[...] aplastaban cosas y seres humanos, y luego se refugiaban en su dinero o en su amplia irreflexión, dicen lo que demonios fuese que les mantenía unidos dejando a los demás que arreglaran los destrozos que ellos habían hecho.
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[...] aplastaban cosas y seres humanos, y luego se refugiaban en su dinero o en su amplia irreflexión, dicen lo que demonios fuese que les mantenía unidos dejando a los demás que arreglaran los destrozos que ellos habían hecho.
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Y así vamos adelante, botes que reman contra la corriente, incesantemente arrastrados hacia el pasado.
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[...] el mundo le ofrecía una escalera que podía conducirlo a las alturas, por encima del nivel vulgar. Pero debía subirla solo. Y una vez llegase a la meta podría acercar sus labios a las fuentes de la vida y beber el néctar incomparable de la gloria.
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Se había aferrado a una última esperanza, y no podía zafarse de ella.
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Quise irme, pero no me dejaron; quizá mi presencia les hacía sentirse más satisfactoriamente solos.
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[...] llegó a ser el vértice de sus sueños, y no precisamente por su culpa, sino por la colosal vitalidad de su ilusión. Había ido más allá de ella, más allá de todo. Se había entregado, con creadora pasión, acrecentándolo todo, adornándolo con toda brillante plumita que en su camino hallara. No existe fuego ni lozanía capaz de desafiar a lo que un hombre es capaz de almacenar en su fantasmal corazón.
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[...] y yo daba vueltas, medio enfermo, entre la grotesca realidad y horribles pesadillas.
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"Cada vez que te sientas inclinado a criticar a alguien -me dijo- ten presente que no todo el mundo ha tenido tus ventajas..."
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Cuando sientas deseos de criticar a alguien, recuerda que no todo el mundo ha tenido las mismas oportunidades que tú tuviste.
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Cuando sientas deseos de criticar a alguien, recuerda que no todo el mundo a tenido las mismas oportunidades que tu.
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Es un poema épico griego compuesto por 24 cantos, atribuido al poeta griego Homero. Narra la vuelta a casa, tras la guerra de Troya, del héroe griego Ulises