El hombre en busca del sentido último

De los numerosos testimonios de supervivientes de los campos de concentración nazis durante la II Guerra Mundial, hay uno que destaca sobre el resto por su original planteamiento. En realidad, El hombre en busca de sentido, de Viktor Frankl, es mucho más que un simple relato de memorias, puesto que las terribles vivencias que rememora el autor constituyen la base de una reflexión filosófica mucho más profunda.

Mientras que en otras obras similares, como la archiconocida Si esto es un hombre, de Primo Levi, el relato se centra en describir la crueldad sin límites del alma humana, dejando un poso de rabia y tristeza en el lector, el sentido de este libro es bien diferente. Sí, es cierto: en El hombre en busca de sentido está presente el horror, aunque este no se erige como protagonista único. En realidad, es más importante la parte dedicada a la reflexión y el mensaje positivo que transmite la obra.

La primera parte del libro es la más desgarradora: un relato impactante del día a día de los campos de la muerte, donde el único reto es tratar de conservar la humanidad a pesar de todo (en esto coincide con la obra de Levi); la segunda parte es más técnica y, con un lenguaje más académico, presenta al lector el concepto de logoterapia, el método terapéutico creado por el propio Frankl cuyo cometido es ayudar a las personas a encontrar un sentido a su existencia.

Es por esta razón que esta obra de Viktor Frankl, pese a ser el parte una autobiografía y en parte una obra filosófica, suele estar incluida en la categoría de libros de autoayuda. Ciertamente, su lectura puede ser de gran utilidad a muchas personas que están atravesando graves dificultades, aunque solo sea por la simple cuestión de relativizar todo cuanto nos pasa.

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Podríamos dividir la obra en dos partes bien diferenciadas.

En la primera el psiquiatra dedica los capítulos a hablar de la psicología de un campo de concentración. Nos cuenta alguna que otra experiencia, nada muy desagradable de leer y todas las situaciones enfocadas a comunicarnos su idea.
Para ello divide este acercamiento psicológico en tres fases, en la primera trata sobre el internamiento en el campo: su llegada a Aushwitz, los procesos de selección a los que fue sometido, su decisión de no suicidarse... En la segunda fase, la más larga de las tres, nos cuenta como la apatía se instaura entre los presos, como evoluciona la sexualidad, se habla de política o religión. La tercera fase se da después de la liberación, cuando se pasa de la ansiedad a la relajación total. Incluso, a una despersonalización, donde todo parece un sueño.

La segunda parte cambia totalmente de tercio y se centra en la logoterapia, método menos retrospectivo y menos introspectivo que el psicoanálisis. La logoterapia se centro en el significado de la existencia humana y en la búsqueda de su sentido. Este apartado es un 30% del libro, ya véis que la mayor parte es autobiográfica y luego viene el desarrollo de toda la teoría. Es una parte algo más compleja de entender, implica ciertos conocimientos para entender la magnitud de todo lo postulado. Eso sí, el autor va añadiendo ejemplos a todo lo que nos cuenta, cosa que ayuda a que sea algo más ameno.

Es una lectura interesante aunque los ensayos sé que no gustan a todo el mundo, y mira, soy la primera a quién le cuesta mucho leerlos. Lo bueno de este es que se basa en experiencias propias y que el autor hace un trabajo importante para que resulte más ligero y ameno.

A poco que os interese el tema, tenéis que incluirlo entre vuestras lecturas.

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