Pero cincuenta años después, aquel trabajo que iba a firmar con el seudónimo de Manolo Reyes (el Pijoaparte, que protagonizaría pocos años después «Últimas tardes con Teresa», la novela con la que Marsé se consagró), ese retrato social y moral de aquella España, finalmente se publica. Andreu Jaume, a cargo de la edición, cuenta cómo fue ese emotivo viaje al pasado con Marsé durante sus últimos meses de vida.
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Texto de Andreu Jaume narrado por Antonio Martínez Asensio.Crédito Imagen ilustrativa: Año 2008, Lisbeth Salas.