Mientras se divida entre varios no siento ni los mínimos celos... Mas ¡que se dé usted enteramente a uno de ellos!
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Mientras se divida entre varios no siento ni los mínimos celos... Mas ¡que se dé usted enteramente a uno de ellos!
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¿Será verdad acaso que la virtud aumenta el valor de una mujer hasta en el momento en el que deja de tenerla?
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¿Creer en sus sentimientos no sería una razón más para temerlos?
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Usted tranquila y apacible, no conoce estos tormentos si no es para causarlos y felicitarse por ello. Sin embargo, es usted quien se queja y yo quien se disculpa.
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¿Qué he hecho sino ceder a un sentimiento involuntario, inspirado por la belleza y justificado por la virtud; siempre contenido por el respeto, y cuya inocente confesión fue efecto de la confianza y no de la esperanza
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Sus órdenes son encantadoras; su manera de darlas es más amable aún; sería capaz de hacer que se amara el despotismo
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¡Quién no se estremecería pensando en las desgracias que pueden causar una sola amistad peligrosa! ¡Y cuántas penas no se evitarían si se reflexionara más! ¿ Qué mujer no huiria a las primeras palabras de un seductor? ¿Qué madre podría ver a otra persona hablar a su hija sin echarse a temblar?
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No llegará sino demasiado pronto el tiempo en el que, degradada por la caída, no será ya para mí más que una mujer vulgar
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Un interés más dulce y no menos cariñoso sucederá a esta violenta agitación; entonces, respirando gracias a su bondad, amaré mi existencia y me diré con el corazón alegre: esta calma que siento, se la debo a mi amigo
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Sería una vergüenza que no hiciésemos con dos niños cuando queremos.
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Es un poema épico griego compuesto por 24 cantos, atribuido al poeta griego Homero. Narra la vuelta a casa, tras la guerra de Troya, del héroe griego Ulises