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Críticas sobre Léxico familiar (8)
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marulibros
 08 January 2024
Es un paseo por las vivencias propias de la autora y su entorno familiar, que a modo de pensamientos, recuerdos, anécdotas y conversaciones nos va acercando a ese momento, a ese lugar y casi a formar parte en tiempos convulsos de su familia judía y antifascista 

Con sus juegos de palabras, motes, frases que siempre se repiten, apodos con los que se bautizan a conocidos y desconocidos, ese idioma tan personal que cada familia va construyendo, para en confianza, hablar de todo y de todos, propios y ajenos

Me ha maravillado la cantidad de notas que aparecen a lo largo de la obra, personajes que tuvieron su relevancia y referencias, que a la hora de querer indagar enriquece y complementa una época y su historia

Me ha sacado más de una sonrisa, hay momentos y frases muy ocurrentes y divertidas, reflexiones ante la pérdida y el seguir adelante, las doctrinas, la amistad, la educación, los valores 

Una novela que resulta cercana y empática porque cada familia sea como sea, siempre tendrá su propio "Léxico Familiar"
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herbookss
 22 September 2023
Todas las familias tienen un código propio, palabras, expresiones y anécdotas que se repiten, símbolos, formas de hablar y un lenguaje doméstico que los caracteriza y une. Es en ese léxico familiar y a través de él donde cada uno de los miembros es y tiene su lugar. Y justamente ese léxico es la forma que utiliza Natalia Ginzburg para mostrarnos a su familia, y con ella también su propia vida y un pedacito de la historia de un país.

Puede parecer una narración sencilla, no hay trama, no parecen más que escenas domésticas, diálogos y conversaciones cotidianas, del día a día. Pero hay mucho, mucho más. Ese costumbrismo nos sumerge en la vida de una familia judía en la Italia fascista de los años 30 - 50 y, casi sin darnos cuenta, cada escena va cobrando importancia y nos llevan a conocer algunos de los acontecimientos políticos más relevantes de la época.

La escritura de Natalia es precisa, cercana y con una gran capacidad de transmitir algo muy grande a través de cosas pequeñas. Merecidísima ganadora del Premio Strega (el más importante en Italia) en 1961, hay que leerla.
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lecturalateral
 20 May 2021
En este libro, Natalia Ginzburg bordea reflexiones, emociones y sentimientos, pero nunca se sumerge en ellos. Simplemente nos comparte con fluidez las palabras y frases que pertenecían a su familia, los Levi, y que crearon un sentido de pertenencia común. La autora se ubica como narradora distante de los hechos y nos lo aclara desde el primer momento: “No deseaba hablar de mí. Ésta no es mi historia, sino (incluso con vacíos y lagunas) la de mi familia.” Pero ésta no es únicamente la historia de una única familia íntima como solemos concebirla. La familia de Natalia se fue extendiendo a lo largo de los años, y de las páginas en su relato, desde su primer núcleo en el hogar, conformado por su padre, su madre, sus tres hermanos y su hermana, hasta la inclusión de las amistades familiares. Finalmente, Léxico familiar resulta la historia de una familia, ampliada por su entorno y sus vínculos cercanos, de un país y de una época.

El léxico familiar de los Levi nos presenta sus personalidades y sus pensamientos. Nos adentramos en la vivienda de esta familia italiana antifascista de principios del siglo XX, donde el padre es un déspota temperamental que recae con violencia en insultos, comparaciones exigentes y prohibiciones, y la madre es una optimista y alegre mujer, al mismo tiempo un poco melancólica, que nada prohíbe. En este hogar políticamente progresista y socialmente conservador se criaron los cinco hermanos Levi. El juego, la poesía y la creación formaron parte indisoluble de su infancia. El arte y la expresión como contraposición al derrotismo. al final, todos fueron libres e hicieron de sus vidas lo que desearon. Lo admirable y sorprendente de Natalia Ginzburg es su creación del retrato familiar con ternura aún en un contexto de violencia naturalizada. ¿Si nos preguntamos por nuestra propia familia, no solemos encontrarnos con aceptación y rechazo por distintas cualidades, pero siempre con un presente e incondicional amor?

Las palabras cumplen un papel testimonial y trascendente. La cotidianeidad y la intimidad familiar continúan envueltos por sombríos momentos históricos: el ascenso del fascismo en Italia, el advenimiento de la guerra, la persecución política, religiosa y racial y la deportación de judíos. Esta familia ampliada, este sector judío de la población lleno de futuros políticos, activistas e ideólogos socialistas sufre las consecuencias de este horror histórico y el relato vibra con emociones no nombradas, sin embargo intensamente presentes en sintéticos puntos suspensivos.

Es un libro prodigioso, escrito con una prosa sencilla y profunda, cargada de imágenes y recuerdos. Es sumamente emotivo, por su cercanía y familiaridad, su cotidianeidad y por la sinceridad con la que escribe. A medida que sus páginas avanzan se va tornando aún más intimista y Natalia se abre y empieza a mostrar su propia vulnerabilidad. Logra la profundidad en la anécdota, encuentra la permanencia en lo efímero.

“Este libro, aunque haya sido extraído de la realidad, debe leerse como se lee una novela, es decir, sin pedir más, ni menos tampoco, de lo que una novela puede ofrecer.”
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sonechka
 24 February 2021
Léxico familiar no es exactamente una autobiografía, pero son fragmentos de la vida de Natalia Ginzburg. Y aunque las personas que habitan sus páginas son de carne y hueso, algunos famosos escritores, políticos o empresarios, de algún modo también son los personajes de una novela -como la propia Natalia dice en la nota de la autora-. Natalia nos presenta una realidad -la suya, la que ella recuerda-, a través del vocabulario creado por su familia, de esas expresiones que evocan historias propias que generaciones comparten.

Ginzburg se encarga de narrar lo cotidiano de una forma concisa y sin adornos. Hila de manera admirable situaciones y hábitos aparentemente inconexos. Esto para mí fue un arma de doble filo porque si bien me pasmaba la facilidad con la que una anécdota conducía a otros acontecimientos, tampoco me permitía profundizar en cuestiones que tal vez me estaban interesando más que la propia historia.

Y aunque al principio tenía la impresión de que deja al lector la tarea de analizar a los personajes, conforme seguí leyendo me pareció que los vemos como Natalia quería mostrárnoslos. Que además de la narración sencilla de las costumbres de sus familiares y amigos, Natalia nos muestra un poco de sus sentimientos respecto a ellos. Nos deja intuir cosas, como el gran cariño que sentía por Leone o la tristeza que soportó tras su detención, pero sin embargo su forma de contarlo me resultó insuficiente e incluso aséptica. al final todo esto supuso que desconectase de la historia, que llegara a cansarme la reiteración, que apenas sintiese nada por esta familia.

Leerlo en LC me ayudó a no quedarme solo con la primera impresión, a ver un lado cómico en personajes tan detestables como el padre, ese hombre que llamaba tonta a su mujer, palurdos a sus hijos, que estallaba colérico contra cualquiera que estuviese en casa, aquel a quien la gente temía y que -en palabras de Natalia- trataba mal a amigos e hijos; también a interpretar de otra forma detalles que en una primera lectura me disgustaron. Definitivamente no ha sido una lectura relevante para mí, pero compartir impresiones sobre Léxico común ha sido genial y enriquecedor, me ha permitido conocer a una autora que posiblemente no me habría animado a descubrir sola.
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Queridobartleby
 15 March 2019
En el libro, Natalia plasma las memorias en torno a su vida alrededor de su familia, allegados y amigos desde el punto de vista de su personal mirada.
De ella misma nos ofrece menos información, si bien muy apreciable para acercarnos a la autora, sus ideas y sentimientos.
Adquieren verdadero protagonismo en el libro sus padres y hermanos. La magnética figura de su padre de origen judío, científico y profesor, amante de la montaña; sobresale por encima del resto de personajes:
"Mi padre admiraba y apreciaba el socialismo, Inglaterra, las novelas de Zola, la fundación Rockefeller, la montaña y los guías del valle de Aosta."
Su madre Lidia, de carácter optimista, es el pilar de la unión familiar, además de proteger en momentos difíciles a Natalia; aquí nos traza unas pinceladas de ella:
"Mi madre amaba el socialismo, la poesía de Paul Verlaine y la música, sobre todo Lohengrin, que nos solía cantar después de cenar."
"A mi madre le alegraba contar historias, porque amaba el placer de narrar. Comenzaba a contar algo en la mesa dirigiéndose a uno de nosotros, y tanto si contaba algo de la familia de mi padre como de la suya, ponía mucha pasión y siempre era como si relatase aquella historia por vez primera a oyentes que no la conocían."
Nos cuenta en torno a los hermanos. En el momento de escribir el libro, viven alejados unos de otros, pero les unen recuerdos comunes, plasmados en frases recurrentes del pasado.
Duros tiempos de fascismo y guerra. Los hermanos estaban muy comprometidos. Mario fue apresado, pero pudo escapar a Suiza y posteriormente a Francia.
Su padre, por su origen judío, perdió la cátedra. Lo invitaron a dar clases en Lieja y allí permaneció dos años.
Los momentos más dolorosos se producen en las tristes circunstancias que acontecieron al intelectual Leone Ginzburg; con el que casó Natalia. Nacido en Rusia en una familia judía, se trasladó a Turín a temprana edad.
Posteriormente en el excelente libro: "Pequeñas Virtudes", en el ensayo sobre los Abruzzos, hablará en torno a su estancia allí; en su confinamiento al que se vieron obligados por Mussolini.
Comenzó a trabajar en la editorial Einaudi, de la que era cofundador su marido. Allí trabajaban Balbo, que acabó siendo su mejor amigo y Cesare Pavese, al que dedica otro emotivo ensayo en "Pequeñas Virtudes".
La obra ofrece mucho más. al principio del libro, nos anima a leerlo como si de una novela se tratase. Está escrito con la inteligencia y agilidad narrativa característica de Natalia Ginzburg; con muchos puntos en común con el imprescindible libro de ensayos: "Pequeñas Virtudes", editado por Acantilado.
Mi crítica completa:
Enlace: https://queridobartleby.es/n..
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pasiondelalectura
 17 September 2018
Es la novela más conocida de Natalia Ginzburg que recibió el Premio Strega 1963, una novela autobiográfica.
La primera parte es muy amena con un retrato divertido de la familia compuesta por un padre estentóreo, una madre fantasiosa, tres hermanos con personalidades fuertes y una hermana muy diferente de Natalia.
Son personajes importantes también la abuela paterna, la asistenta Natalina y amigos variopintos.
Natalia vivió una infancia muy especial con un léxico intrínseco en el interior del hogar.
La segunda parte del libro es menos divertida porque la autora va muy rápido con el relato sin entrar en los detalles y sin ningún sentimentalismo, en condiciones que Natalia se mueve en un medio intelectual, fervientemente anti fascista.
Enlace: https://pasiondelalectura.wo..
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GeneracionPapel
 18 November 2021
Sinceramente, no sabía qué esperar de este libro, y me ha sorprendido gratamente. Me ha gustado la idea de la autora de presentarnos a su familia y amigos a través de sus expresiones recurrentes, de anécdotas aparentemente sin sentido, de recuerdos transparentes, sin grandilocuencias, sin dramatismos...

Natalia Ginzburg nos invita a echar una ojeada a los recuerdos de su infancia, de su juventud, de su paso a la edad adulta. Pero no debemos esperar de ella lecciones de vida, ni intimidades, no... Me ha dado la impresión más de una vez de que ella misma se aparta a un lado para dar voz a sus padres, a sus hermanos, a sus amistades, y entre esas voces, ella nos va guiando en un tiempo no lineal, un tiempo líquido y desordenado, como es el tiempo en nuestra memoria.

Este libro, además, nos muestra de una forma muy sencilla y directa, curiosamente no exenta de humor, cómo vivieron en su entorno la Italia fascista, la ocupación alemana, las detenciones de sus familiares, el exilio de algunos de sus seres queridos... Como venía de leer una novela con unos ingredientes similares que explotaba lo melodramático al límite, creo que por contraste me he sentido muy bien acogida entre estas páginas que asumían con naturalidad algo que nunca debió ser "normal": persecuciones a judíos, presos políticos, confinamientos de opositores al régimen... E incluso una vez terminado este período más oscuro de la historia italiana, nos sorprenderá también encontrar alguien que echará de menos la "emoción" de ese momento...

Puedo entender que haya gente que considere algo frío el relato de Natalia Ginzburg, sobre todo cuando pasa de puntillas por episodios determinantes de su vida. Mi opinión es que es fácil confundir el humor con la frivolidad, cuando muchas veces es un mecanismo de defensa, o confundir el silencio con la carencia de sentimientos, cuando muchas veces unos puntos suspensivos dicen más que mil palabras... En este sentido, yo creo haber conectado con la escritura de Natalia y he conseguido sentirme como una más en esa familia en la que, en el fondo, por peculiar que sea, todos podemos encontrar algo de la nuestra.

Es la primera obra que he leído de Natalia Ginzburg y seguro que volveré a leerla en el futuro.
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MarMartinezRipoll
 01 March 2024
Recordando las frases que más se usaban en su familia, la autora nos mete en la historia de su vida desde la infancia hasta su segundo matrimonio.
Y a través de esas frases veremos la vida de una familia judía en la Italia fascista, con sus persecuciones y trabas, pero con un toque casi histriónico gracias a esas frases familiares.
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