Tinisima

Es un libro estupendo, lleno, vibrante, sobre la vida y la época de la Modotti, sobre el México de principios de siglo (que conserva muchas similitudes con el actual) y sobre el amor. Es una biografía de la fotográfa italiana, pero también una biografía de México visto desde los ojos de un extranjero, si se considera que la autora, a pesar de haberse criado en México, era hija de extranjero y nació fuera. Sin embargo, eso le da una fuerza importante al libro, porque podemos ver la historia a través de un lente doble: un extranjero que se enamora de México y esa fuerza lo hace comprender la realidad del país.

Lo que más disfruté de libro fueron las descripciones de esa ciudad de México que tantas veces he caminando, que descubro cada día: cada esquina llena de historia, de pasado, de tragedia. La calle en donde Tina perdió a Mella, la casa en donde se ubicaba el pequeño estudio de ella y Weston en lo que ahora es Condesa, la última casa que compartió con Vitorio, y desde la cual aún veía claramente ambos volcanes. Tina amó y sufrió en México, y a pesar que al final, sus años en Europa acabaron todas sus ilusiones y ella misma sintió ya no pertenecer, resulta obvio que el país la hizo vibrar. Aquí, no sólo Tina conoció al amor de su vida, sino también se convirtió en una artista.

Hay pasajes conmovedores, iniciando por la pérdida de Mella, hasta las exposiciones que Weston y Modotti muestran juntos alabando a los campesinos y trabajadores mexicanos, hasta cuando un tímido Alvarez Bravo se acerca a ella en sus primeras incursiones como fotográfo.

Quizá la única parte que se siente pesada es toda la relativa a la Guerra Española, pero aunque no me gustó, tiene una lógica: Poniatowska plasma una guerra que destruyó a una nación pero que también destruyó a Tina: nunca volvería a ser la mujer coqueta, artística, libre. Pero lo que ella fue, lo que hizo, jamás la olvidaría a ella, ni nos permitirá olvidarla, a Tinísima.