Es entre los cuarenta y los cincuenta años cuando la desesperación de ver ajarse su rostro, la rabia de sentirse obligadas a abandonar unas pretensiones y unos placeres de los que aún apetecen vuelven a casi todas las mujeres gazmoñas y desabridas
|
Es entre los cuarenta y los cincuenta años cuando la desesperación de ver ajarse su rostro, la rabia de sentirse obligadas a abandonar unas pretensiones y unos placeres de los que aún apetecen vuelven a casi todas las mujeres gazmoñas y desabridas
|
Ser uno mismo artífice de su dolor; desgarrarse el corazón con las propias manos; y mientras se sufre ese dolor insoportable, saber a cada instante que puede ponerle fin con una sola palabra, y ¡que esa palabra sea un crimen!
|
No conozco nada tan insulso como esa necia facilidad que se entrega sin saber cómo ni por qué, únicamente porque la atacan y no sabe resistir. Esa clase de mujeres no son sino máquinas de placer.
|
Cuando escribes a guíen, lo haces para él y no para ti: debes, pues, tratar de decirle no tanto lo que piensas con lo que él desea oír
|
La vergüenza que el amor produce es como el dolor: solo se padece una vez. Después puede fingirse, mas ya no se siente. Sin embargo, el llavero permanece y esto ya es algo.
|
¿Qué podemos esperar, si lo que espabila a las jovencitas, a ti, por el contrario te atonta?
|
Los mínimos defectos parecen entonces chocantes e insoportables, por contraste con la idea perfecta que nos había seducido. Cada esposo cree, sin embargo, que solo el otro ha cambiado y que él sigue valiendo lo que el error de un momento le había hecho estimar
|
¿Qué sería la virtud, sin los deberes que impone? Su culto reside en nuestros sacrificios, como su recompensa en nuestros corazones
|
¿Por qué no le será tan fácil leer en mi corazón como reinar en él?
|
¡Y verme obligado a tragarme mi rencor! ¡No poder mostrar sino un tierno dolor, cuando tengo el corazón lleno de rabia!
|
Es un poema épico griego compuesto por 24 cantos, atribuido al poeta griego Homero. Narra la vuelta a casa, tras la guerra de Troya, del héroe griego Ulises