Se ha querido equivocadamente hacer de la burguesía una clase. La burguesía es simplemente la porción satisfecha del pueblo. El burgués es el hombre que ahora tiene derecho a sentarse. Una silla no es una casta.
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Se ha querido equivocadamente hacer de la burguesía una clase. La burguesía es simplemente la porción satisfecha del pueblo. El burgués es el hombre que ahora tiene derecho a sentarse. Una silla no es una casta.
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Nuestro oro es estiércol, pero en cambio nuestro estiércol es oro.
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Las imitaciones del pasado adoptan nombres fingidos y de buen grado toman el nombre de porvenir. Ese fantasma, el pasado, tiene tendencia a usar un pasaporte falso. Caigamos en la cuenta de la trampa. Desconfiemos. El pasado tiene un rostro: la superstición, y una máscara: la hipocresía. Denunciemos el rostro y arranquemos la máscara.
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La conciencia es el caos de las quimeras, de las ansias y de los intentos, el horno de los sueños, el antro de las ideas de las que nos avergonzamos; es el pandemónium de los sofismas, es el campo de batalla de las pasiones.
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No hay que tenerles nunca miedo ni a los ladrones ni a los asesinos. No son sino los peligros externos, los peligros pequeños. Tengámonos miedo a nosotros mismos. Los prejuicios, ésos son los ladrones; los vicios, ésos son los asesinos. Los peligros grandes los llevamos dentro. ¿Qué importan las cosas que amenazan a nuestras personas o nuestras bolsas? No pensemos sino en lo que nos amenaza el alma.
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De las culpas de las mujeres, de los niños, de los criados, de los débiles y de los ignorantes tienen la culpa los maridos, los padres, los amos, los fuertes, los ricos y los sabios.
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El pensador que se apartase de la jerga sería como un cirujano que no quisiera tratar una úlcera o una verruga. Sería un filólogo que se pensara si debe examinar un hecho de la lengua; un filósofo que se pensara si debe escudriñar un hecho de la humanidad. Porque, y no nos queda más remedio que decírselo a quienes no lo sepan, la jerga es al tiempo un fenómeno literario y un resultado social. ¿Qué es, en propiedad, la jerga? La jerga es la lengua de la miseria
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La tierra no deja de tener parecido con un calabozo. ¿Quién sabe si el hombre no es el reo de una condena divina?
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Desde el punto de vista puramente literario, pocos estudios serían más curiosos y fecundos que el de la jerga. Es una lengua dentro de la lengua, algo así como una excrecencia enfermiza, un injerto insano del que ha nacido una vegetación, un parásito que hunde las raíces en el viejo tronco galo y cuyas frondas siniestras reptan por toda una comarca de la lengua.
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El amor es una respiración celestial del aire del paraíso.
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¿Cuál de los siguientes libros fue escrito por Gustave Flaubert?