El jilguero

Una novela por la que Donna Tart recibió el Premio Pulitzer a la mejor obra de ficción.

El título y su curiosa portada, que nos deja entrever al famoso jilguero, ya nos adelanta la parte más importante de una novela que nos llevará hasta el Metropolitan Museum, donde nos detendremos a admirar el cuadro de El jilguero del pintor holandés Carel Fabritius del año 1654. Es un óleo que nos presenta un jilguero de tamaño real y con una pata rota atada por un cordel.

Sin embargo, también es allí donde comenzará la tragedia que se irá desarrollando en la novela. Y nos sumergimos en ella junto a su jovencísimo protagonista, Theo Decker, que, acompañado de su madre estarán visitando el Museo, y la exposición de maestros holandeses, entre los que se encuentra el cuadro de El jilguero, favorito de su madre. Y es entonces cuando se producirá la gran explosión de un atentado terrorista que acabará con la vida de su madre .

No cabe duda de que tiene un interesante e impactante inicio, pero también doloroso, al igual que lo es la implicación de Theo, un niño entonces, solo tenía trece años, que estará absolutamente relacionado con el famoso cuadro y que se librará de la destrucción. ¿Por qué? Pues lo veremos, ya que después de la explosión y lleno de pánico se encontrará con un personaje que le dará un enigmático mensaje.

A partir de aquí toda su vida se tambalea y comienzan los cambios de vida y de lugares, está solo, con mucho miedo y con el cuadro, encuentra un amigo, hay cambios de domicilio y también viajes. Desde Las Vegas, a New York y después a Amsterdam, ya adulto, hasta su vuelta de nuevo a los Estados Unidos, viajando por todo el país y ya trabajando en el negocio de antigüedades.

A pesar de sus 1143 páginas me lo terminé en un fin de semana, hace ya bastante tiempo, en el hospital, antes de mi operación de corazón .

Me gustó a pesar de que me pareció triste y que desde mi punto de vista le sobran algunas páginas pero también mantiene el interés, ya que, cuando parece que decae, ocurre algo que despierta la curiosidad y esto pasa en muchísimos momentos de la historia, conecta de forma extraordinaria con las emociones y hay que seguir leyendo, no puedes dejarlo.

Una explosión en el Metropolitan Museum de New York, la genial pintura holandesa, el jilguero de Fabritius y su protagonista Theo, un niño entonces, que sobrevive a la explosión y será el que nos lleve por una vida malgastada y llena de recuerdos hasta un final más grande y con extraordinarias reflexiones.

Se vive la desesperación y la amargura, las drogas y el terrorismo, la imposición de vencer el miedo así como intentar la búsqueda de la felicidad, también el arte y su importancia , y además, se entremezcla la amistad y el amor, y todo ello con total y absoluta intensidad.

En relación a los personajes están muy bien perfilados y perfectamente desarrollados. Una narración en primera persona narrada por el principal protagonista retrospectivamente, que desde la explosión en el museo, un encuentro fortuito y su relación con el cuadro de El jilguero, que será siempre el hilo conductor de toda la novela, siempre con numerosas y magníficas descripciones, nos llevarán en un recorrido de una vida difícil, hacia la redención a través de la belleza.

Y al acabarlo, se siente nostalgia y no lo olvidas fácilmente.

Se hizo una película, estrenada en el año 2019, en el festival Internacional de Cine de Toronto, adaptada por John Crowley también titulada El jilguero, que supuso un auténtico fracaso y recibió muchas críticas negativas y grandes pérdidas. Pero ahora, después de tanto tiempo quizá la vea, creo que se encuentra en alguna de las plataformas de televisión.

Finalmente, solo me resta decir que a pesar de su extensión, merece la pena ser leído porque despierta profundas emociones y grandes reflexiones.

'El jilguero' es uno de esos libros que son largos pero se hacen cortos. Es cierto que su narración ayuda, ya que no es para nada densa, sino más bien con un lenguaje sencillo, pero la historia te atrapa de tal manera que su lectura es difícil de dejar a un lado.

Quizá la trama pueda confundir un poco al principio: un chico se queda huérfano en un momento, y a partir de ahí se tiene que buscar la vida y sobrevivir. No obstante, este joven deja pronto la inocencia y sabe resolver sus problemas mejor que muchos adultos.

Lo que me ha terminado de atrapar ha sido el ritmo de la lectura, que en general es trepidante, y que solo afloja de vez en cuando para dejar respirar lo justo antes de volver a la carrera. No se puede decir que en este libro no pasen cosas, de hecho, parece justo lo contrario: al protagonista le suceden un sinfín de situaciones difíciles.

Me parece un libro que engancha mucho y que merece la pena leer por la originalidad de la historia pero con un trasfondo que recuerda al de los clásicos literarios. Puede echar para atrás por la cantidad de páginas que tiene, pero se pasan rápido una tras otra. Libros más breves me han durado más que 'El jilguero'.

Este libro me ha dejado completamente descolocada, sin saber cómo puntuarlo realmente. Y es que el libro es bueno, muy bueno; la historia te atrapa, estás deseando saber qué pasa, aunque al protagonista le daría de tortas muchas veces. Pero..... se hace excesivamente largo; para mi gusto, la autora se extiende demasiado en las descripciones, utiliza demasiadas ya no palabras, sino páginas para describir algo que puede ser dicho en un par de frases; así no me extraña la longitud del libro.

La trama comienza en una habitación de hotel en Amsterdam, donde el protagonista lleva días encerrado a cal y canto mientras espera un desenlace que ni siquiera puede imaginar. ¿Pero cómo ha llegado allí? Todo empieza cuando a los 13 años entra a un museo con su madre..... A partir de ahí Theo nos cuenta su vida con todo detalle, en una debacle personal que muestra como los adultos alrededor suyo dejan mucho que desear (es que no se salva ninguno).

Dejando al lado la "paja descriptiva", el libro resulta interesante, la trama capta el interés del lector a pesar de lo tedioso de algunas descripciones (siento insistir pero es que la autora se pasa siete pueblos y medio) y del anticlimax final, en el que llegas a un punto que dices ¿todo para esto?

Tengo sentimientos encontrados con este libro, lo empecé con mucha ilusión sin conocer su argumento, su lectura me ha parecido una montaña rusa de trama e intensidad y ha terminado en un ¿ya?
La novela arranca cuando Theo se encuentra en un hotel de Ámsterdam, escondido, asustado y drogado esperando, no sabemos a quién ni por qué está en esa situación. En ese momento recuerda haber soñado con su madre y nos cuenta su historia, se remonta a la edad de 13 años cuando sufrió un atentado terrorista en un museo, se encontraba en la sala donde está el cuadro "El jilguero" una obra de arte de 1654 del pintor holandés Fabritius, discípulo de Rembrandt y maestro de Vermeer. En medio del caso, sale del museo en ruinas con el cuadro y un anillo de un misterioso hombre que también se encontraba allí.
Así arranca una novela que se las prometía felices, me ha encantado la narración, la prosa, como, al igual que Dickens nos cuenta la historia de un huérfano y nos lleva por los recovecos de los bajos fondos de la sociedad y de los sentimientos, las famlias de acogida, los tonteos con el alcohol, los viajes al abismo de las drogas, la mafia, el tráfico de obras de arte y la crítica social.
Me ha gustado y desencantado a partes iguales, me ha gustado mucho lo que me contaba en algunos momentos aunque no aportara nada a la trama, de ahí la extensión del libro.
Lo mejor la prosa, incluso en las partes menos interesantes de la historia avanzas sin darte cuenta, lo peor el final, no por la reflexión que hace que es magnífica sino por no atar cabos, casi 1200 páginas y el final abierto me ha parecido que a la autora se le acabaron las ideas para cerrar el libro...
Es maravilloso pero no me atrevo a recomendarlo.

Una novela que merece constituirse en un clásico de la literatura contemporánea. En grandes aspectos es sumamente emotiva, habla de situaciones tan comunes en la actualidad como los atentados terroristas, familias disfuncionales, drogas, contrabando, delincuencia, en fin, temas de hoy y de siempre. Además nos presenta la importancia de la amistad, el desarrollo del duelo y el perdón.

Es un texto muy extenso, pero cada página, cada línea está justificada, sería injusto adelantar parte de la trama, pero tomar la decisión de acompañar el relato de Theo Decker es de lo mejor que les pueda recomendar. Tiene altibajos emocionales, momentos divertidos, un poco de romance, aventura y mucho más. Theo nos cuenta su historia, sus sentimientos y manejo del dolor por la perdida de su madre, mezclando sus vivencias con los recuerdos y añoranzas hacia ella.

El libro me permite refugiarme en la idea de que en la vida no hay casualidades, hasta los eventos más traumáticos, te dejan un aprendizaje y una oportunidad, si crees en Dios o en alguna fuerza o poder universal, y te esfuerzas por encontrarlo, probablemente encuentres una luz, una guía, en este caso un anillo o una pintura que te marcará el camino para no estar solo y seguir adelante (aunque tardes años en descubrirlo).

Cierro con una reflexión de la autora al final de la novela, puede que ahora no lo entiendan, pero será muy significativa cuando lo lean:
“Y sumo mi amor a la historia de cuántos han amado los objetos hermosos y han velado por ellos, los han librado de las llamas, los han buscado cuando están extraviados y han procurado conservarlos y rescatarlos mientras pasaban literalmente de mano en mano, cantando con alegría desde el naufragio del tiempo a la siguiente generación de amantes, y a la siguiente.”

No hay duda de que El Jilguero es un libro muy bien escrito y que disfruté la prosa de Donna Tartt en general. ¡Pero el mero hecho de que me tomó casi dos meses terminarlo y pude terminar nada menos que 44! otros libros mientras "no" leía esta dice mucho sobre El Jilguero... La historia en sí es muy interesante y me gustó la idea del viaje del personaje principal y de la pintura, pero el ritmo fue tan lento que me costó mucho mantenerme concentrado. Tengo la sensación de que me hubiera gustado mucho más la novela si hubiera sido al menos 200 páginas más corta. Claro, de esa manera pierde algo de su valor literario, pero sería mucho más agradable de leer. ¿Recomendaría este? Si te gusta la ficción literaria, te encanta el arte y no te importa un libro grande con un ritmo lento, El Jilguero es sin duda una lectura interesante.

Esta historia es, ante todo, bastante trágica y triste. A pesar de toda la belleza que la autora plasma en aspectos como la contemplación del arte y el mensaje de amor y amistad, la esencia de El jilguero radica en la pérdida no superada, un lastre que siempre llevará consigo Theo y que tiñe sus días de una oscuridad sólo perturbada por pequeños momentos de felicidad. Con un estilo que recuerda mucho a Dickens, Tartt nos muestra a un niño desamparado, casi huérfano, al que la familia que le queda no quiere y que ve de un plumazo cómo la seguridad y el amor encarnados en la figura de su madre con la que mantiene vínculos emocionales muy fuertes, desaparecen de golpe. Resulta desalentadora, pero tremendamente realista, la manera en la que Theo se niega al principio a aceptar la muerte de su progenitora, aferrándose desesperadamente a un rayo de esperanza que le dice que ella ha sobrevivido a la explosión y volverá a casa, aunque las horas pasen sin que ella dé señales de vida. Y entonces todo se convierte para el chico en un incondicional imposible: si no hubiese llovido aquel día su madre estaría viva, si no hubiesen entrado en el museo no hubiese muerto, etc., etc. Algo que, admitámoslo, todos hemos hecho alguna vez, al lamentar en retrospectiva no haber podido prever o cambiar algún infortunio del pasado.
Enlace: https://viviendomilvidas.wor..

"Donna Tartt ha puesto al día las reglas de los grandes maestros del siglo XIX, siguiendo a Dickens pero también a los personajes de Breaking Bad, para escribir El jilguero, probablemente el primer clásico del siglo XXI"


De la mano de Debolsillo nos llega El Jilguero una historia narrada en primera persona por su protagonista Theo, que presencia un episodio terrible a sus 10 años: la muerte de su madre, de la cual se hace directamente responsable, en un atentado al Metropolitan Museum de Nueva York.

Donna Tartt es la cabeza pensante de esta historia, la cual nos viene contada por el protagonista (corpóreo) veinte años después de que sucedan los hechos. Sólo sabemos de él que en la actualidad se encuentra encerrado desde hace más de una semana en un hotel de Ámsterdam drogado y borracho ¿Cómo ha llegado hasta allí?

En esta historia atendemos las idas y venidas del joven Theo Decker que ve como su mundo se tambalea para apenas tocar con las yemas de los dedos una estabilidad normalizada. Cambio de familias, de paisajes, de personajes (como su “alter ego pelirrojo” Pippa, o Boris, un joven arrebatadoramente carismático a la par que peligrosamente adictivo y para mí una de las grandes bazas de la historia) harán que su vida tome derroteros de los cuales estaremos o no de acuerdo.

Narrada con maestría y con una profundidad enorme de los personajes, no salva el hecho que se quede corta en otros aspectos y en según qué partes llegue a hacerse un tanto monótona.

No obstante, recomendaría la obra de El Jilguero para una temporada tranquila, preferiblemente invernal, donde podamos llegar a saborear toda la filosofía y matices que subyacen de cada uno de los personajes en, dicen, “la primera gran novela del Siglo XXI”.

Tratando temas imperecederos como la levedad del ser, la fragilidad del alma, lo complicado de las relaciones personales o la transmutación de los sentimientos hacia las cosas, crean un tratado más profundo que novedoso y actual donde el principal protagonista no es simplemente un joven perdido en el mundo.

Cuatro años ha tardado Donna Tartt en realizar su obra, la cual aconsejo, si el lector debe desplazarse en algún momento de la lectura, la adquiera en formato digital debido a su gran tamaño (1.152 páginas y tapa blanda). Durante este tiempo se ha madurado un producto con muchas críticas, muchas de ellas estupendas.

Sinceramente, creo que la historia que se nos narra podría haber tirado mucho más al thriller y el suspense y no dejar al verdadero protagonista (el cuadro El Jilguero de Carel Fabritius datado en 1654) en un simple segundo plano del cual no podrá resarcirse en toda la obra.
Aun así, magistral por su laberinto de deducciones sobre la vida, el arte y el papel que desempeña éste en cada una de nuestras vidas.
Enlace: http://lapetitallibreria.blo..

Que difícil es hacer una reseña de este libro... Es un "tocho" que sin embargo, supongo que por la bien que escribe la autora, te mantiene página tras página detrás de la historia de Theo, un niño que ve su mundo volverse del revés y cuyo enlace a ese mundo será un cuadro. Siempre estará ese cuadro detrás de su forma de actuar, de su continuo descenso/ascenso del infierno... Es un libro difícil de calificar, de esos que cuando pasan los días te das cuenta de si te convenció o no

El jilguero es una novela que me produce sentimientos encontrados, ya que, a pesar de haberla disfrutado, ha habido momentos en los que me planteé dejarla a medias por lo lento del desarrollo de la acción. Dicho esto, vamos con la reseña:

El jilguero cuenta la historia de Teo, un chico que se queda huérfano tras un ataque terrorista en el Museo Metropolitano de Nueva York. En la confusión del momento, decide llevarse el famoso cuadro que da nombre al libro y ahí, empieza su periplo. Si bien la narrativa inicial nos presenta a un Teo adulto que se encuentra en una habitación de hotel en Holanda, todas las acciones que le llevan a ese punto, están relacionadas con el robo del cuadro.

Interesante, ¿verdad?

La narrativa es muy sólida y está muy cuidada, se nota el esmero de la autora en cada línea. Sin embargo, hace un uso excesivo del detalle, lo que lleva a que haya páginas, incluso partes de capítulos que no aportan absolutamente nada, convirtiéndose así en un libro extenso, pero innecesariamente largo. Puedo entender que haya personas que lo hayan dado por imposible.

Los personajes centrales de la obra los conocemos a través de Teo, el cual narra la historia de su vida, pero no es un narrador confiable, ya que en la historia hay muchas lagunas debido al consumo excesivo de drogas durante su etapa adolescente. No obstante, a pesar de no ser una voz fiable, crecemos con él, seguimos sus pasos hasta llegar al punto de inicio del libro, deseando saber qué va a pasar.

Lo que más me ha gustado de la obra ha sido lo original de la misma. Si bien el final es un tanto anticlimático, he disfrutado de la lectura.

3/5