Hasta aquí hemos llegado

Cuando terminé "El guardián entre el Centeno", conmovida y con los ojos llenos de lágrimas...pensé :" Deeeeeeosssss! Si vuelvo a leer cualquier cosa cercana a la queja adolescente meteré la cabeza en el horno!!😩". Ya, no se enardezcan amantes de los clasicos✋. No es necesario recurrir ni a los picos ni a las antorchas. El libro me gustó...aunque convengamos que a Holden hay que fumarselo con pipa😩. Que muchacho pesado😩. Asi que poco pueden recriminarme por querer leer cualquier cosa que se aleje de toda esa furia y desencanto adolescente. Por eso terminé en la otra punta del rango etario: 😃 los viejos. En este caso en particular, viejas. Señoras de la  tercera edad, recluidas, aisladas, abandonadas y/o secuestradas (según alguna de ellas), dentro de un geriatrico. Y este tema que podría ser para llorar hasta deshidratarse, ya que la vejez como dice Delphine Vigan no es más que aprender a perder, en este libro es abordado de una forma genial🥳. Puro humor negro, sarcasmo y mucha acidez para relatar de una forma magistral, tanto las vidas pasadas de cada una de estas "reclusas" ,como sus desavenencias, desventuras e infortunios, dentro de esta  pseudo residencia.
El libro es sumamente verosimil: en estas quejas priman el desamor de los que las abandonan, el maltrato y la condescendencia de médicos y enfermeras que las tratan como si fueran bebés ( no controlar los esfinteres, nos las convierte en niñas. Siguen siendo mujeres), la desesperación de convivir con tantas otras o la angustia de sentir que tal vez no haya un mañana.
Y este tipo escribe todo esto sin minimizar ningun pesar, pero usando la ironía para brindarnos un libro atractivo para aquél lector que sabe que no hay nada mejor para afrontar la vida, que la capacidad de reirse de uno mismo.

Nos encontramos con una de estas instituciones donde las personas adultas mayores son ubicadas para vivir sus últimos años. Desde ahí, la idea me impacta, espero poder llegar a esas edades sin necesidad de requerir los cuidados de tal lugar y sin que mi familia se vea comprometida en exceso en tiempo y atención.

En fin, la novela relata las vivencias de diferentes personajes, de cómo vivieron y cómo llegaron a la Residencia de Mayores Peña Hincada. Se presenta en todos los casos la tristeza de llegar a la época dorada añorando o sufriendo tiempos idos, en compañía de gente con la que no se sienten identificadas, a pesar de las coincidencias de la vida, y lejos de la familia. Aunque también, combina fácilmente algo de picardía e ironía de la vida, otorgando sobrenombres pintorescos a las bellas damas que ahí habitan, según su personalidad o forma de actuar, tal como la Aparición, la Académica, o mi preferida, la Millones.

Una obra sencilla y adecuada para pasar el rato y reflexionar sobre el futuro o el presente.

Jajajajaja.... jajajajaja...y sobre todo jajajajaja.
-¿ Se puede saber qué hace?... Señor Juan...
Miro al médico...me está cortando el rollo.
-Mire usted... estoy intentando contarle la "cirrosis" del libro "Hasta aquí hemos llegado"...de Antonio Fontana... que fue galardonado con el premio "Café Gijón 2020"
-No se dice "cirrosis"... se dice "Sinopsis".
-Oiga usted jovencito..a mi edad se dice como yo quiera...no me sea impertinente. Cuando se tiene 89 años no importa cambiar algunas palabras...A buen "tenedor" pocas palabras bastan.
-Se dice "entendedor"...no tenedor.
-Ya está bien señor Analfabeto... no vuelva a corregirme jovencito.
-Me llamo Aniceto...no Analfabeto...y soy su médico en la residencia de ancianos donde vive.
-Usted no es mi médico...es un secuestrador que me tiene aquí en contra de mi voluntad...venga...venga escriba eso en su informe sobre mi ovulación.
- Es " evaluación"...usted es un hombre.. no puede ovular..
- le he dicho que no me vuelva a corregir... doctor Anacleto... continuo... este libro lo recomiendo para pasar un rato agradable... tiene muchísimo sentido del humor y también sentimientos y verdad...trata sobre la vejez...desde un punto de vista nuevo e innovador...lo recomiendo muchísimo...y ahora señor Cateto... déjeme decirle... señoras y señores pasen y lean.
Gracias a Marenpergamino por el libro...la recomendación...lo he disfrutado al máximo.

No acostumbran a gustarme los libros escritos con sentido del humor. Puede que sea mi problema, no me hacen gracia, o quizás es que es más difícil hacer reír que hacer llorar, sin caer en el ridículo. Pero este relato tiene un humor negro con el que sí he conectado. Por todas las páginas rebosa sarcasmo. de un argumento que daría pie al drama, se convierte en un reírse de las propias penas sin tapujos y eso podría haber estado muy bien.
Y es que nos encontramos en una residencia para ancianas llamada Peña Hincada y con la aclaración de residencia de señoritas. Mujeres que se han quedado solas, otras que han sido abandonadas por los hijos, obligadas a vivir secuestradas, según algunas, en un lugar que no es su hogar, pero donde tienen que pasar los últimos días de su existencia y donde tienen mucho tiempo para pensar, para recordar o inventar las experiencias vividas, mientras esperan a que la muerte las ronde.
La incomprensión de la familia y de los propios médicos forma parte de la crítica hacia estas instituciones y hacia el trato que se les da a los mayores, como si de niños se tratara, como si no hubiesen tenido una vida llena de aprendizajes, arrinconándolos, apartándolos de la sociedad de la que han formado parte hasta el momento.
Pero, aunque el tipo de humor utilizado me ha gustado al principio y las premisas de las que partía también, no me ha acabado de convencer. Entonces, ¿qué ha fallado? Pues la estructura, en la que cada capítulo está narrado en primera persona por una residente. Esto ha hecho que no pudiera disfrutar de la narración. No he percibido una voz narrativa demasiado diferente para cada una de las mujeres, todas me han parecido la misma y cuando volvía a encontrarme con cada una de ellas no recordaba de quien me estaba hablando.
Por otro lado, lo que al principio me hacia gracia se me ha ido haciendo muy repetitivo y antes de llegar a la mitad del libro ya había pasado de las risas al aburrimiento. He estado a punto de abandonarlo pero como no acostumbro a hacerlo, por si el final me acaba sorprendiendo, he seguido. Siempre tengo la esperanza de que algo pueda darle un giro y mejorar, pero no, eso no ha pasado, el final también me ha decepcionado.
Las risas no son lo mío, a mí me van más los dramas. Y a vosotros, ¿os pasa lo mismo, o sois más de risa fácil?