El juego del alma

A veces la gente más extraña suele ser la más bondadosa.

La única regla del juego del alma es que no juegues si no puedes afrontar perderla.

El fuego baila aunque no lo mires.

Muchas veces el silencio suena más alto que la respuesta más sincera.

Las vidas imaginadas suelen destrozar a uno por dentro, porque siempre están llenas de los mejores momentos que no sucedieron.

Cuando apuestas tu alma, ganes o pierdas, nunca vuelves a ser el mismo.

Es difícil sentirte acompañado cuando el mundo entero camina con la cabeza alta, incapaz de bajar la vista hacia los que nos arrastramos en nuestras pesadillas.

Es ese tipo de piezas del puzle lo que da sentido al dibujo. En un principio vas encajando sin comprender qué construyes hasta que de repente colocas una y todo se ve claro.

Pero una sensación extraña sobrevolaba aquel sobre, como si fuese acompañado de la melodía de un final trágico.

Las vidas imaginadas suelen destrozar a uno por dentro, porque siempre están llenas de los mejores momentos que no sucedieron