El coronel no tiene quien le escriba

Hasta ahora, de la primera etapa del autor, esta ha sido mi novela favorita, y para empezar a habar de ella, me gustaría traer a colación un soneto de Sor Juana Inés de la Cruz:

Diuturna enfermedad de la esperanza
que así entretienes mis cansados años
y en el fiel de los bienes y los daños
tienes en equilibrio la balanza;

que siempre suspendida en la tardanza
de inclinarse, no dejan tus engaños
que lleguen a excederse en los tamaños
la desesperación o la confianza:

¿quién te ha quitado el nombre de homicida
pues lo eres más severa, si se advierte
que suspendes el alma entretenida

y entre la infausta o la felice suerte
no lo haces tú por conservar la vida
sino por dar más dilatada muerte?

Esta novela es el epítome de esperar hasta el hartazgo y, cuando ya no queda más que perder, sigue sin morir la maldita esperanza. Esta no es una novela que te hace creer que hay una luz al final del túnel, antes bien, es todo lo contrario, una novela donde el desasosiego se siente latente en todo momento. La historia nos narra como un un viejo coronel espera la pensión por sus actos heroicos durante la guerra civil: una pensión que podría solventar sus problemas económicos, la muerte de su hijo y el sustento básico de su vivienda, empero ¡la pensión no llega desde hace quince años! Siento que en esta novela García Márquez describe la terquedad humana, ese terquedad que sobrepasa la esperanza y convierte a uno en esclavo de la rutina con la promesa de un mejor mañana, promesa que día a día se desvanece y muere sin intenciones de resurgir en el futuro.
No es fácil leer esta novela, pues la empatía que se despierta por los personajes es tan fuerte que uno termina por esperar que llegue la pensión del coronel, sin embargo, como cada viernes, nos damos cuento que "el coronel no tiene quien le escriba" desde el maldito y corrupto gobierno que poco a poco asola al pueblo colombiano.

Sin duda una de las mejoras obras de Gabo.


Pd: Segunda mención del mítico Aureliano Buendía. Su presencia se hace cada vez más relevante.

Hace años leí la mayoría de las obras de Gabriel García Márquez, y me gustaron tanto que estoy volviendo a leerlas poco a poco. La última fue "El coronel no tiene quien le escriba", con la excusa de la nueva edición ilustrada por Luisa Rivera.

Esta novela, que más bien parece un relato por su extensión, es muy sencilla, fácilmente accesible a todo tipo de lectores, contrariamente a otras obras más complejas. Aquí, no encontramos el realismo mágico propio del autor. Los personajes son corrientes, anónimos, como podríamos ser cualquiera de nosotros.

Aunque encontremos referencias a Macondo y a Aureliano Buendía, los hechos, anteriores a "Cien años de soledad", son de lo más común.

Un coronel, veterano de la Guerra de los Mil Días, espera su pensión mientras malvive junto a su mujer y un gallo de peleas. Cada viernes, espera la carta del gobierno que nunca llega. A pesar de ello, no pierde la esperanza y piensa que la pensión está a punto de llegar.

Es una novela muy realista, que transmite a la perfección la angustia y la miseria de este coronel y de su esposa. Vale la pena leerla, en parte por su frase final lapidaria, que no olvidaréis. García Márquez se inspiró en hechos reales, y es que su abuelo fue un coronel que nunca recibió la pensión que se le prometió.

En definitiva, una obra corta e inolvidable, en la que se cuentan hechos ordinarios de forma brillante y extraordinaria. Como siempre, una gran obra literaria.
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Recuerdo que leí este libro a los 13/14 años, era una lectura obligatoria del colegio, pero para aquel entonces me pareció soso y aburrido... que diferente es la visión que tengo ahora después de haberlo releído, simplemente las palabras hablan por si solas.

Y es que la prosa de García Márquez, refleja en tan pocas páginas las carencias y miseria económica a la que es arrastrado el Coronel, para quien cada día es una lucha constante para sobrevivir.

El hambre y la miseria son dos elementos constantes a través de toda la historia, pero por encima de todo la todavía viva esperanza de recibir su pensión de veterano por haber servido a su país en la guerra civil.
Fue triste leer con que ilusión el Coronel acude cada semana al correo a esperar la tan esperada carta con la confirmación de su pensión, se me desgarraba el corazón cada que obtenía una negativa... esa firme convicción de que el gobierno reconocería su sacrificio, pero una vez mas como sucede a menudo en Latinoamérica, los gobiernos se olvidan de los veteranos, solo fueron usados, desechados y dejados en el olvido y los beneficiados son los pocos políticos y corruptos que detentan el poder.

Y el gallo... el pobre gallo de riña que es el único recuerdo que le queda de su hijo fallecido, del cual no quiere despojarse como si fuera parte vital de su vida, que forma parte de la memoria de buenos recuerdos del pasado cuando su hijo aún vivía, oh bendito animal, creo que el único motivo tanto de alegrías como de tristezas del anciano coronel, ya que la miseria era tanta que hasta alimentarlo suponía una carga cada vez mas difícil de mantener.

En general una historia bonita y desgarradora que merece ser leída.

«La ilusión no se come —dijo la mujer.
No se come, pero alimenta, replicó el coronel.»

El coronel y su esposa viven su ancianidad sumidos en la mayor de las miserias, sin alimento que llevarse a la boca, enfermos, esperando durante años una pensión por los servicios prestados en el ejército. Pensión que nunca llega.
Esa esperanza llena sus días, pero en el caso de que dicha gratificación se siga demorando, confían en hacer dinero en las apuestas de peleas de gallos con el ejemplar que les dejó su hijo antes de morir. Tendrán que decidir entonces si comer ellos, o alimentar al animal.
Tercera novela que leo de Gabo, segunda que escribió el premio Nobel colombiano, alejada de ese realismo mágico al que tanto se le asocia y a ese estilo alambicado de otras aclamadas obras suyas como 'Cien años de soledad.
Aquí García Márquez va al grano. Frases cortas y directas para poner de relieve una realidad que con los pertinentes adornos literarios le tocó vivir a sus propios abuelos. Una desoladora pobreza cuyos protagonistas sobrellevan con toda la dignidad de la que son capaces y agarrados al vacío de una remota esperanza.
Benedetti la consideraba como la mejor obra de Gabo, incluso él mismo así lo manifestaba, llegando afirmar que "Tuve que escribir 'Cien años de soledad' para que leyeran 'El coronel no tiene quien le escriba'". Además, para deleite de amantes de la obra maestra del colombiano, en la presente ya se cita Macondo o la figura de un tal Aureliano Buendía.
Siempre es un placer descubrir nuevas novelas de este genio de las letras y recomiendo sin objeción esta obra corta para adentrarse en su literatura. Personalmente no sabría decir cuál de los libros leídos hasta ahora de García Márquez sería mi favorito, ¿vosotros sí que lo tenéis claro?

Hacía años que no leía a este Premio Nobel. Aún guardo el recuerdo de Cien años de Soledad, una maravilla...
Reconozco que este reencuentro no ha sido demasiado satisfactorio, quizás podría decir eso de no eres tú, soy yo, pero en este caso es que creo que esta novela corta no está a la altura del autor.
A pesar de que es muy cortito me ha costado leerlo y no lo he disfrutado.
A veces cuando un autor tiene una obra maravillosa es difícil que las demás la alcancen ¿No creéis?

Creo que es el primer, no, el segundo libro que leo de este autor, y no me está defraudando para nada.

El primero fue Crónica de una muerte anunciada y esta segunda novela corta es El coronel no tiene quien le escriba.

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El coronel protagonista lleva veinticinco años confiando vanamente en la ratificación oficial de la pensión que le correspondía. Vive malamente con su mujer asmática y a duras penas logran salir adelante. Solo un gallo de pelea que mantienen que era de su hijo fallecido, parece ser la solución a sus problemas...

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Historia entretenida, que hace seguir de cerca todas las penurias de este matrimonio y a mi me contagio una tristeza y angustias que no cesan ni en el final. Final abierto por cierto.
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(5/5)
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Qué maravilla. Cuánto lo he disfrutado.

De García Márquez solo había leído (y varias veces) «Crónica de una muerte anunciada», y es que me gusta tanto que nunca me animaba a leer otro.

🗯Los protagonistas son un anciano matrimonio que vive en la más completa indigencia. Él es un antiguo coronel que sirvió a su patria durante la Guerra Civil, y ambos (su mujer y él) esperan en vano que les llegue el pago de la pensión militar que le fue concedida. Día tras día, y año tras año desde hace quince. Y entre medias, la enfermedad de la mujer, la pérdida de un hijo que le balearon en una gallera, y un gallo de pelea que solo les genera gastos y al que también deben alimentar.

La historia es corta, es un relato corto o cuento. Se lee en nada. Pero es sumamente triste. A mí al menos me ha parecido un matrimonio entrañable, y me ha dado mucha pena toda su situación.

Mención aparte, el final. Que me ha parecido incluso algo humorístico.

Lo dicho. Una maravilla.

NOTA: Foto 3. Anotación encontrada en mi ejemplar de segunda mano.
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¿Qué encontraréis en este libro? Una conmovedora historia de fe, esperanza y resignación.
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Erratas encontradas: 48 (🤦 ¡psicoanalista ven a mí!).
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FRASES SUBRAYADAS:
&#xNaN«Varias veces he puesto a hervir piedras para que los vecinos no sepan que tenemos muchos días de no poner la olla».
&#xNaN«Así la vida es un soplo».
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Lectura para 5 de los #24retosdelectura:
2.- El libro favorito de alguien a quien quieres
3.- Un libro que transcurra en una zona rural
5.- Protagonizado por alguien mayor de 60
7.- Ay, no esperaba que me gustara tanto
19.- Portada naranja
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Una de mis grandes lagunas literarias se centra en la literatura iberoamericana. Aunque he leído algún que otro libro, siempre he tenido una cierta prevención frente a ella, que ha hecho que me oriente hacia las obras de otros países.
Después de esta confesión, tengo que agradecer al reto de Babelio de la vuelta al mundo la lectura de El coronel no tiene quién le escriba.
Probablemente muchos lo habréis leído en vuestra juventud, en el Instituto o en la Universidad. Si pertenecéis a este grupo os animo a releerlo. El argumento de la obra es sencillo: un coronel de edad respetable (75 años), que malvive junto a su esposa y un gallo de pelea en una pobre casa, pasa sus días esperando una carta que le notifique que le ha sido concedida la pensión que le corresponde para vivir.
Lo primero que me ha llamado la atención de la obra ha sido su capacidad de síntesis. En tan solo 102 páginas, Gabriel García Márquez consigue trazar con fuerza la personalidad de todos los personajes de la obra a través de un lenguaje extremadamente cuidado. En el caso de coronel es llamativo la utilización continua de términos que contienen la r, un sonido que se ajusta a la perfección con el carácter luchador del protagonista. El coronel además tiene un alter ego en la obra: el gallo de pelea. Éste era propiedad de Agustín, su hijo muerto. El coronel recibe este gallo como una herencia de su hijo, de su pervivencia en el tiempo.
El gallo, en esta obra en la que los protagonistas pasan hambre de verdad, representa la esperanza. La esperanza de poder salir de pobres si se vende por un precio justo. Pero también es el coraje, la fidelidad a la familia y el honor. Así, el animal supone un elemento de discusión entre el coronel y su esposa, que languidece enferma de asma y lucha por poner algo de comida en la mesa cada día. La esposa quiere vender el gallo, quiere sobrevivir a cualquier precio. Pero para el coronel es imposible sobrevivir sin dignidad.
Gabriel García Márquez afirma que esta es su obra favorita, y defiende que escribió Cien años de soledad para que el gran público leyera esta novela.
Después de haberla leído y de haber reflexionado sobre su estructura redonda y su magnífico lenguaje no puedo menos que suscribir la opinión del autor y animar a la lectura de esta pequeña gran novela.

“ «No tienes el menor sentido de los negocios», dijo. «Cuando se va a vender una cosa hay que poner la misma cara con que se va a comprar».” ~ El coronel no tiene quien le escriba de Gabriel García Márquez.

El coronel no tiene quien le escriba narra las penurias de un matrimonio que ha perdido a su hijo y conserva su gallo de pelea. Mientras el marido espera que el gobierno le reconozca una paga por sus servicios en el ejército, sobreviven a duras penas en una casa en ruinas y alimentando al gallo como futura fuente de ingresos. ¿Que se podían haber comido el gallo? Sí. ¿Que intentaron venderlo? También. Porque todo el pueblo tenía esperanzas en ese gallo campeón pero el único comprador quiso timarlo.

Así, la historia avanza hacia la mujer cada vez más enferma y a su marido cada vez más terco. Mientras, el gallo comiendo de lo que ellos se privan.

Esta breve obra de Gabriel García Márquez me ha dejado tal cual. La historia no está mal y tiene su trasfondo pero a mi me ha faltado un golpe de efecto que he estado esperando en vano durante su lectura. ¡Que nadie se rasgue las vestiduras por ello! A lo mejor la leo en otro momento y me parece una super historia pero ahora, ni frío ni calor. Bueno, frío sí, el que sentía por la humedad de la casa de los protagonistas.

En esta novela García Márquez nos traslada a una historia de lo cotidiano, no hay grandes acontecimiento si no el lento pasar de los días mientras un hombre de 75 años junto a su mujer esperan una carta que ha tardado 15 años. Una carta en las que tienen cifradas todas sus esperanzas, en esa carta y en un gallo de pelea al que se aferran porque perteneció a su hijo fallecido.
Pocos personajes componen la historia, el coronel, su mujer , y unos cuantos más dan vida a esta historia que deja una sensación de angustia en el alma, que conmueve. Sensación que persiste más allá de la última página.
Es un libro en que el autor colombiano da muestra de todo el talento narrativo que lo caracterizaba, en que además por medio de esta historia ficticia da la impresión de que está contando la historia de hombres que en un momento dieron todo por sus ideales y por su patria, pero que luego son olvidados.