No deja de negarlo de cien maneras; más lo prueba de otras mil
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No deja de negarlo de cien maneras; más lo prueba de otras mil
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El placer del hombre es satisfacer sus deseos, el de la otra es ante todo provocar aquellos. Gustar no es para él sino un medio de triunfar; mientras que para ella es el propio triunfo
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El hombre goza con la felicidad que siente, y la mujer con la que proporciona
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¡Qué mujer realmente delicada y sensible no ha hallado su infortunio en ese mismo sentimiento que tanta felicidad le prometía! ¿Acaso saben los hombres apreciar a la mujer que poseen?
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¿Será verdad acaso que la virtud aumenta el valor de una mujer hasta en el momento en el que deja de tenerla?
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Huyamos de esta pasión funesta (el amor) que no deja otra elección sino la vergüenza o la desgracia, y que incluso suele unir ambas cosas
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Veré cómo su mirada se fija en mí sin emoción, mientras que el temor de delatar la mía me obligará a bajar los ojos
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Mis sufrimientos me serán queridos si el premio es su felicidad
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Sí, lo confieso, el amor que ella me inspira se me ha hecho más precioso aún, desde que va tenido usted a bien recibir mis confidencias
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Poseerla y perderla es comprar un momento de felicidad a cambio de una eternidad de lamentaciones
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Es un poema épico griego compuesto por 24 cantos, atribuido al poeta griego Homero. Narra la vuelta a casa, tras la guerra de Troya, del héroe griego Ulises