La tierra del viento

Nos encontramos a finales del siglo XIX. Sophie Collinwood y su hermano pequeño se han quedado huérfanos. Un reverendo al que les dirigió su madre en su lecho de muerte, les busca acomodo en Ushuaia, en la lejana Argentina. Pero, en el momento del embarque, el pequeño cae enfermo y las autoridades portuarias no le dejan subir al barco. Sophie tiene que embarcar sola, con la promesa de que el niño irá en el siguiente viaje.

Sophie llega a Ushuaia para ser la institutriz de Adam, el hijo de Daniel Summer y, quizás, casarse con éste. Pero allí se encontrará con una familia que guarda multitud de secretos

“La tierra del viento” es una novela de ficción histórica que incluso podría calificarse de landscape pues tiene todos los ingredientes que suelen tener estas novelas: una mujer protagonista, una época pretérita, un destino exótico, romance, historia, misterio…

Como dice el autor en la nota final, “La tierra del viento “es una novela de ficción pero tiene una ambientación histórica que intenta ser fiel a la fundación de Ushuaia. La novela se sitúa en el momento en el que Ushuaia no es más que un pequeño poblado, con muy pocos habitantes. Salvo los protagonistas de la novela -Sophie, Eduardo, Lakuta y la familia Summer, los personajes secundarios son reales. Nombres como John Lawrence, Roberth Whaits, Thomas Bridge, etc… existieron en la realidad y el autor sabe encajar los reales con los que han salido de su imaginación, dándole a toda la historia una pátina totalmente creíble.

La protagonista absoluta es Sophie, una chica muy jovencita que va a quedarse sola en la vida y, además, a cargo de un niño pequeño. Muy bien educada por su madre, institutriz de familias adineradas, Sophie va a ver cómo cambia completamente su vida: sin familiares que puedan hacerse cargo de ellos, ha de cambiar incluso de país, yéndose a la otra punta del mundo. Sophie es un personaje encantador, con mucha fuerza literaria, que lleva sobre sus jóvenes hombros casi todo el peso de la historia. Junto a ella tendremos a la familia Summer, especialmente a Catherine la matriarca y su hija Victoria. Ambas mujeres son unas auténticas brujas y harán la vida muy difícil a Sohpie. Además tenemos a Daniel, viudo con un hijo pequeño Adam, que es de quien ha de hacerse cargo Sophie. Eduardo Ariza, un español que dirige la hacienda de los Summer y Lakuta, la criada yagana que se convertirá en el apoyo de Sophie.

La novela se sitúa sobre todo en Ushuaia, por aquel entonces un pequeño poblado al sur de Argentina. Es una tierra inhóspita, aún por colonizar, en el que la vida es dura para sus habitantes pero que, al mismo tiempo, engancha. Las descripciones, sin ser muchas, son preciosas y nos trasladan a un lugar muy hermoso. También hay que destacar en cuanto a escenarios, la Antártida, pues aunque de forma secundaria, será también uno de los lugares en los que transcurra parte de la historia.

Aunque la trama principal es la de Sophie de la que os he estado hablando hasta ahora, hay también una serie de subtramas que enriquecen muchísimo la historia, acrecentando su interés. Tenemos, así, la historia de Eduardo que nos contará cómo un español llegó a recalar en esa parte del mundo. O la de Yakuta y su hermano. O la de Daniel y cómo perdió a su mujer, la madre de Adam. Ésta es, quizás, la más interesante de todas porque está llena de secretos familiares y es la parte que proporciona intriga y misterio a la novela.

Javier Arias Artacho escribe bien; ya lo sabía de las novelas anteriores y en ésta he comprobado que puede escribir otra clase de historias con la misma facilidad y pulcritud. Con una prosa elegante y cuidada pero de lectura sencilla, amena y entretenida, “La tierra del viento” consigue lo que pretende: entretenernos, hacernos disfrutar pero también instruirnos y trasladarnos a otra época y lugar . Será un narrador omnisciente quien nos haga partícipes de los entresijos de la historia, focalizando en todos los personajes y alternando entre las diferentes tramas. La labor de documentación que existe detrás de la novela, se nota en lo bien ambientada que está pero el autor sabe integrarla sin ralentizar la historia: da los datos suficientes para situarnos pero sin cargar la historia más allá de lo necesario.


Conclusión final

He disfrutado mucho con esta novela. Un libro bien escrito, con buenos personajes, que nos lleva a un escenario para mí apenas conocido y nos cuenta una historia en la que se entremezclan las intrigas familiares, el misterio, el amor, la relación entre los colonos y los indígenas. Una novela francamente entretenida que he leído muy a gusto
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En los últimos años de la Inglaterra victoriana una joven huérfana, por las circunstancias de su vida, se ve obligada a viajar al sur de Argentina, al último pueblo habitado antes llegar a la Antártida, Ushuaia, un pueblo fundado por misioneros anglicanos, donde contrasta la gran belleza del pueblo con la posibilidad de que los colonizadores sean asesinados por los indígenas.

Nuestra protagonista, Sophie Collinwood acabará aceptando su destino, y viajará con el señor Summer hasta Ushuaia para hacerse cargo de la educación de su nieto, pero el destino le tiene reservadas varias sorpresas y la familia Summer esconde un secreto, que Sophie irá descubriendo poco a poco….

Comencé la lectura de este libro casi involuntariamente, en un momento en el que ningún libro me enganchaba y la verdad es que ha sido para bien, ha sido una grata sorpresa.

Está novela está catalogada como histórica, y aunque tiene ambientación histórica y algunos datos sobre esa parte remota de Argentina, yo diría más bien que es una novela de aventuras, entretenida, dinámica, ligera y con su parte de folletín(desgracias y romance) que a pesar de que el folletín no es mi estilo, lo he disfrutado como una niña.

Los personajes están perfectamente perfilados, muy bien definidas las personalidades de cada uno de los protagonistas de esta historia, y el autor ha mezclado personajes históricos con personajes de ficción de forma soberbia.

La prosa de autor es magnífica, descriptiva sin hacerse pesada y que te hace ponerte en el ambiente con Sophie Collinwood. El final es enternecedor, estoy convencida de que hará las delicias de las románticas, pero yo me esperaba otra cosa.

Me han encantado los tintes paranormales que tiene la novela que crean suspense y casan muy bien con las creencias de la cultura yagana.

Por último, la novela me ha gustado mucho le seguiré la pista a este autor.

Esta novela tendría que reseñarla en dos partes, la primera que va en relación a toda la parte histórica que cuenta y recrea toda fundación y colonización de Ushuaia a finales del siglo XIX, relata de manera muy precisa, la llegada de los misioneros anglicanos, nos describe esa tierra inhóspita, fría, dura y las condiciones que tuvieron que pasar esos primeros colonizadores en esa parte del mundo, me ha resultado interesante, sobre todo bien contada y quiero pensar que también muy bien documentada.

Con el fin de contar esta historia Javier Arias novelizó el hecho contando la historia de Sophie, una chica inglesa que queda huérfana y que por azares del destino parte para Ushuaia a un futuro incierto.

Y ahí es donde viene la parte de la novela que, no sé cómo describir, pero básicamente es un drama del tamaño de un pozo sin fondo, sin querer ser demasiado crítica, la verdad es que es que me ha parecido una novela bastante exagerada en la tragedia, no terminas de digerir una mala cuando ya está ocurriendo la siguiente, sin contar que las malas de la historia, son malas, malas, malísimas, cuales cuento de princesas y solo les falta la verruga con pelo y la nariz aguileña.

La historia romántica, pues... no sé qué decir, me gusta lo romántico, de verdad que me gusta, pero ese final me ha hecho poner los ojos en blanco, a pesar de ello, Javier Arias ha hecho un trabajo estupendo dibujando a sus personajes, buenos, malos, malísimos, reverendos, trabajadores, los ingleses, los lugareños, en fin, que desde el más pequeño de los personajes hasta el principal tienen su profundidad.

Así pues, por una parte, tenemos una narrativa rica, buena, entretenida y bien realizada, un escenario interesante y por otro lado una novela romántica bastante exagerada para mí gusto. Si a la narrativa tuviera que ponerle un pero sería que el autor se recrea en algunas ocasiones con descripciones innecesarias, hubo dos o tres particularmente que me sobraron.

Creo que en términos generales el libro cumple perfectamente su función, entretiene, te pasas un buen rato leyéndolo, si te gustan los dramas, este es tu libro, si te gustan los libros de aventuras, aquí tienes una buena, si te gusta el romance, pues también lo tiene.

La tierra del viento es una novela, a caballo entre la saga familiar y el género landscape, cuyo mayor atractivo es la ambientación, recreada en Tierra de Fuego, Argentina. No es de extrañar que en un libro de este género lo más destacable sea el escenario, el telón de fondo, pero es que en este caso el "dónde" lo ocupa todo. Hacia el final de la novela, Javier incorpora también ciertos matices de novela gótica a la historia que, aunque al principio a mí me desubicaron, creo que son un acierto.

Javier Arias demuestra un profundo conocimiento sobre Usuahia y sus alrededores, tanto desde un punto de vista histórico y geográfico (los detalles sobre flora, fauna, territorio y clima son apabullantes) como desde una perspectiva más personal: es evocador cómo relata la manera en que allí el paisaje influye en las vidas de sus gentes, llegando incluso a determinarlas. Si sois amantes de los lugares inhóspitos o de viajar pasando páginas a los lugares más insospechados, este libro es para vosotros. El trabajo de documentación que ha debido de realizar el autor se nota a cada párrafo que se lee. Quizás porque soy una enamorada irredenta de la etnografía, yo he echado de menos durante la lectura más información acerca de las relaciones forjadas entre los autóctonos (los yaganes) y los colonos, así como también sobre los modos de vida de los fueguinos.

La narración se articula durante casi toda la obra en torno al punto de vista de Sophie, con un narrador en tercera persona. Ya, hacia el final, también se conoce parte de la historia desde la perspectiva de los personajes de Eduardo y de Daniel. El estilo que el autor emplea a la hora de escribir me parece de una calidad literaria brillante, su pluma es muy sensorial y sugerente. Sin embargo, y como contrapunto, el ritmo de lectura no es ágil: los capítulos no son cortos, hay muchas digresiones hacia el pasado, las descripciones a menudo son demasiado largas y, aunque ocurren muchas cosas, estas pasan en mucho tiempo, por lo que es difícil en engancharse a la lectura.

La trama (usando el recurso literario del "viaje del héroe") es consistente: Sophie, para sobrevivir, deja atrás su país natal en una travesía que la aleja de su hermano menor y que la lleva a una tierra desconocida, donde debe luchar por hacerse un hueco como institutriz de la familia Summer. Una vez que está allí, trata de saber la suerte que su hermano ha corrido en Londres para poder recuperarlo. Mientras tanto, se integra en la residencia de los Summer y en la misión religiosa de poblamiento, sumergiéndose con ello en viejas venganzas entre colonos y yaganes, intrigas familiares, supersticiones y fantasmas.

Hay varias subtramas que, mediante giros, aportan intriga y suspense a la narración: la muerte en el pasado de Dorothy, la señora de la casa, que sigue entrañando un misterio; los secretos de Daniel Summer y de su madre Victoria; los fantasmas que visitan cada noche al pequeño Thomas; lo que Lakuta, yagana del personal doméstico de la hacienda, sabe y no revela; o la intrincada relación de Sophie con Eduardo Ariza, la única persona que en Ushuaia parece entenderla.

A pesar de que lo que mueve a la protagonista son valores universales como el amor o la superación, yo como lectora no he logrado empatizar con ella. Entiendo sus motivaciones, pero no la acabo de conocer a ella. Quizás, el autor debería haber profundizado menos en la recreación del entorno y más en la voz de la protagonista. El personaje de Sophie está bien construido: carga con un bagaje que conocemos, tiene miedos, ambiciones, planes, etc., pero más allá de ser una chica sacrificada y valiente, no sabemos mucho sobre su personalidad, no tiene una voz propia.

En conclusión, La tierra de viento me ha gustado. Me ha parecido una lectura con un contenido muy interesante y con una estética narrativa maravillosa. La historia en sí está bien planteada, con sus dosis de intriga y de romance. Sin embargo, algo me ha fallado: además de ser lenta y distante, la historia transmite a lo largo de sus más de 300 páginas una tristeza y un desánimo, una neblina de infortunio, que no se acaba de superar en ningún momento y que también acaba pesando al lector.
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Me ha parecido una historia muy interesante, una mezcla muy original, histórica, transcurre a finales del siglo XIX y con personajes de la época y sucesos reales, una vida dura para Sophie, que muy joven tiene que partir hacia el fin del mundo, una tierra de fuego, casi deshabitada, con los primeros misioneros anglicanos, un matrimonio concertado, muchos secretos y mentiras, aventuras, odios, hay un ambiente maligno que flota en el lugar. Vamos conociendo sucesos poco a poco y vamos armando la trama, que para mí esta muy bien hilada, lo único que me gusto menos fue casi a final, esa expedición y el cambio de tiempo, volver casi un año atrás se me hizo pesado. Pero el final fue muy bonito y lleno de esperanza para ellos y ese nuevo lugar.
Para mí ha sido una lectura casi adictiva, una vez que lo empecé, no pude dejar de leer y ver que le deparaba el futuro a Sophie y Tomas una vez quedaron huérfanos, ella me parece una joven muy valiente, decidida, que cumple sus promesas y con mucho por entregar. Eduardo me sorprendió, en principio no creí que sería el protagonista, creo que es un personaje muy fuerte, con mucho valor y capaz de arrastrar consigo a los demás y conseguir lo que quiere.
Lo recomiendo, si os gustan las historias con un poco de todo, historia, romance, intrigas, traiciones y aventuras, este es vuestro libro.