Momo

Clasicazo infantil, y quizás no tan infantil que no me terminó de convencer. Para ser tan corto, la historia se me hizo eterna. Entiendo que quizás yo no soy el público objetivo de esta historia, también entiendo que para un público infantil guste. Sí que me gustaron las analogías y las metáforas de la novela, es lo que salva la narración para mi. También añadir que no me entusiasmó demasiado el estilo del autor.

Un cuento que lo puede leer todo el mundo y que te hace reflexionar acerca de la vida y de las dificultades que se tienen en algunos momentos. Es un libro muy recomendable para todo el mundo, ya que yo pienso que no viene nada mal que todos sepamos que hay veces que las circunstancias vienen mal dadas.

Me pregunto por qué este libro no está en boca de todos como sí lo está el principito u otros cuentos realmente conmovedores también para el público adulto.
No sé si será por el entorno en el que me he movido yo y la mala suerte de no haberme topado con Momo ni en mi paso por el colegio o el instituto, tampoco gracias a amigxs o familiares... Momo llegó como una recomendación lejana de un chico joven que sintió su vida marcada por la lectura de este libro.

Creo que a mí también podría haberme marcado un antes y un después. Creo que Momo puede hacer eso, crear puntos de inflexión, metáforas con las que construir la vida, maneras distintas de relacionarnos con ella.

Es un cuento precioso, lleno de significado y escrito desde la ternura, ya que nadie más que una niña podría salvar el mundo. Son esos niños y niñas interiores que siguen viviendo en nosotrxs los que nos mantienen los pies en la tierra, las manos sobre el corazón; protegiendo a toda costa lo más valioso que tenemos: nuestro tiempo.

Es un cuento que puede leer todo el mundo y que te hace reflexionar acerca de la vida y de las dificultades que se tienen en algunos momentos. Muy recomendable. Conforme va avanzando la historia, la situación se va poniendo peor para el protagonista y las personas que le rodean no le ayudan nada.

En unas de esas tardes de librerías que tanto disfruto con mi hija y que mi bolsillo siempre acaba acusando, vimos la edición de Santillana ilustrada por Fernado Vicente del libro que nos ocupa.

No hube de insistir mucho y Casiopea, a su ritmo, detrás de unos pies descalzos se vino bajo el brazo a condición de que realizara una relectura.

Momo llegó al mundo de la li para despertar conciencias de la mano de un inmenso Michael Ende que aun siendo visionario, se echaría las manos a la cabeza si hubiera vivido un solo segundo de nuestro presente siglo.

La pequeña protagonista posee la virtud saber escuchar. Esta infravalorada capacidad, logra que aquellos que son oídos, se escuchen también, a sí mismos, y poder reconocer los errores de sus conductas.

Momo, además, dispone del mayor tesoro del universo, el tiempo, y para ella, perderlo es ganar.

Bajo el disfraz de la fantasía, Ende lanzó un grito de auxilio, casi desesperado. ¡Qué estáis haciendo insensatos!
Hoy, los hombres grises han ganado la batalla, y mira que nos avisó.

El gran banco del tiempo ha impuesto su ley y dirige cada latido de las manecillas de nuestro reloj.
Hemos firmado un contrato con esta sociedad tan "avanzada" que nos deniega un mísero instante para el placer de contemplar.

Y lo peor, hemos roto el vínculo con el entorno hasta el punto de que nuestro consciente lo descarta, adaptado a la nueva velocidad.

Prisa, siempre tenemos esa maldita palabra que ha remplazado al corazón. Hoy, solo latimos urgencia.

Dadas las circunstancias, lo lógico es abrazar esta novela y dejar las ventanas de nuestra alma abiertas de par en par, para, primero ventilarla y después, impregnarnos de su magia.

En Momo, la felicidad se encuentra en las cosas sencillas. Esas que hemos abandonado en aras de un progreso que se ha convertido en una sombra que nos persigue, nos espía y nos conduce a gastar.

Una novela que ha envejecido mucho mejor que la actual civilización.

Una de esas obras llena de valores olvidados y que si no es para leerla con los oídos bien abiertos, no valdrá la pena perder el tiempo.
Aunque precisamente "perderlo" sea su propósito.

Momo, mi pequeña Momo, regresar a ti ha sido como un bálsamo de juventud. Porque Momo para mí es infancia, es comenzar a emocionarse y a sentir con la lectura, es paz y felicidad.

Momo, con tu inocencia por bandera, osaste plantar cara a los temibles hombres grises que roban el tiempo a los humanos, esos humanos tan ciegos por vivir, que no saben valorar y disfrutar cada minuto de sus vidas. Acompañada de la fiel tortuga Casiopea, transitas un camino lleno de empatía, humanidad, amistad y amor.

Una novela atemporal de las que no se olvidan, catalogada como infantil pero más madura que muchas de las que campan por el universo literario. Se disfruta de niño y de adulto, y como tal se debe leer y releer, puesto que las enseñanzas que acarrea se perciben de diferente manera con la madurez que da el tiempo, con las diferentes lecturas, con los distintos estados de ánimo. Hay que volver a Momo cada cierto tiempo como tratamiento medicinal vital.

No puedo decir más, es una historia que hay que descubrir a ciegas y que no me canso de recomendar, puesto que es imposible que no te llegue al corazón. Ojalá el tiempo que tanto atesora esta historia, pudiese volver atrás para poder encontrarnos por primera vez, mientras tanto seguiré disfrutándote en los soñadores ojos de aquel que por fin pueda conocerte.


"A veces tienes ante ti una calle larguísima. Te parece tan terriblemente larga, que nunca crees que podrás acabarla. Y entonces te empiezas a dar prisa, cada vez más prisa. Cada vez que levantas la vista, ves que la calle no se hace más corta. Y te esfuerzas más todavía, empiezas a tener miedo, al final estás sin aliento. Y la calle sigue estando por delante. 
Así no se debe hacer. Nunca se ha de pensar en toda la calle de una vez, sólo hay que pensar en el paso siguiente, en la inspiración siguiente, en la siguiente barrida. Nunca nada más que en el siguiente. Entonces es divertido. de repente, paso a paso, se ha barrido toda la calle. Uno no se da cuenta de cómo ha sido, y no se está sin aliento. Eso es importante."

«Porque el tiempo es vida. Y la vida reside en el corazón»
 
Siempre he pensado que esta historia es fascinante para leer con nuestros hijos, porque si normalmente considero que un cuento es una herramienta para enseñar, aquí hay mucho aprendizaje. Es un libro que invita a la reflexión sobre el tiempo y su empleo. El tiempo es vida, la vida reside en el corazón, lo que nos llevaremos de este mundo son las horas que hayamos disfrutado, no podemos ahorrar minutos por un futuro incierto, como se les ofrece a los personajes de esta historia, hay que trabajar, por supuesto que sí, pero luego disfrutar con los padres, con los amigos y el periquito, llenar nuestra existencia de vivencias.
                Momo, representa el TIEMPO, es una criatura encantadora que sabe ESCUCHAR a los demás, hoy apenas se escucha a otros, el tiempo forma parte del rasgo característico de Momo, porque un oyente no tiene prisa; también es un ser dispuesto a ayudar, recordemos al principio de la novela qué es lo que no se debe hacer, Fugi el peluquero, para dedicar cuidados, mimos y compañía a los demás se requiere de tiempo. A Momo le gustan los cuentos, las historias de Gigi, se las imagina, le gusta jugar sin juguetes, porque es cuando más se desarrolla la imaginación, la diversión no esta en esa muñeca con miles de accesorios, está en jugar al aire libre con los amigos, tiempo.
                La felicidad está en las pequeñas cosas, en apreciar los detalles, en hacer que cada día tengo uno, por insignificante que sea, para que nos acostemos sabiendo que no malgastamos el tiempo, un tiempo que no se recupera.
 
Más que recomendable.

Es muy diferente leer esta historia de niña y leerla ahora. Sigue siendo una fábula -una advertencia- maravillosa. Momo sigue siendo un gran personaje.
Me ha traído a la mente la lectura de El Principito, se actualiza la geolocalización, lo que saben por nuestros teléfonos, la forma en la que nos autoengañamos, lo fácil que resulta caer en trampas, los juguetes -aplicaciones- que hacen que no pensemos, que no interactuemos, que sólo seamos receptores...

'Momo' es un clásico del autor de mi libro favorito, 'La historia interminable'. No sé por qué he tardado tanto en leerlo, aunque es cierto que hasta el año pasado no me hice con él, en una feria de libros de segunda mano. Pero sí tengo el recuerdo de haber visto la película, aunque lo curioso es que recuerdo una de dibujos cuando era pequeña, pero no hay ninguna que se hiciera en esa época, al menos que haya encontrado. Así que no sé si directamente estoy confundida y nunca llegué a verla tampoco. El caso es que es un libro que salió como lectura en el Club de lectura Atreyu, y fue mi oportunidad para leerlo por fin. Y qué os puedo decir, me ha enamorado totalmente. No llega al nivel de su hermano mayor, en el sentido que el otro es mi libro favorito y este no, pero es una auténtica maravilla que se lleva la nota máxima, y ya sabéis que yo no suelo darla en muchas ocasiones.

Momo es una niña huérfana que vive sola en las ruinas de un anfiteatro, pero son muchos los que la acompañan día a día, niños y adultos, porque tiene un don muy especial e importante, y es que sabe escuchar como nadie. Además, simplemente haciendo eso, consigue que la gente se sienta mejor, aumente su creatividad, o incluso dejen de pelear sin que ella diga absolutamente nada. Y eso es algo que todo el mundo debería saber hacer, prestar atención a aquellos que nos importan, escucharles y apoyarles. Preocuparnos por ellos. Pero todo cambia cuando llegan los hombres grises a la ciudad dispuestos a quedarse con el tiempo de las personas. Nadie sabe de dónde salen ni cómo lo hacen, pero la gente comienza a preocuparse únicamente de producir, sin malgastar el tiempo en nimiedades o cosas inútiles, y eso termina provocando que dejen de hacer aquello que realmente les gusta. Momo es la única que parece inmune a estos hombres grises, y no se va a dejar engañar, así que intentará por todos los medios ayudar a sus amigos y a todas las personas de su ciudad, pero no lo tendrá nada fácil. Porque, ¿qué puede hacer una simple niña contra un ejército de hombres grises?

Es un libro lleno de enseñanzas, de valores, de reflexiones. Escrito con una belleza exquisita, aunque para algunos ha sido quizá demasiado descriptivo y pesado, para mí no ha sido así en absoluto, al contrario. Es una historia que te llega muy dentro, con ese punto de fantasía que le dan los hombres grises, pero en la que realmente eso es lo que menos importa. Hay historias del género que necesitan del mundo descrito para existir, de la ambientación para comprender lo que ocurre, como si trasladándolas a otro lugar no fueran a llegar del mismo modo. Y no es el caso de 'Momo'. Da igual si esta historia tiene ese toque de fantasía y aventura, o se lleva a la actualidad y a un mundo realista. La importancia del mensaje seguiría siendo el mismo. Que no solo importa gastar tiempo en aquello que produce algo, económicamente hablando, también es importante usar nuestro tiempo para la gente a la que queremos, para pensar en nuestras cosas, para hacer aquello que nos gusta y hace felices, o simplemente para hacer nada. Las cosas simples son a veces las que más nos llenan y perder el tiempo de ese modo, realmente, no es perderlo para nada.

Teniendo en cuenta que estamos ante un libro que se escribió en los años 70, asusta sentirlo tan actual, ser conscientes de que lo que criticó el autor en ese momento, sigue siendo el mayor problema de la sociedad hoy en día. A veces parece que vivimos para trabajar, cuando realmente deberíamos trabajar para vivir. Porque el tiempo no es dinero, o no debería serlo. El tiempo es vida, como bien dice la propia sinopsis del libro, y la vida es todo aquello que nos hace felices, que nos hace ser quienes somos, que nos hace disfrutar y que todo tenga un sentido. Y eso es lo que nos enseña este libro, la importancia de vivir, de disfrutar, de pasar tiempo con la gente que queremos, de preocuparnos por los demás, de cuidar la amistad y el amor de aquellos que nos rodean. Y todo eso solo puede hacerse si invertimos nuestro tiempo en ello, aunque nos parezca poco importante, aunque creamos que podríamos estar haciendo otra cosa más productiva.
Película de 1986

En resumen, 'Momo', igual que 'La historia interminable', es un libro que todo el mundo debería leer al menos una vez en la vida. Está catalogado como un cuento infantil, y sí, puede que por la aventura que vive nuestra protagonista los niños puedan disfrutar de él, pero yo creo que la historia está enfocada también a los adultos, que son los que necesitan que alguien les grite que usar el tiempo para disfrutar no es malgastarlo, al contrario. Es un libro que nos enseña el valor de la amistad, del amor, de la empatía, pero sobre todo del saber escuchar a los demás, de ponernos en su piel y ayudarles si está en nuestra mano, aunque sea simplemente estando ahí, con ellos. Os lo recomiendo, no si os gusta tal o cual cosa como suelo hacer, os lo recomiendo porque sí, porque es necesario que lo leáis si no lo habéis hecho, porque merece mucho la pena conocer la historia de Momo, reflexionar sobre ella, interiorizarla y cambiar nuestro modo de ver la vida si es necesario. Leedlo, no hay más.
Enlace: https://amor-y-palabras.blog..

La pequeña Momo es una niña muy peculiar. Nadie sabe de dónde ha salido pero un día aparece en una gran ciudad y se queda a vivir en las ruinas de un anfiteatro, en un hueco que sus vecinos le ayudan a convertir en su hogar. Momo tiene la capacidad de hacer sentir bien a las personas a las que escucha; ellos les cuentan sus problemas y preocupaciones y ella escucha pacientemente hasta que se sienten mejor. Su mirada cuando escucha es muy especial, parece como si se asomara al interior de las personas.

Momo se siente muy bien allí con sus vecinos y con sus nuevos amigos, Beppo el Barrendero y Gigi, y con todos los niños que van al anfiteatro a jugar. Pero un día aparecen unos misteriosos hombres grises que siempre llevan un cigarrillo en la boca y un maletín. Todo es gris en ellos, hasta su tono de voz. Son los ladrones de tiempo y quieren robar el tiempo de todas las personas, convirtiéndolas en seres con prisa, malhumorados y tristes. Pero Momo descubre la verdad así que se convierte en una amenaza para ellos. En su ayuda llegará la tortuga Casiopea que la conduce a la casa del Maestro Hora, un peculiar señor que le mostrará a Momo los secretos del tiempo. Así comienza una persecución en ambos sentidos: unos para conseguir robar todo el tiempo del mundo y otros para devolver ese tiempo al corazón de las personas.

Momo es una novela entrañable por todos sus personajes y una historia que contiene muchas enseñanza y mucho sobre lo que reflexionar. Recoge muchos momentos que guardan similitudes con la sociedad actual, siempre con prisas, siempre de mal humor y sin disfrutar de las pequeñas cosas de la vida. Tal y como dije cuando leí La Historia Interminable, Momo también es un libro para leer y disfrutar de niño y para leer y reflexionar de adulto. Es un imprescindible en cualquier estantería.

«El tiempo es vida. Y la vida reside en el corazón».