Cometas en el cielo

Maravillosa historia, un relato desgarrador y conmovedor. Es uno de los mejores libros que me han recomendado, me pregunto; ¿Como no lo leí antes?. Simplemente me encanto!
Si el principio es un poco lento y no me enganchó del todo pero a medida que avanzaba no podía, más bien, no quería parar de leer.
Es impresionante la forma de narrar, tan verdadera, la sensibilidad, lo desgarrador y la profundidad de los personajes, los detalles sobre la vida o costumbres de Afganistán es vital para el relato.
Me gustó bastante que se contara detalladamente la vida en Afganistán, ya que no sabía mucho sobre ésta cultura. Pienso leer más sobre estas desventuras, te hace valorar lo bueno que tienes. Y sin duda leeré otro libro de Khaled Hosseini que no me dejo indiferente para nada.

¿Les ha pasado que a veces les resulta difícil hacer una reseña, por que el libro es muy bueno y no sabes como expresar lo que sentiste al leerlo?. Pues esto es lo que me pasa con Cometas en el cielo, pero aun así lo intentare.
Este es un libro realmente maravilloso, lleno de misterio, suspenso, drama y nostalgia, la combinación perfecta para hacer que conectes rápidamente con la historia y sus personajes. Aunque a algunos personajes los odiamos, a otros los queremos o simplemente sentimos lastima por ellos. Incluso por algunos podemos sentir todo lo anterior.
Es una historia hermosa, pero a la vez muy dolorosa y conmovedora, que tocara tu corazón logrando robarte algunas lagrimas. En muchas ocasiones nos cuestionamos sobre la actitud de los personajes. ¿Por qué actuaron así?, ¿Por qué no hizo nada?. Fue entonces que, llego un momento en el que me detuve, no se porque, simplemente me detuve, no pude continuar leyendo, no entendía porque estaba ocurriendo eso, porque el protagonista no hizo nada, eso me provoco una angustia enorme. Es hay cuando llegaron esas ganas de querer entrar en la historia e intentar ayudar a aquel indefenso niño. Y así, por primera vez, en ese momento de reflexión. Me cuestione. ¿Qué hubiera hecho yo en esa situación?
Creo que la finalidad de un libro es aflorar sentimientos en el lector, sean buenos o malos. Y sin duda este libro lo ha conseguido, ha tocado mi corazón como ningún otro lo había hecho.
Una lectura 100% recomendable, es de esas que se quedan contigo por mucho tiempo y no se olvida fácilmente.

Yo comencé esta novela sabiendo que me conseguiría un relato sobre la amistad, y me voy con más. Que nos brinde un abanico de sentimientos buenos y malos en cada personaje, le da ese toque especial. Hay partes fuertes, pero el escritor no se pega mucho en esos momentos, te los muestra de una manera tan clara que no hace falta más. Nos muestra lo imperfecto del ser humano de una manera tan clara. Lo blanco y negro de cada quien, ese abanico de sentimientos y acciones que no permiten encasillar a los personajes principales en buenos o malos con sus acciones, como la vida misma. Ser valientes es fácil decirlo, a ver si resulta cuando nos toca.

Cuando algo se rompe, por mucho que trates de recomponerlo no volverá a ser lo mismo, más aún cuando lo que se destroza es la inocencia, la identidad y, sobre todo, el alma.

Podrá volver a aparecer el brillo de tus ojos, pero nunca regresará al estado de pureza original.
No se vuelve a nacer.
Nunca.

Cometas en el cielo es una novela de amistad, de culpa, penitencia y redención. ¿Podemos juzgar negativamente a Amir por su falta de madurez? ¿Por su cobardía? ¿Por sus acciones para alejar una culpa que continuamente le juzga y atormenta?
Yo creo que no.
No olvidemos que el protagonista de esta historia no deja de ser un niño y a cada cual la madurez le llega a su ritmo.

Mucho más difícil hacerlo, cuando tu inseparable compañero de juegos es la lealtad sin fisuras. Por ti lo haría mil veces. Sin sombra de dudas.

Afganistán como telón de fondo, absurda e injusta. Una misma religión donde los matices son corrientes separatistas, radicalización descerebrada, fobia a todo lo distinto, y un poder que finalmente se impone desde la vejación.
Miedo, sometimiento y tortura como forma de gobierno.
La impunidad es el combustible impecable de la mezquindad humana. Con ella queda abierta la caja de Pandora.

Tan bella como dura, la novela discurre con prosa sencilla y tranquila, y en su serenidad narrativa, te desgarra, creando una hemorragia que escuece y te obliga a devorar cada página pese a la continua angustia.

Podrás cambiar mil veces las bombillas, pero nada brillará igual que la luz primitiva.

Uno de esos libros que embellece cualquier biblioteca.

Soy tan rara que no hay una cosa que me guste más que llorar y reis al mismo tiempo Cosa que he podido hacer varias veces mientras leía esta preciosa novela lo he hecho varias veces, formando parte de la familia de Amir, de la relación tan poco habitual entre un padre y un hijo en Afganistán, el criado que lleva con ellos toda la vida y su hijo, incluso cuando tienen que abandonarlo todo y emigrar.
Llevaba mucho tiempo intentado hacerle un hueco en mi lista infinita a este escritor y hoy, por fin es el día.
Una historia de amistad y de amor paterno filial muy emotiva, que plasma con toda la realidad posible, incluso de forma cruel, los cambios producidos en Kabul por los diferentes sistemas políticos que han tenido, que sobrevive a los cambios en el tiempo y en el espacio, pero siempre está ahí, haga sol, llueva o nieve.
Además, las injusticias hacen que me hierva la sangre, y no se me ocurre una tan grande como que a las buenas personas les pasen cosas malas, ¡qué ganas de abrazar a Baba! ¡Y que ganas de correr a escobazos a los rusos, a los talibanes, a los niñatos que estropean algo tan bonito!
He visto la novela gráfica en una biblioteca digital, que voy a empezar ya mismo y también hay una película, que deberá esperar a que mi corazoncito se reponga, pero desde luego, esta es una esas lecturas que no dudo en aconsejar con los ojos cerrados.

Este era otro de esos libros que tenía pendiente desde hace vete tú a saber cuánto, pero por fin le llegó la hora y como suele pasar en estos casos ahora me pregunto ¿pero por qué no lo he leído antes?
-Lo que me ha gustado: en conjunto es una historia maravillosa, de las que recuerdas, de las que estremecen. Tiene una ambientación perfecta, haciendo que mientras recorres sus páginas, casi puedas sentir el polvo y el miedo. He aprendido mucho sobre Afganistán que para mí es una gran desconocida.
-Lo que no me ha gustado: en mi opinión, tiene demasiados términos afganos que me ha costado entender y cortan el ritmo de lectura. Tiene partes excesivamente descriptivas.
-¿Lo recomiendo? Por supuesto, es un libro difícil de olvidar.

Esta es la historia de dos niños de clase social totalmente diferentes.
Amir es hijo de un poderoso hombre de negocios y Hassan es un hazara, etnia del norte de Afganistán. El padre de Hassan es un sirviente de la casa, pero el padre de Amir a pesar de las diferencias sociales, comparte su tiempo entre sus dos hijos Amir su verdadero hijo, y Hassan al qué trata como su segundo hijo.
Estos dos niños crecerán juntos serán tan amigos, que se sentirán como dos hermanos. Amir quiere ganar el campeonato anual de cometas y no dudará en pisar a su amigo traicionando la amistad que les unía.
Es un libro duro, ambientada en Afganistán en los años setenta, con la llegada de los talibanes, el despotismo; una novela emotiva, en la que no hay momentos escabrosos como tal, pero sólo la imaginación de la dureza de la vida para estos niños, te hace llorar, la injusticia, el dolor, la pena descritos con toda la carga emocional, que conlleva la lectura de este libro, no te dejará indiferente.
Cuando se rompen los lazos de amistad, es imposible recomponerla y la culpabilidad de Amir al saber que le ha roto el alma a su amigo incondicional, no le dejara vivir. Pero el mal ya está hecho y esa pena desgarradora de Hassan será irremediable.

Encontré la aventura gráfica en una biblioteca digital mientras me estaba leyendo la novela original, y en cuanto terminé una, comencé con la otra. Me la he bebido en menos de un día.
Os puedo asegurar que esta nueva versión no disminuye la angustia, a mi parecer los perores momentos han sido aún más crueles, precisamente por ver los ojos de los protagonistas en las ilustraciones, que están maravillosamente hechas.
Aconsejo su lectura si os encontráis en un momento fuerte de ánimo, pero si estáis de bajón, mejor dejadlo pasar.

Esta novela es desgarradora e imprescindible. Todo el que la lea dejará algo de sí mismo en las calles de Kabul, amará y odiará a partes iguales la inocencia y la crueldad de los niños y no sabrá si enfurecerse o llorar ante lo injusto y atroz de la guerra y del fanatismo religioso.

La historia comienza en la década de los setenta, en un Afganistán muy diferente del que devendría en muy poco tiempo. Amir, el narrador, nos cuenta como era su vida a los doce años de edad, cuando anhelaba el cariño de un padre que parecía despreciarle con sus actos más que con sus palabras y se refugiaba en su amistad con Hassan, un sirviente Hazara (la casta inferior). A través de sus ojos descubriremos un país que miraba con optimismo al resto del mundo pero que, anclado en su tradición, separaba y jerarquizaba a hombres y mujeres sometiendo irremediablemente a los Chiitas al servicio de los Sunitas.

En los primeros capítulos los sinsabores y las crueldades de la vida tienen su contrapeso en la amistad inquebrantable de los dos niños, enojándonos a veces con la crueldad y el egoísmo de Amir, compadeciéndonos también de él por momentos y adorando siempre la fidelidad y el valor de Hassan. Cuando llega la competición anual de cometas el protagonista sabe ver la oportunidad perfecta para ganarse la aprobación y el afecto paterno. Ese día todo cambiará para siempre de forma precipitada, abrupta y sin posibilidad de retorno.

Pero la obra no sólo habla de aquellos años; nos muestra la cruenta invasión soviética, la lucha desesperada por la supervivencia y el exilio de los más afortunados. Nos transmite la amargura de la adaptación a una nueva vida en otro país donde todos los hombres y mujeres han terminado por abandonar sus sueños pero no sus costumbres y se sumergen en la nostalgia como pago a la posibilidad de un futuro mejor para sus hijos. Sin embargo, la existencia de Amir incluso en los Estados Unidos es indisoluble de la situación de Afganistán y con la llegada de los talibanes al poder se encuentra con la oportunidad, pero también con la obligación moral de compensar sus pecados del pasado.

Khaled Hosseini teje el tapiz perfecto en el que un hilo invisible sujeta y condiciona la vida de todos los afganos, dentro y fuera del país, a los acontecimientos que hundieron a su pueblo y su nación. Estamos ante una obra sobre la fortaleza y la debilidad, el perdón y la redención, la culpa y la inocencia. Es imposible leer este libro sin sentir un nudo permanente en el estómago que no se alivia en ningún momento y sin embargo, al cerrar sus páginas, los sentimientos preponderantes que despierta son amor y ternura.
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Si hay algo en la vida que se debe valorar, es aquella relación humana que puedes entablar con quien te demuestra con hechos cuanto le importas, que aún sin esperar nada a cambio, permanece al lado tuyo a pesar de las dificultades. Pero infortunadamente a veces nuestro orgullo, uno que otro prejuicio o miedo, nos pasa factura, y cuando logramos comprender de la fortuna que tuvimos con esa persona, seguramente será demasiado tarde.

El autor afgano, Khaled Hosseini presenta en esta su primera obra, la cruda realidad de su patria, una tierra atormentada por una guerra civil que comienza en 1978, y que ha cobrado la vida de miles de personas. Dentro de este complejo escenario y como protagonistas, nos encontramos con Hassan y Amir, dos niños que viven juntos (el primero es el criado del segundo) amigos inseparables, pero donde la lealtad empieza a pesar más en un lado de la balanza.

Realmente esta historia es de esas que te llegan directamente al corazón, donde es imposible no conmoverse con varias situaciones, estas que nos quedan taladrando en la mente y nos llevan a preguntarnos ¿Cuántas cosas iguales o peores que estas pudieron suceder? A pesar de lo fuerte que puede parecer en algunos momentos, nos deja otros tantos momentos muy bellos y emotivos. Sin duda alguna, el autor cumple con su objetivo y no nos deja indiferentes, respecto a la problemática política de fondo que se presenta, como de las relaciones que tenemos con los demás. Super recomendado…y no estaría mal también una caja de pañuelos.