Los dos amores de mi vida

No se puede capturar el amor en una botella. No puedes agarrarlo con ambas manos y obligarlo a quedarse contigo.

Tal vez, si eres el tipo de persona que está dispuesta a dar todo de ti mismo, el tipo de persona que está dispuesta a amar con todo tu corazón aunque hayas experimentado solo cuánto puede doler. Tal vez tengas muchos amores verdaderos, entonces. Tal vez ese es el regalo que obtienes por ser valiente.

Cuando amas a alguien, se filtra en todo lo que haces, se filtra en todo lo que dices, se vuelve tan omnipresente que eventualmente se vuelve común escuchar, sin importar cuán extraordinario sea sentir.

El amor romántico es algo hermoso en las circunstancias adecuadas. Pero esas circunstancias son tan específicas y raras, ¿no? Es raro que ames a la persona que te ama, que ames solo a la persona que te ama solo a ti. De lo contrario, alguien tiene el corazón roto. Pero supongo que es por eso que el amor verdadero es tan atractivo en primer lugar. Es difícil de encontrar y conservar, como todas las cosas bellas. Como el oro, el azafrán o una aurora boreal.

Las cosas buenas no esperan hasta que estés listo. A veces llegan justo antes, cuando casi estás listo.

Todo lo que sucedió antes de hoy se siente diferente ahora, y no tengo idea de lo que sucederá después de esto.

No creo que el verdadero amor signifique tu único amor. Creo que el amor verdadero significa amar de verdad. Amar puramente. Amar completamente.

—Lo que te quiero decir con esto es que estoy acostumbrado a amarte, incluso sin saber si tú me quieres a mí —me había explicado—. Que lo veo como montar en bici. Y que puedo seguir haciéndolo un poco más, si eso es lo que necesitas.

Fue un beso dulce, gentil y puro. Olía al rocío de la mañana, a la promesa de un nuevo comienzo.

Nadie habla nunca de eso. Pero en ese momento, pensé que el coqueteo era lo que hacía girar el mundo.
La ansiedad de preguntarse qué va a decir la otra persona a continuación. La emoción de saber que alguien está pendiente de ti, que le gusta lo que ve. El subidón de mirar a alguien y que te guste lo que ves en él. Sí, cuando coqueteas, te enamoras tanto de ti misma como de la otra persona.
Es como verte a través de los ojos de otro y descubrir que hay muchas cosas que te gustan de ti misma, muchas razones por las que alguien podría encandilarse de cada una de tus palabras.