Es muy diferente leer esta historia de niña y leerla ahora. Sigue siendo una fábula -una advertencia- maravillosa. Momo sigue siendo un gran personaje. Me ha traído a la mente la lectura de El Principito, se actualiza la geolocalización, lo que saben por nuestros teléfonos, la forma en la que nos autoengañamos, lo fácil que resulta caer en trampas, los juguetes -aplicaciones- que hacen que no pensemos, que no interactuemos, que sólo seamos receptores... |