Las amistades peligrosas de Choderlos de Laclos
Cuando escribes a guíen, lo haces para él y no para ti: debes, pues, tratar de decirle no tanto lo que piensas con lo que él desea oír
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Las amistades peligrosas de Choderlos de Laclos
Cuando escribes a guíen, lo haces para él y no para ti: debes, pues, tratar de decirle no tanto lo que piensas con lo que él desea oír
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