Confesiones de un granuja

Wilkie Collins es merecidamente conocido por sus novelas de misterio de estilo detectivesco. Pero esta novela es una sátira, en ella emplea la ironía con gran maestría para burlarse de la sociedad británica de la época.

Francis desprecia la moralidad de sus parientes, así que desde su juventud se empeñará en seguir la dirección opuesta a la que su progenitor le señala. La novela podría decirse que se divide en 2 partes.

En la primera, narra las mil peripecias de un granuja que se niega a seguir el sendero que le correspondería. Francis es un bribón, pero sobre todo es un rebelde. Su talante crítico le impide acatar los usos sociales que le parecen ridículos, lo cual le convierte en un proscrito.

Hacia la mitad de la novela, nos adentramos en la segunda parte donde el joven Francis se enamorará de una misteriosa mujer que, aun sin ella saberlo, esconde un secreto y se centra más en resolver el misterio que atañe a la señorita Alicia Dulcifer. Aunque todavía incluye alguna alusión a su familia.

Wilkie Collins despliega aquí su magnífica prosa y construye un novela corta, pero muy entretenida. Una magnífica crítica de la sociedad de la época muy directa y contundente.