 |
4.25 estrellas Este libro, o más bien su autora, es sinónimo de resiliencia. Edith Eger nos cuenta su propia historia, la de una adolescente que perdió a sus padres y su juventud en Auschwitz, pero también la de una mujer que es liberada y que debe rehacer su vida cargando con el peso del pasado. Es una historia dura, aunque también esperanzadora. Creo que lo más desgarrador al leer esta historia es ser consciente de que esas personas existen y todo lo que la autora narra fue vivido por ella y por miles y miles de personas más. Sin embargo, también tiene una parte bonita en la que Edith Eger habla sobre como acaba estudiando psicología y ayudando a otros, y esta profesión a su vez, la ayudó en su propio proceso de sanación y perdón. Por otra parte, es cierto, que al menos desde la forma en que entiendo la psicología a día de hoy, no he concordado con muchas de las cosas que la autora comenta (supongo que hay que contemplar el contexto histórico y las corrientes psicológicas que estaban en auge en ese momento). A pesar de ello me ha parecido una lectura bastante enriquecedora, no solo como persona sino como psicóloga, pues no esperaba encontrar tanta alusión a esta profesión en el libro. |
>
