Cometas en el cielo

En esta historia que es la de dos niños (Amir y Hassam) vivimos una etapa oscura de la historia de Afganistán. El ser humano es bipolar asi que, al mismo tiempo que somos testigos de lo peor de nuestra raza, también vemos lo mejor de ella.
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La niñez de Amir transcurre sin carencias materiales, pero no disfruta al 100% del amor de su padre, Baba, un hombre que nos va a sorprender durante toda la novela. Siente que lo comparte con su compañero de juegos y eso lo entristece.
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Hassam por el contrario, siendo de otra religión y de otra etnia, es considerado inferior, y a pesar de que es el niño más dulce y bueno del mundo... lo que sufre no tiene perdón de Dios, de Alá o de lo que sea.😰
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Veremos como crecen juntos y como la vida los separa. Vamos a sufrir el horror de la guerra y de la posguerra. El autor ha querido reflejarlo todo a la vez y lo hace tan bien que no te deja lugar más que a sufrir con esos niños.
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Cosas bonitas también hay: la esperanza y la redención no paran de ser buscadas y eso es algo que se agradece.

Una historia fría y real pero que también nos da esperanza de idealizar un mundo mejor, donde la amistad y el perdón se hacen presentes para sobrellevar los problemas.

A través de varios personajes el autor nos introduce al conflicto que llevó a Afganistán a ser un país en guerra, donde el patrimonio construido por muchos, finalmente se convirtió en escombros.
Desde una infancia se nos presentas dos perspectivas, el que tiene todo, y el que le sirve al que tiene todo.

La narrativa es muy digerible, vemos crecer a los personajes a través de las páginas, pero cuando el autor les quiere dar un final, lo hace muy bien. La historia en sí tiene escenas agradables, otras muy tristes, pero sobre todo, unas muy sombrías.

Me encantó y lo recomiendo.

Libro lleno de enseñanzas, exquisitamente contado, con una sensibilidad que te atrapa, en momentos las lágrimas asoman. Amistad, envidia, lealtad, remordimiento... todo en un entorno cultural afgano y su historia marcada por la violencia y destrucción de la guerra que no cesa en Afganistán. Muy recomendable.

El libro te mete en una relación de amistad muy bien escrita dónde en algunos pasajes te tocará el corazón por su gran crudeza.

En mi opinión la historia va perdiendo fuerza a medida que se va desarrollando, acabando de una forma previsible e inverosímil

Libro que escogí para participar en varios retos literarios, ha resultado ser un libro que me ha enganchado, una historia semi-autobiografica ambientada en un país tristemente conocido actualmente por sus conflictos bélicos y políticos, pero en el que el autor, originario de Afganistan, ha mostrado cómo era la vida antes de todo aquello, empleando un lenguaje repleto de abundantes descripciones, sobre todo destacando el ambiente sensorial. La trama mantiene la tensión en todo momento, te incita a no abandonar la lectura por si un giro del destino cambia (de nuevo) la vida de los personajes...

Quizás sea lento por momentos, pero creo que este es un clásico que definitivamente vale la pena leer. Nos muestra una cultura completamente distinta de la nuestra, lo cual resulta sumamente interesante. La historia narra las andadas de un niño de clase alta, y de su amigo, hijo de uno de los sirvientes del padre del primero. Una historia un tanto cruda pero entretenida. Maravillosamente narrada.

Una vez me preguntaron cuál había sido el libro más triste que había leído nunca y sin dudar conteste “Cometas en el Cielo.” Acabé este libro hace más de un año y hasta ahora no he sido capaz de escribir una reseña del mismo, ya que no sé si quiero recomendar esta obra a los lectores o no. Se trata de una novela cuya lectura es muy dura, con momentos de mucha angustia, pero aun así estamos ante uno de mis libros favoritos.

Con este libro están garantizadas las lágrimas – muchas lágrimas. Cometas en el cielo cuenta la historia que podría ser la de cualquier niño/joven afgano hoy en día. Khaled Hosseini consigue escribir con mucha sensibilidad y con mucho detalle verdades que pueden parecer lejanas para nosotros, pero son la realidad para personas que viven, por ejemplo, en Afganistán. Aunque al libro le cuesta arrancar, cuando consigue enganchar a su lector, empiezan aparecer acontecimientos dolorosos unos tras otros, que hace que la lectura sea muy dura y difícil.

Aunque después de la lectura me quedé con la sensación de mucha angustia, pienso que esta obra merece un 10/10 por remover tantos sentimientos y por dar tanto que pensar. No obstante, se puede tratar de una novela demasiada dura de leer para personas sensibles.

Que manera tan maravillosa tiene el autor de contar cosas tan horribles, me leí este libro y se quedo en mi cabeza para siempre, super recomendable!!!!
Lo adoro

La historia se divide en tres partes , por un lado la infancia de Amir en Kabul, donde nos cuenta su amistad con el hijo de su criado , ambos se han criado sin ningún referente materno, la madre de Amir murió en el parto y la madre de hassan huyó nada mas dar a luz,, tuvieron la misma nodriza, y están muy unidos, sin embargo ciertas circunstancias y comportamiento hacen que la vida de ambos se separen...

La segunda parte hace referencia a los años que pasa Amir en EE.UU ; y, finalmente, el regreso de Amir a Kabul.

Una historia desgarradora que no os dejara indiferentes, el comportamiento humano a veces nos lleva a convertirnos en monstruos....

Si hay una palabra que denomina a esta historia, esa es AMISTAD.
El autor nos presenta una historia contada en primero persona por Amir, un niño criado en Afganistán, antes de que Afganistán perdiera todo lo que poseía y dejara de ser ese lugar idílico.
Amir, nos narra su vida desde su infancia hasta su edad adulta, nos muestra su relación con Hassan, el hijo del criado de su padre. Se describe lo cruel que puede llegar a ser la vida, lo difícil que es vivir con un remordimiento en tu interior por algo que hiciste en el pasado y nos describe perfectamente lo que significa ser un amigo, la importancia de la familia para los afganos y lo que desencadena toda la actual situación política del país.
Me ha gustado mucho cómo está narrada la historia, el personaje de Hassan es la bondad en persona. He llorado con algunas situaciones que atraviesan nuestros personajes, es una historia difícil, triste y dura en muchos momentos pero tiene otros momentos donde el lector lee la historia con una sonrisa y un sentimiento de ternura que no logrará que despegues los ojos del papel que tienes entre manos.
Me hubiera gustado que el autor explicara de una manera más detallada los problemas políticos de Afganistán en el marco de historia creo que hubiera logrado comprender mejor algunos detalles.
Es una lectura preciosa, entrañable y llena de personajes maravillosos.

Esta novela es desgarradora e imprescindible. Todo el que la lea dejará algo de sí mismo en las calles de Kabul, amará y odiará a partes iguales la inocencia y la crueldad de los niños y no sabrá si enfurecerse o llorar ante lo injusto y atroz de la guerra y del fanatismo religioso.

La historia comienza en la década de los setenta, en un Afganistán muy diferente del que devendría en muy poco tiempo. Amir, el narrador, nos cuenta como era su vida a los doce años de edad, cuando anhelaba el cariño de un padre que parecía despreciarle con sus actos más que con sus palabras y se refugiaba en su amistad con Hassan, un sirviente Hazara (la casta inferior). A través de sus ojos descubriremos un país que miraba con optimismo al resto del mundo pero que, anclado en su tradición, separaba y jerarquizaba a hombres y mujeres sometiendo irremediablemente a los Chiitas al servicio de los Sunitas.

En los primeros capítulos los sinsabores y las crueldades de la vida tienen su contrapeso en la amistad inquebrantable de los dos niños, enojándonos a veces con la crueldad y el egoísmo de Amir, compadeciéndonos también de él por momentos y adorando siempre la fidelidad y el valor de Hassan. Cuando llega la competición anual de cometas el protagonista sabe ver la oportunidad perfecta para ganarse la aprobación y el afecto paterno. Ese día todo cambiará para siempre de forma precipitada, abrupta y sin posibilidad de retorno.

Pero la obra no sólo habla de aquellos años; nos muestra la cruenta invasión soviética, la lucha desesperada por la supervivencia y el exilio de los más afortunados. Nos transmite la amargura de la adaptación a una nueva vida en otro país donde todos los hombres y mujeres han terminado por abandonar sus sueños pero no sus costumbres y se sumergen en la nostalgia como pago a la posibilidad de un futuro mejor para sus hijos. Sin embargo, la existencia de Amir incluso en los Estados Unidos es indisoluble de la situación de Afganistán y con la llegada de los talibanes al poder se encuentra con la oportunidad, pero también con la obligación moral de compensar sus pecados del pasado.

Khaled Hosseini teje el tapiz perfecto en el que un hilo invisible sujeta y condiciona la vida de todos los afganos, dentro y fuera del país, a los acontecimientos que hundieron a su pueblo y su nación. Estamos ante una obra sobre la fortaleza y la debilidad, el perdón y la redención, la culpa y la inocencia. Es imposible leer este libro sin sentir un nudo permanente en el estómago que no se alivia en ningún momento y sin embargo, al cerrar sus páginas, los sentimientos preponderantes que despierta son amor y ternura.
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