Tomates verdes fritos

Tomates verdes fritos no es un libro bonito, es mucho mas, un libro realmente HERMOSO que esconde entre sus líneas ese tipo de mensajes optimistas que hoy tanto necesitamos. Una lectura que te hará sentir bien, te reconfortará y te invitará a recuperar la fe en el ser humano, dejándote el corazón “calentito” y robándote más de una sonrisa.

Pero que esto no te confunda, para nada es una historia edulcorada donde todo es de “color de rosa”; muy al contrario, se trata de una lectura cruda y directa que aborda de forma muy valiente y natural, desde el más puro estoicismo, temas tan polémicos como el racismo, la violencia machista, la homosexualidad, la pobreza, la frustración o la soledad, entre otros…

Todo ello de la mano de dos personajes entrañables: Evelyn, una buena mujer a la que sus insatisfacciones están asfixiando y la anciana Niny, interna en una Residencia de ancianos y a la que la primera visita periódicamente en un intento de ayudarla a sobrellevar su soledad. Y mientras ellas charlan plácidamente y se hacen mutua compañía, nos van desgranando la historia de los habitantes de Whistle Stop, un pueblecito de Alabama, y especialmente la de Idgie y Ruth, dos mujeres tan carismáticas como valientes, que en los años treinta decidieron, en este recóndito rincón de Estados Unidos , emprender un proyecto en común y montar una taberna en la que se servían unos deliciosos tomates verdes fritos.

Una obra tierna y sencilla, salpicada de humor e ironía, que pese a todo es capaz de normalizar el drama y visibilizar al marginado, dejando siempre un hueco para la esperanza. Leedlo, os encantará.