La bailarina de Auschwitz

“La bailarina de Auschwitz” es la historia de una superviviente de los campos de concentración alemanes. Sin embargo, el relato de lo que vivió en Auschwitz a los 15 años no es tan importante ni tan extenso como el relato de su experiencia tras salir de aquel lugar. Es decir, el libro tiene como objetivo explicar la experiencia personal de Edith tras escapar del campo de concentración, y entender como fue sanando de sus heridas y miedos. Además, compagina sus vivencias personales con las historias personales de los pacientes que atendió como psicóloga. Esta es una idea muy original, pues podemos ver como Edith se ve identificada en muchos de los casos de sus pacientes, lo que en parte le ayudó a superar su pasado y a seguir adelante a pesar del dolor.

En este libro, que tiene ciertos rasgos de un libro de autoayuda, se nos presentan diversos temas relacionados con la psicología humana. Nos muestra que el derecho a sentirse mal, a llorar o a estar tristes es universal y que, por tanto, no debemos comparar nuestras desdichas con las de otras personas por muy grandes o pequeñas que estas sean. También habla sobre ese sentimiento de culpabilidad que las víctimas de cualquier tipo de abuso suelen cargar a sus espaldas. Nos enseña a perdonar incluso a las personas que más daño nos hicieron; no para absolverlas de sus errores, sino para liberarnos a nosotros mismos. Estos y muchos otros temas importantísimos son explicados tranquilamente en este maravilloso libro.

Sin duda, es un libro que me ha sorprendido muy gratamente.
Me encanta la psicología con la que cuenta la historia, incidiendo en pensamientos y puntos de reflexión que hace que la lectura sea toda una enseñanza.
He leído muchos libros sobre la segunda guerra mundial y este creo que ha sido uno de los que más me ha gustado, por las enseñanzas que lleva en él. La narrativa es impecable, lo leí muy rápido y de manera muy amena.
El libro es duro, porque la historia es horrible, pero dentro de la dureza de la realidad, lo recomiendo al 100% si buscas un punto más psicológico y reflexivo.

Me ha decepcionado. Os resumo la estructura del libro, ya que es una biografía real de la autora. 1/4 del libro trata sobre Auschwitz, y 1/4 de su liberación y súper vivencia y 2/4 psicología y autoayuda.
Esta última parte desorbitado, hace que pierdas el hilo, pasas las páginas y no te pierdes nada en la trama…

No lo recomendaría, ya que al final si quieres saber más de lo que ocurrió aquí solo leerás “pocas” hojas sobre ello y, aunque su liberación es interesante empieza a perder el interés… no te digo ya la parte de autoayuda.

4.25 estrellas

Este libro, o más bien su autora, es sinónimo de resiliencia. Edith Eger nos cuenta su propia historia, la de una adolescente que perdió a sus padres y su juventud en Auschwitz, pero también la de una mujer que es liberada y que debe rehacer su vida cargando con el peso del pasado.

Es una historia dura, aunque también esperanzadora. Creo que lo más desgarrador al leer esta historia es ser consciente de que esas personas existen y todo lo que la autora narra fue vivido por ella y por miles y miles de personas más.
Sin embargo, también tiene una parte bonita en la que Edith Eger habla sobre como acaba estudiando psicología y ayudando a otros, y esta profesión a su vez, la ayudó en su propio proceso de sanación y perdón.


Por otra parte, es cierto, que al menos desde la forma en que entiendo la psicología a día de hoy, no he concordado con muchas de las cosas que la autora comenta (supongo que hay que contemplar el contexto histórico y las corrientes psicológicas que estaban en auge en ese momento). A pesar de ello me ha parecido una lectura bastante enriquecedora, no solo como persona sino como psicóloga, pues no esperaba encontrar tanta alusión a esta profesión en el libro.

En cuanto aparece esa terrible palabra en el título de un libro: Auschwitz, ya creemos que sabemos lo que vamos a leer. ¿Tan claro está? Pues aunque no lo parezca, por lo visto queda mucho por decir de este capítulo aciago de la historia humana, si no fuera así, ¿cómo es posible aún hay gente convencida de que el holocausto no existió realmente? (bueno, también hay otros que están seguros de que la Tierra es plana).
Este libro es un buen ejemplo de que de algo tan trillado se puede sacar una innovación. Está contado de desde el punto de vista de la escritora, que desde su trabajo como psicóloga en Estados Unidos, recuerda todo por lo que tuvo que pasar simplemente porque su familia tenía unas creencias diferentes a los que ostentaban el poder en aquellos momentos. Es la historia de ¡más de un millón de personas!, pero no solamente centrada en el encierro y el horror, sino, sobre todo, en lo que quedó después.
Aunque hay algo común que me he encontrado en casi todos los libros que tratan de este tema y que están contados desde el que ha sobrevivido: Hay una falta total de emociones en la forma en que lo narran. No puedo, ni quiero, ponerme en la piel de alguien que ha tenido que pasar por algo tan horroroso, por lo que entiendo muy bien que quieran verlo desde el otro lado de la barrera, desde un lugar alejado, supongo que para que no duela tanto.
Todo comienza cuando Edith es una jovencita con una vida muy agradable: siente pasión por el ballet, comienza los primeros escarceos amorosos con un chico… hasta que llega lo impensable. Me ha dejado hecha polvo cuando los niños de su calle la escupen, me ha desgarrado la parte en que los americanos entran en el campo, pero saber que sus padres tuvieron la oportunidad de escapar antes de que todo se fuera al garete y decidieron seguir con sus vidas, viendo lo que se les venía encima, me ha llegado a poner de muy mala leche, salvando las distancias, no he podido dejar de pensar en esas personas que han tenido que abandonar a su familia y sus casas hace poco por la nueva guerra entre Rusia y Ucrania, de nuevo la historia se repite, por mucho que otros digan que conocer nuestras historia sirve para no volver a cometer los mismos errores.
Una lectura que consejo a todo el mundo, porque nos deja muchos aprendizajes, me quedo sobre todo con: Si ella pudo, yo podré.

Comencé a leer el libro teniendo muy presente que son las memorias de una superviviente de Auschwitz de 90 años. Esto hace que sobre todo el primer cuarto del libro, donde narra su vida antes de ser capturada y su posterior liberación, lo leyese con la piel de gallina. Pude ponerme en su piel, no hay mucha diferencia, eran personas normales teniendo una vida normal: sus trabajos, el colegio, las relaciones sociales… y un buen día te despojan de todo y acabas mirando el humo de una incineradora humana. Porque sí. Sin sentido alguno. Tu vida no tiene valor alguno y desde luego no te pertenece.

En la parte central del libro averiguamos qué ocurrió tras la liberación y todo lo que pasó hasta que logró establecerse en EEUU y labrarse un futuro, así cómo las secuelas que le quedaron y arrastraba tras su paso por el campo de concentración.

El ultimo cuarto del libro está muy centrado en cómo logró, si no superar, al menos estar en paz con su pasado. Se exponen muchos casos de pacientes (la autora es terapeuta), y cómo a través de intentar sanarlos a ellos una parte de ella también lo hacía.

En definitiva muy recomendable, pero teniendo en cuenta que no es una novela sobre Auschwitz al uso. Tiene mucha parte de reflexión sobre miedos, traumas, duelos, sanación, perdón… y algún que otro apunte sobre psicología.

Es un libro que no quería terminar de leer, realmente hermoso.
Es uno de mis libros favoritos sin dudarlo.
Agradezco a Edith por haber compartido lo que vivió, la abrazo fuerte.. realmente inspira y es una mujer muy fuerte y se merece lo mejor ahora y siempre. Simplemente gracias.

Cuando salió este libro en uno de los clubes de lectura en los que estoy, no sabía si apuntarme.

Llevo mucho tiempo sin leer nada relacionado con los campos de concentración, de hecho, desde que estuve visitando Auschwitz hace unos años.  
En diciembre tanteé con el Ruiseñor, volviendo a leer sobre la Segunda guerra mundial y al final decidí que tenía que leer la bailarina tras leer la sinopsis. (Últimamente no leo sinopsis a no ser que esté dudosa).

La verdad es que no ha sido lo que esperaba. Esperaba algo más parecido a El hombre en busca del sentido y no, para nada.

Me ha parecido un libro maravilloso, un libro terapéutico. Porque que una persona que a los 15 años fue llevada a un campo de concentración te cuente cómo sobrevivió, no solo a eso si no al después. A la culpa, al miedo constante, a la vida que no pudo vivir, es algo sin duda liberador.

Sin duda es un plus que Edith sea psicoterapeuta desde hace años y durante el libro nos cuenta como las terapias de muchos pacientes, lo que le contaban, lo que hacía con ellos, fueron catárticos para ella misma.

Es un libro duro, nunca pensé que aun me quedaba por leer, ver o saber algunas cosas que se hacían en los campos y en este libro algunas de ellas me han removido mucho. Pero a la vez es un libro que da esperanza, es luminoso, como un renacer, como ver un ave fénix despegar de sus cenizas.

Lloras, sufres, te emocionas, sonríes e incluso ríes.
Me encantaría conocer a esta mujer, me encantaría que fuera mi terapeuta. Escribió este libro a los 90 años. Actualmente tiene 95 años. ¿Seguirá haciendo en Grand Battement?

Querida Edith Eger, gracias por contar tu historia.

Desgarrador y que se te encoge el corazón a partes iguales, así es como resumiría este libro. En primer persona, Edith nos narra cómo le arrebataron su adolescencia, cómo el doctor Mengele apareció en su vida y cómo fue sobreviviendo para aferrarse a la vida.
Supervivente del holocausto y posteriormente del ejército ruso.

Gracias por poner tus pensamientos en palabras, por expresar tu fuerza de voluntad para ser libre, aunque ya no estuvieras en ninguna cárcel.

Edith Eger en esta obra nos relata cómo fue su supervivencia en Auschwitz y también las secuelas con las que tuvo que vivir por el resto de su vida. Además de demostrarnos la capacidad que tuvo para poder rehacer y encontrar el sentido de su existencia y las herramientas para ayudar a los demás al mismo tiempo que se ayudaba a sí misma.

Empecé a leerlo muy emocionada , pero desafortunadamente no me encantó porque la narración es sumamente emotiva y tiene un carga emocional compleja de principio a fin, personalmente llegue a cuestionarme si continuar o no con la lectura.