Esta es la primera novela del famoso
García Márquez que pasa por mis manos. Agradezco que sea breve porque ahora mismo no soy capaz, mentalmente hablando, de meterme un atracón de lectura.
Al ser una crónica, nos muestran los hechos después de muchos años. El narrador se hace cargo de recopilar la información para escribir la crónica. Hace una descripción muy detallada tanto del incidente como de la forma de vivir en el pueblo, cómo eran sus gentes y cuál era su forma de pensar.
Me parece increíble que todo un pueblo sepa que van a matar a un hombre (injustamente, dicho sea de paso) y casi ninguno hace algo al respecto. Hablan a sus espaldas “miren, a ese lo van a matar”, ¡y no lo evitan! Todos son cómplices de su muerte, pero se lavan las manos. Esto me producía un gran desasosiego, sobre todo sabiendo que el relato está basado en hechos reales.
Al principio la trama llegó a provocarme verdadera angustia porque quería que se salvara de la muerte, pero mi desazón no tenía sentido porque desde el principio te dicen que el hombre lleva 20 años muerto... Sin embargo, cuando nos muestran de nuevo a los personajes implicados al trascurrir todos estos años, contándonos qué ha sido de sus vidas, el libro se me hizo lento y aburrido, dejándome indiferente. Quizá fuera porque, en general, ninguno de los personajes despertó mi interés o simpatía, excepto la víctima.
Fue en el último capítulo donde explican, paso a paso, cada detalle de los últimos instantes de vida de Santiago Nasar; tuve la sensación de verlo todo a cámara lenta. Volví a sentir esa impotencia al ver que nadie era capaz de evitar una muerte tan absurda, cómo todos y cada uno de los acontecimientos se truncaban y el momento de salvación se esfumaba sin remedio.
A pesar de su brevedad, no ha sido una lectura sencilla. Desde el inicio hay palabras y expresiones típicas de américa del sur, pero desconocidas para mí, con lo cual me perdía con facilidad. La combinación de nombres para cada una de las personas del pueblo era alucinante. Jamás había visto tal mezcla de apellidos y nombres tan propios de una telenovela. Además, siempre me ha llamado la atención que, en iberoamérica, las mujeres se casan con hombres mucho mayores que ellas; lo reflejan perfectamente en este libro. Actualmente sigue siendo una costumbre muy arraigada.
Saludos ;)