Tomates verdes fritos

Necesité muy pocos capítulos para enamorarme del Café de Whistle Stop y de los entrañables personajes que forman su comunidad. En Tomates verdes fritos los niños, los hombres y las mujeres crecen a través de sus páginas, y estas nos atrapan de principio a fin.

Como en la vida misma, en su argumento se abordan cosas complejas – especialmente para la época en la que fue escrito – como el lesbianismo, el racismo, el machismo, la muerte o el envejecimiento, y Fannie Flagg lo hace de una manera muy dinámica, respetuosa y entretenida, en episodios cortos con diferentes narradores, mezclando el presente con el pasado y entrelazando vivencias tristes, divertidas, dramáticas y reivindicativas que componen una amalgama de pequeñas historias y vivencias que en muchas ocasiones, nos harán sonreír.

Podría analizar esta novela y siempre se me quedarían cosas en el tintero. Solo puedo decir que os la recomiendo muchísimo y que para mí se ha convertido en un “libro-refugio”, una lectura de esas a las que regresar siempre
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Una delicia de libro, de los que te deja un sentimiento "feel good", reconfortante o "cozy".
Se narra la historia con dos líneas temporales, por una parte en 1986, en Alabama, conocemos a Evelyn, una mujer de mediana edad que se hace amiga en una residencia de Ninny, una anciana. Esta última, empieza a narrarle una historia ambientada entre los años de la Gran Depresión, hasta 1960, en el pueblo de Whistle Stop, conocido por una cafetería donde se reunía gente de lo más variopinta. Las dueñas del café son Ruth e Idgie, dos personajes únicos y entrañables.
La autora emplea un lenguaje humorístico a lo largo de toda la novela, sacando una sonrisa al lector, aunque si bien es cierto toca temas de gran dureza como son: el racismo, la homosexualidad, el crimen, el cáncer, la violencia, entre otros muchos. En algunos pasajes se hace difícil asimilar la crudeza de lo que narra, aún con esto, es de esas novelas que dejan poso, con un tono nostálgico difícil de olvidar. Además el libro nos deja recetas para poder degustar, como la apetitosa de tomates verdes fritos.
No me olvido de la adaptación cinematográfica de los noventa, toda una maravilla muy fiel al libro.

Reseña express: Tomates verdes fritos forma parte de esa lista de películas favoritas que ves una y otra vez y que siempre te parece maravillosa, pero hasta ahora no me había animado con la novela. No me voy a extender, en esta ocasión podría decir que hay un empate entre las dos y no tengo claro cuál puede ser mejor opción. Quizás , seguramente llevada por los recuerdos vividos, si tuviera que elegir solo una opción elegiría la película, pero vamos, es más una cuestión de romanticismo que porque tenga más calidad. Leedla, o vedla, o las dos cosas.

Tomates verdes fritos no es un libro bonito, es mucho mas, un libro realmente HERMOSO que esconde entre sus líneas ese tipo de mensajes optimistas que hoy tanto necesitamos. Una lectura que te hará sentir bien, te reconfortará y te invitará a recuperar la fe en el ser humano, dejándote el corazón “calentito” y robándote más de una sonrisa.

Pero que esto no te confunda, para nada es una historia edulcorada donde todo es de “color de rosa”; muy al contrario, se trata de una lectura cruda y directa que aborda de forma muy valiente y natural, desde el más puro estoicismo, temas tan polémicos como el racismo, la violencia machista, la homosexualidad, la pobreza, la frustración o la soledad, entre otros…

Todo ello de la mano de dos personajes entrañables: Evelyn, una buena mujer a la que sus insatisfacciones están asfixiando y la anciana Niny, interna en una Residencia de ancianos y a la que la primera visita periódicamente en un intento de ayudarla a sobrellevar su soledad. Y mientras ellas charlan plácidamente y se hacen mutua compañía, nos van desgranando la historia de los habitantes de Whistle Stop, un pueblecito de Alabama, y especialmente la de Idgie y Ruth, dos mujeres tan carismáticas como valientes, que en los años treinta decidieron, en este recóndito rincón de Estados Unidos , emprender un proyecto en común y montar una taberna en la que se servían unos deliciosos tomates verdes fritos.

Una obra tierna y sencilla, salpicada de humor e ironía, que pese a todo es capaz de normalizar el drama y visibilizar al marginado, dejando siempre un hueco para la esperanza. Leedlo, os encantará.

📖 Tomates verdes fritos
✍🏻 Fannie Flagg
📶 Valoración 9
📄 432 páginas
📚 89 de 80

🍅 Este libro lo he leído gracias a una lectura conjunta organizada por @danlibro del @clubliterarioatreyu, cuando salió en las votaciones del mes pasado no lo dudé ni un momento, y no me ha defraudado.

🍅 Novela coral, con muchos, muchísimos personajes, pero centrada en la familia Threadgoode durante la mayoría del siglo XX, desde los años veintes a los ochentas. Es una historia triste, tierna, que trata multitud de temas: racismo, misoginia, machismo, lesbianismo, pobreza, alcoholismo, … pero todos con una gran sencillez y bastante humor.

🍅 La autora nos crea un ambiente apasionante, mágico, excepcional, a partir de una combinación de recursos literarios: por un lado unas entrañables explicaciones de una viejecita sobre los hechos acaecidos durante su vida en su familia y amistades, complementados con recortes de periódicos; un semanario escrito como si fueran cartas; explicaciones en primera y tercera personas…

🍅 Es una lectura fácil y ligera, pero con mucho mensaje, recomendable para todos los lectores, tanto si han visto la película, como si no (si la han visto seguro que encontrarán diferencias con el libro)

Cosas que me gustan del libro:
🖋 Las fantásticas narraciones del seminario.
🖋 La forma con que afrontan los problemas para minimizarlos.

Cosas que no me gustan tanto:
🖍 La gran cantidad de personajes secundarios, cuesta un poco saber quien es quien.
🖍 La inexistente línea temporal que complica un poco al principio.

Frases que me han llamado la atención:
✍🏻 Por más que lo intente, no sabría decir cuándo me hice tan vieja.
✍🏻 Creo en Dios, pero no me parece que haya que hacer el imbécil para demostrarlo.
✍🏻 ¿Hay algo peor que un hombre enfermo?
✍🏻 Yo creo que los pobres son buena gente, excepto los mezquinos, que serían igualmente mezquinos aunque fuesen ricos.
✍🏻 Aunque se te parta, el corazón sigue latiendo.
✍🏻 El mundo se había convertido en un lugar distinto, en un lugar que ya no reconocía.
✍🏻 Les aterra comer sentados al lado de un negro, pero se comen los huevos que las gallinas echan por el culo.
✍🏻 En el fondo, nadie está nunca anímicamente en condiciones de desconectar a una madre de la vida.
✍🏻 Soy demasiado joven para ser vieja y demasiado vieja para ser joven. No encajo en ninguna parte.
✍🏻 Lo que creo es que nada justifica matar.
✍🏻 No hay nada que deteste más que pensar que tienes menos sentido que esa pobre perrita coja.
✍🏻 Tengas el aspecto que tengas, siempre hay alguien que creerá que eres lo más atractivo del mundo.
✍🏻 Hay muy buenas personas que son asesinos. Sí señor. No daría un paso por ayudar a un ladrón. En cambio, un asesino lo es sólo una vez, casi siempre por alguna mujer, y no reincide. Pero un ladrón sigue siendo un ladrón hasta el fin de sus días.
✍🏻 Ésas son las consecuencias del alcohol; hace que los hombres se comporten como no lo harían normalmente.
✍🏻 de eso vivo ahora, de soñar, de soñar en lo que antes hacía.
✍🏻 ¿Sabe alguien de alguna niñera a horas para maridos…?
✍🏻 El odio no es bueno; no hace más que amargarte más.
✍🏻 Si enjaulas a un animalito salvaje, seguro que se morirá; pero si lo dejas libre, el noventa por ciento de las veces volverá a casa.
✍🏻 ¡Hombres! No hay quien viva con ellos; ni sin ellos.
✍🏻 Un negro malo es simplemente malo, pero un blanco vil es peor que un perro.
✍🏻 Es una señora, y siempre sabe cuándo ha de dejar una fiesta.
✍🏻 «No son nuestros negros» los que provocan los disturbios.
✍🏻 Qué tiempos aquéllos, ya tan lejanos y, sin embargo, a un solo instante de su memoria.
✍🏻 Sigue con los pies en la tierra, pero ya no sabe por dónde pisa.
✍🏻 Quienes más sufren son quienes menos lo dicen.
✍🏻 Si eres blanco, das siempre en el blanco. Si eres morenito, fallarás por poquito. Si eres amarillo, pase, chiquillo. Pero si eres negro… lo tienes bien negro.


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Una historia que pondera y enaltece la amistad, la solidaridad como fuerza de choque a las adversidades.

Una historia acerca de la bondad , el amor desinteresado , confrontado a épocas difíciles, la gran depresión, el racismo, la segregación frutos de la intolerancia .La guerra y la muerte también transitan por esta novela, que a modo de anecdotario la señora Threadgood, va desgranando a Evelyn Couch. Desde un asilo y de manera fortuita donde coinciden por razones diferentes, todas relacionadas con la resiliencia de aquella y la incapacidad para oponerse a su sino de esta.

Pero a través de las historias de la familia de la anciana, su familia,su pueblo, una cafetería regenteada por Idgie y Ruth, mistress Couch entenderá que el simple impulso de un acto de bondad que puede aparecer como simples palabras de aliento, anécdotas al vuelo y aún historias ominosas o trágicas, la fuerza de voluntad adormecida puede ser despertada en pro de beneficios personales y colectivos,

Pero vamos, eso es vivir en contraposición a ver pasar la vida. Es la diferencia entre mirar la estación desde el tren o ver pasar el tren desde la estación. Y...cuidado que sea o no el tuyo, el próximo puede,literalmente ser el último .

Total, que nadie es completamente bueno ni absolutamente malo, ¿ Eso ya lo sabías? ..Pues aquí esta en múltiples formas ese irrefutable hecho de la vida. Junto con el sueño de llegar a la vida como todos y despedirse de la msma con elegancia y por la puerta grande,

Trascendencia que le llaman.

La película magníficamente interpretada por Cathy Bates ( si la Annie Wilkes de “ Misery” de Stephen King) .
Cuya expresividad y buenísima actuación clarifican todo.

TOWANDA......!!!!

Pues este libro ha llegado a mis manos por pura casualidad (gracias a Libreando). Puedo decir que conocía el título porque sabía de la existencia de la película, aunque nunca llegué a verla (ahora solo pienso en buscarla).

Se trata de una historia de sororidad, amistad, amor entre mujeres, aceptación, lealtad... pero que también trata temas muy controvertidos, si recordamos que se publicó a finales de los 80 o principio de los 90. Hay racismo, violencia, machismo, homosexualidad...
Y con todo, el libro tiene un tono y una forma de contar estas historias en las que no se pierde el optimismo o el tono alegre de la narración.

La forma de narrarlo a través de anécdotas o pequeñas escenas donde veíamos a los personajes en acción y les conocíamos algo más allá de la experiencia de Ninny, es muy amena y ayuda a que te mantengas enganchado.

Por ponerle una pega, la estructura de saltos en el tiempo resulta a veces caótica, dado que si no recuerdas la fecha tienes que pensar si ha pasado antes o después de otro hecho anterior y así. Pero aún con eso, no deja de ser disfrutable.

Destacar especialmente la amistad que se forja entre Evelyn y Ninny, y como la segunda ayuda a la primera a ver su vida de otra forma y progresar a pesar de lo que puedan haberle enseñado. Pero sobre todo el amor de Idgie y Ruth, esa dulzura con la que está narrada su relación, altibajos incluidos, ha sido preciosa.
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Hoy, uno de mis libros favoritos, que he releído hace poco y he disfrutado de nuevo como una enana.

En esta maravillosa historia de mujeres (que no “para mujeres”, como se vendió en su día), llena de personajes con carisma y fuerza arrolladoras, tenemos un libro que toca muchos temas controvertidos y lo hace con una elegancia pasmosa.

Es una historia muy especial, tanto por cómo está contada, como por cada uno de sus personajes… y son unos cuántos.

Da comienzo en una residencia, donde Rose va a visitar a su suegra y sin embargo acaba entablando una bonita amistad con la encantadora anciana Ninny Threadgoode, que poco a poco va contándonos su vida y la de los habitantes de un pueblecito llamado Whistle Stop. A su vez, en este mismo, tenemos a dos personitas importantes: Idgie Threadgoode y Ruth Jamison.

También nos adentramos en la vida de un sinfín de personajes del pueblo, dándose además capítulos en forma de columna del semanario de Dot Weems, la cotillita por excelencia que nos deja perlas y entradas súper graciosas.

Y por supuesto, la revelación: ¡Towanda!

Tenemos así una estructura narrativa a base de capítulos cortos, contados en diferentes años y por distintas voces, dando como resultado una lectura súper dinámica y entretenida que engancha al lector desde la primera página, saltando desde la década de los 20 a la de los 80 y volviendo a una y otra sin especial orden, haciendo que no podamos parar de leer.

Además, otro punto fuerte son los temas que tratan, como el racismo, la discriminación de la mujer, el alcoholismo o el lesbianismo –ojo, que la novela está ambientada en la Gran Depresión-, contado todo ello con un humor muy fino y una ironía genial, aún en los momentos más dramáticos (que los hay), dando como resultado una historia tierna, fresca y llena de positivismo.

Una historia de mujeres, como decía, con carácteres y vivencias de todo tipo, que nos da en conjunto una novela redonda, súper potente y en absoluto pastelosa.

No dejéis de leerla, es una delicia. ¡Y viene con recetas!

Termino recomendando muy mucho la adaptación de 1991, dirigida por Joe Avent, aunque bastante vetada en cuanto a algunos temas.
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Una lectura maravillosa en la que te enamoras irremediablemente de todos sus personajes.

Fannie Flagg demuestra un gran talento en esta novela, ya que no es fácil plasmar todo lo que se aborda en esta obra de una manera tan positiva y huyendo del dramatismo "barato".

Las diferentes voces que narran esta historia, los saltos en el tiempo, el ir del pasado al presente y de nuevo al pasado, lejos de hacer de esta novela algo confuso, enriquecen muchísimo. Son como piezas de un rom pecabezas que la lectora va uniendo, con un resultado perfecto en el que acabas sabiendo más que cualquiera de sus protagonistas, ya que lo sabes todo de todos.

Es una historia bellísima y muy triste. Hay amor, amistad, fidelidad, sororidad... pero también hay racismo, machismo, violencia y pobreza, mucha pobreza, sobre todo en las partes que se desarrollan en torno a la depresión del 29. Pero está narrada de una manera tan fantástica que es imposible no leer (y acabar de leer) con una sonrisa.

Las enseñanzas morales de esta lectura también me parecen exquisitas. El "haz el bien y no mires a quien" surge durante toda la historia, pero sobre todo se ve muy reflejado en la relación existente entre blancos y negros: ambas comunidades viven en armonía (no debemos olvidar que data de los años 20-40 del S. XX), dan -o quitan- la vida por lo que creen que es justo, incluso los supuestamente representantes de la ley se la saltan para no fomentar las injusticias.

La historia de amor entre Ruth e Idgie me parece maravillosa y no puedo poner ningún pero a la narración: redonda, precisa y elegante. Es un placer leer la evolución de los sentimientos y cómo van madurando las protagonistas y con ellas, su historia.
Ninny es sin duda el hilo conductor de todo esto, imprescindible para la novela, con un carácter adorable y con unas aportaciones imprescindibles y geniales.
También es de admirar como Evelyn pasa de ser una oyente, igual que nosotros, a convertirse en parte activa de la historia, una protagonista más que toma las riendas de su vida y aporta al libro una de las partes más importantes y reivindicativas.

La sorpresa final sobre el asesinato del marido de Ruth, para mí fue eso, una sorpresa absoluta. Sorpresa que también habla de amor, compromiso, fidelidad y justicia.

Me ha gustado especialmente seguir las trayectorias vitales de los personajes a lo largo de las décadas. Me hubiera quedado con las ganas de saber qué fue de ellos y ellas en el caso de que no nos lo hubieran contado.

Una vez terminada la lectura, mirando las vidas y desenlaces de cada uno de los personajes, me doy cuenta de que en su mayoría son cosas tristes, pero no puedo evitar estar con una sonrisa en la boca y con un sabor que dista mucho de ser amargo. Un libro que no me ha importado releer y al que volveré, ya que me parece fantástico sin ser una gran obra de arte.

La versión cinematográfica, a pesar de ser una buena película y recomendable, es bastante más puritana que el libro, por lo que, una vez más, el libro ganó a la película.

Fannie Flagg es una actriz y escritora estadounidense. En 1981 publicó su primera novela y decidió dedicar su carrera exclusivamente a la literatura.
En 1987 obtuvo un gran éxito con Tomates verdes fritos que ella misma adaptó al cine y por cuyo guion estuvo nominada al Oscar.

Evelyn Couch en la residencia donde vive su suegra conoce a la anciana Ninny Threadgoode, que le cuenta la historia de Whistle Stop y su café, regentado por Ruth e Idgie, centro de la vida en el pueblo.

Lo cogí de la biblio de casualidad y cuando lo terminé no lo quería devolver .
Creo que la mejor manera de definirlo es decir que es un libro con encanto. Habla de racismo, de amor entre mujeres, de la pérdida, de la desigualdad entre géneros y de la miseria y aún así sus páginas respiran optimismo y un sentimiento feel good que se mezcla con la pena de saber cerca el final de una historia agridulce, con unos personajes que llegan al corazón y que no quieres dejar ir.
Como única pega los capítulos dedicados solo a Evelyn Couch, entiendo su trayectoria y lo que quería mostrar la autora pero me desconectaban de Whistle Stop y no me interesaba mucho.
Un libro delicioso, nunca mejor dicho, del que no esperaba nada y que terminó dejándome con una resaca emocional de la que todavía me estoy recuperando.