Arráncame la vida

Catalina Guzman conoce un día al General Andrés Ascencio en los portales de puebla y a partir de ahí nacerá un interés que impulsará al General robársela para casarse con ella teniendo quince años y él, treinta. A raíz de este matrimonio, Catalina irá conociendo las maneras de este hombre y fraudes (corrupción, asesinatos) que tiene que efectuar para llegar a un puesto político: el de gobernador de puebla. Además de todo esto, Catalina tiene que soportar diferentes groserías de él como su infidelidad, su misoginia, entre otras cosas.

En este libro, se nos relata un México ambientado entre los 30's y los 40's donde la sociedad del país era machista y el lugar de la mujer no era nada menos que callarse callada y su lugar se limitaba a la cocina y la cama. Es por eso que se nos presenta el personaje de Catalina Guzmán que la vemos crecer desde que tiene quince hasta hacerse mayor y la vemos evolucionar. Debido al machismo del hombre con el que está casada, deberá buscar la forma de sentirse feliz y plena mediante otras formas.

Yo preferí no saber lo que hacía Andrés. Era la mamá de sus hijos, la dueña de su casa, su señora, su criada, su costumbre, su burla. Quién sabe quién era yo, pero lo que fuera lo tenía que seguir siendo por más que a veces me quisiera ir a un país donde el no existiría, donde mi nombre no se pegara al suyo, donde la gente me odiara o me buscara sin mezclarme con el efecto o desprecio de él.


Y por lo que podrán darse cuenta, este no es un libro donde encuentres un gran afecto hacia Andrés. de hecho, es muy difícil que logres digerir a Andrés debido a su machismo. Aunque no teman, este personaje tiene sus contrapartes dentro del libro que podrán sacarte uno que otro suspiro pero vayan haciéndose de la idea que este libro no es enteramente romántico. Si lo van a leer, háganlo por la historia que nos refiere y de la que está inspirada; y eso me lleva a otro punto.

El General Andrés Ascencio está inspirado en un Gobernador de Puebla que se llamaba Maximino Ávila Camacho (quien era el hermano mayor del ex presidente Manuel Ávila Camacho) y Catalina Guzmán en la vida real se llamaba Barbara Margarita Richardi. Sí, los dos existieron y la historia que nosotros leemos en Arráncame la vida sí sucedió aunque con algunos cambios. Por ejemplo, en realidad Catalina se casó con Andrés a la edad de 22, pero entiendo que esto fue cambiado para que nosotros sintiéramos la fragilidad e inocencia del personaje y fuéramos testigos de su evolución y el aumento su fortaleza como mujer durante el paso del tiempo.

Otro dato curioso que se suma a nuestra lista es que el nombre de Catalina Guzmán es un nombre que fue tomado de una de las primas de Ángeles Mastretta, aunque realmente no tiene nada que ver con la historia en sí.

Por lo que podrán darse cuenta esta es una novela que está inspirada en la historia de México por lo que no podría recomendarla a alguien que sea extranjero. Pienso que dificilmente podrían disfrutarla porque durante los diálogos o la narrativa se mencionan hechos históricos además de las conversaciones que se describen hacen uso de palabras propias de la gente de México por lo que a una persona que no es de aquí le costaría un buen rato digerir el libro. Puede que disfrute la historia central, pero no creo que enteramente.

Por otro lado, si eres de México puede que les guste por las referencias que tiene de ciudades y hechos históricos, pero esto mismo puede ser su gran peso porque si eres una persona que no le gusta la historia a la larga, no le terminará gustando.

Por mi lado, me gustó mucho al grado que investigué quién era quién cada quién y cómo terminó en la historia en la vida real. (Incluso pudo haberse prestado para una segunda parte).

Es extenuante estar en la mente de Cati. La centena de personajes que transitan entre las páginas de este libro, la concatenación de eventos que vienen y van a ritmo de metralleta y la velocidad con la que se toman decisiones hacen de esta una lectura muy cansada. Agradezco las súbitas implosiones de ternura como las de la relación de Cati con su padre:

—¿Qué te lastima? ¿No tienes todo lo que quieres? No llores. Mira qué lindo está el cielo. Mira qué fácil es vivir en un país en el que no hay invierno. Siente cómo huele el café. Venga mi vida, venga que le preparo uno con mucha azúcar, venga cuéntele a su papá.

Y la escena de la cual sale el nombre del libro -cuando cantan un bolero de Agustín Lara- me pareció genial.

—Parará, parara, parará —canté yo y dejé el banco para bailar, dando vueltas.
Vives se reía y Andrés se quedó dormido. —Arráncame la vida —pedí mientras seguía bailando sola por toda la estancia.
—«Arráncala, toma mi corazón» —cantó Toña siguiendo al piano de Carlos.
—«Arráncame la vida, y si acaso te hiere el dolor» —me uní a ellos sentándome otra vez junto a Carlos. Tenía razón Andrés, yo arruinaba sus voces pero no estaba para pensarlo en ese momento.
—«Ha de ser de no verme porque al fin tus ojos me los llevo yo» —dije recargándome en el hombro de Carlos que cerró con tres acordes a los que Toña rebasó sosteniendo el «yo» del final.
—¡Qué bárbara, Toña —dijo, mis respetos!
—¿Y ustedes qué? —preguntó ella. ¿Se quieren o se van a querer?

No obstante, la frivolidad de todos los personajes y el hecho de que todos estuvieran involucrados en las esferas de la política cansa, y cansa mucho. No creo que nadie disfrute estar leyendo de las minucias de la política, de la crueldad de los involucrados, de las injusticias, de la opulencia de las fiestas políticas en nombre de la caridad, de la verdadera barbarie cometida por aquellos apenas prueban una gota de poder, de los acarreados, los silenciados, los mandados a matar.

Esto me lleva a uno de los personajes principales: el general Andrés Ascencio me sube la presión, me baja el azúcar, me hace echar espumarajos por la boca. No lo soporto. Y todo eso es mérito de la construcción del machito mexicano por parte de Mastretta, ¡claro! El típico político conservador con diez queridas y e hijos repartidos por toda la nación, pero no vaya a ser que su mujer quiera manejar.
La crítica hacia la posición social y la opresión vivida por la mujer durante el siglo XX es evidente, qué gusto que me asquee ahora, qué gusto que podamos reconocerlo, qué alivio leer las otras reseñas y coincidir en que lo hubiéramos a) dejado o b) ahorcado. Pero obviamente eso no pasa en el libro.
No juzgo el final. Me gustó.

No obstante, quería acabarlo rápido. Llegué a leer hasta en diagonal. Prefería volver a las escenas donde Cati reflexionaba sobre su vida de mujer casada e infeliz y sobre la estupidez de las esposas de los gobernadores, e incluso sobre sus amoríos con otros señores, en vez de leer su resumen de cómo la carrera política y mugrienta de Ascencio seguía viento en popa.

Es la historia de una niña de 15 años casada con un tirano llamado Andrés Ascencio que le dobla la edad.
Él tiene aspiraciones políticas, es una persona controladora, machista y no le tiembla la mano a la hora mandar matar a quien le estorba.
La acción de la novela pone al descubierto las difíciles condiciones de vida de la mujer en el mundo caciquil del México posrevolucionario.
La pobre Catalina se da cuenta a lo largo de los años de quien es su marido y lo que es capaz de hacer.
La niña ya convertida en mujer encuentra en otro hombre el amor y la posibilidad de una vida mejor, pero sabe que no puede huir de "su general".
Una novela que no la veo ni histórica ni romántica ni feminista, pero si que la pasaría por un hecho real.

3'5/5
Acerca de la obra:
"Arráncame la vida" es una novela rosa, de aprendizaje, escrita en 1985 por la autora mexicana Ángeles Mastretta. Llegó a una adaptación cinematográfica en 2008 como una película de drama y romance.

Trama:
Narra la historia de Catalina Guzmán, una adolescente que se enamora del general y político Andrés Ascencio que le lleva más de 25 años. Entre conquistas y regalos se casa con él.
Catalina, a partir de ese momento se verá en un papel conyugal, sumida a las reglas y leyes de la época post revolucionaria; llena de máscaras machistas ocultas bajo la denominación "obedecer al marido en todo y para todo".
Con esta novela se busca mostrar el papel de la mujer en un mundo machista, así como presentar la identidad como sociedad dentro de un gobierno corrupto, y desigual.

Opinión:
Leer desde tu propia voz el concepto de lo correcto, plasmado hace un siglo, es confirmar que las mujeres no tenían voz ni voto. Todas las decisiones estaban emparejadas a la idea de que el hombre sabría como resolverlas sin opinión de su esposa, porque las mujeres habían nacido sólo para procrear y obedecer.
En esta novela, el primer acercamiento que tenemos respecto a esta idea es, en base a la caterizacion de los personajes.
Catalina Guzmán, es una chica de 15 años que se muestra ingenua y cegada por los alagos de Ascencio. No por ello, esta segura de querer casarse cuando él se lo propone y, busca opinar sobre la situación, pero de inmediato Ascencio concuerda con la idea de que lo que piense u opine no vale.
Cuando se casa es arrancada de todos los placeres de una adolescente y se ve con la necesidad de tomar el papel de mujer casada, donde ahora tiene que cocinar y atender a su hombre, además la idea de ser madre le aborrece, pero Ascencio quiero hijos Y SI UN HOMBRE QUIERES HIJOS SIN QUE TU QUIERAS, PUES HAY QUE DÁRSELOS, PORQUE ES MÁS IMPORTANTE LA OPINIÓN QUE TIENE ÉL SOBRE TÚ CUERPO. ¡QUÉ MALDITO MACHSIMO!
Andrés Ascencio es un general y politico adultero. No hay nada bueno en él, simplemente busca a toda costa conseguir lo que quiere, porque es un hombre, rico y blanco.

La historia, me pareció bien construida; por la manera que refleja al machismo y a la sociedad. Además el tipo de vida y la forma de gobierno se ve plasmada con realismo y sin máscaras.
Comienza con fuerza, pero al pasar los capítulos pierde ritmo y no se adapta a la misma forma de un inicio.
Algo que sí considero importante es la evolución de Catalina, ella se da cuenta de la decisión y la realidad que la sumerge; comienza a opinar sin miedo, dejando de pedir perdón o permiso. Así es, como se da cuenta de sus sueños y aspiraciones que nunca pudo realizar, pero que ahora  hará porque así lo desea.

Una buena novela (muy sencilla y rápida de leer) que narra el crecimiento de la narradora y personaje protagónico, Catalina, a través de sus vivencias en el México posrevolucionario y la clase media y del poder político de la época. La narrativa de Mastretta es como escuchar anécdotas que mantienen al lector intrigado y hace que las páginas se vayan como agua entre los dedos, entre las emociones y los personajes icónicos que relata. de la sumisión a la vale tía, del amor al odio y de la miseria a la riqueza (que habría que cuestionar si en realidad saca de la miseria), la novela es un gran retrato de la época y las intenciones de la clase media posrevolucionaria, que siempre está acompañada de referencias a la cultura (en particular, al cine y a la música) del contexto mexicano de aquellos años. Una muy buena lectura que se ha transformado en un clásico de las letras mexicanas.