¿Quizá el amor, aunque sea inconscientemente, conlleva la arrogancia engañosa de creerse a salvo de la pena?
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¿Quizá el amor, aunque sea inconscientemente, conlleva la arrogancia engañosa de creerse a salvo de la pena?
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Una risa que nunca volveré a reír. "Nunca" ha llegado para quedarse. "Nunca" parece un castigo demasiado injusto. Durante el resto de mi vida, viviré tratando de alcanzar cosas que ya no existen.
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El dolor no me sorprende, pero sí su componente físico: un amargor insoportable en la lengua, como si hubiera comido algo que aborrezco y no me hubiera cepillado los dientes; un peso horrible, enorme, en el pecho; y dentro del cuerpo, una sensación de disolución eterna.
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¿Por qué noto los costados tan cansados y doloridos? De llorar, me dicen. No sabía que llorásemos con los músculos.
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Parte de la tiranía de la pena es que te priva de recordar las cosas que importan.
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Evito los pésames. Le gente es amable, tiene buenas intenciones, pero saberlo no hace que sus palabras duelan menos.
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La Pena me obliga a mudar la piel.
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Mi rabia me asusta, mi miedo me asusta.
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¿Cómo que el mundo sigue adelante, respirando inmutable, mientras mi alma sufre una dispersión permanente?
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La pena es un tipo de enseñanza cruel. Aprendes lo poco amable que puede ser el duelo, lo lleno de rabia que puede estar.
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"Hoy ha muerto mamá. O quizá ayer. No lo sé. Recibí un telegrama del asilo" ¿El personaje de qué libro está hablando?