Catedral

Raymond Carver,alcohólico y máximo representante del minimalismo expresivo estadounidense,murió en 1989 con apenas 50 años.Nos dejó pese a todo una obra fecunda e innovadora en la estela del realismo sucio.Los cuentos reunidos en "Catedral" son un buen ejemplo.

Con un laconismo brillante y de gran fuerza descriptiva nos asoma a los abismos que asolan nuestra cotidianidad.Sus historias,entretenidas con los mimbres de lo ordinario y lo inesperado,transitan los caminos del paro,los malos empleos,las parejas a la deriva o los problemas con el alcohol.Y así,acercándonos magistralmente a las vicisitudes de la gente corriente,desvelando sus misterios y rutinas,las debilidades y pequeñas heroicidades que acompañan su existencia,va deslizando también esa atmósfera tan peculiar,tan típicamente carveriana,que envuelve sútilmente la narracion y acaba dotándolos de sentido.

Porque los relatos de Carver discurren en dos planos inseparables.Está lo narrado,lo que se dice.Pero junto a lo expesado--quizá mejor sobrevolándolo--hay también un halo misterioso que lo acecha,algo apenas insinuado,latente,siempre implicito,donde se juega la suerte de los protagonistas.

Las ondas enigmáticas de los significados resuenan desde el contexto.Y el contexto,en esencia,es la vida misma,ese impulso que anima secretamente todas las cosas y tan cercano,tan inherente,que ni siquiera somos conscientes de él.

Nada se escapa a esa dinámica inexorable y omnipresente.En lucha constante contra nosotros mismos,asediados casi siempre por los golpes del destino,anhelamos una estabilidad que se nos escurre una y otra vez entre los dedos de las manos.Y es ahí,en ese preciso instante en el que lo maravilloso parece emerger en medio de la nada,cuando volvemos a esperar contra toda esperanza.Solo entonces logramos acumular la fuerza necesaria para romper el maleficio del pasado y continuar adelante.Será un camino--bien lo sabemos--sin garantías.Pero no podemos,no debemos,dejar de intentarlo.La vida---sería imprudente olvidarlo---no espera por nosotros.

Descubrí a Raymond Carver el año pasado y me dejó con ganas de más, así que en esta ocasión me puse con Catedral, otro compendio de cuentos publicado hace ya 40 años, pero que si me dicen que tiene cinco me lo creo también.

Carver es un autor que creo que en una novela me acabaría abrumando, pero que en sus pequeñas dosis me encanta. Quizás si leyese uno de estos relatos sueltos sin conocer de dónde viene o sin haber leído nada más suyo, me dejaría totalmente frío, o con sensación de sí pero no. Pero creo que ya le voy pillando el puntillo a este hombre, y es que aunque me relate el vuelo de una paloma a mí me absorbe como pocos hasta terminar el cuento.

No tienen mucho que ver los relatos entre sí, pero sí que es verdad que todos hablan de la vida misma, de amor, amistad y temas normales y muy trillados, pero tiene la grandeza de convertirlos en extraordinarios. Muchos de ellos diría que hasta ni los "entiendo" o no le saco toda la chicha que tienen pero es que me da igual, lo disfruto igual. A alguno incluso he llegado al final preguntándome un: vale, ¿y? Pero esta creo que es también parte de la magia de este escritor.

Creo que si entras en su juego y conectas con su manera pausada de contar las cosas es un autor muy disfrutable. A mí me han encantado casi todos los relatos de este libro, cosa que no suele ser normal, así que, cómo no, seguiré leyendo su obra.

Otro libro que escogimos en el club de lectura de Goodreads. No es el primero de Carver que leo y reseño en el blog, ya en el pasado os conté qué me pareció Principiantes, otra antología de relatos como Catedral.

Tenía mis esperanzas puestas en esta lectura, mis anteriores contactos con el autor fueron buenos y claro, no esperaba menos de este, pero... me ha decepcionado, los relatos no me han parecido a la altura de Principiantes y me aunque no me ha costado terminarlo porque ni es largo ni es complicado de leer, no me ha dejado una sensación maravillosa. nevera.

Un relato que te deja una mala sensación en el cuerpo, de tristeza, desidia, sobre lo deprimente que puede ser la vida cotidiana.

No está mal, me sorprendió un poco el desenlace, pero dentro de lo que cabe, estuvo bien.

Hay más historias que no me han gustado o me han dejado indiferente que no las que he disfrutado. Y de ahí la decepción por esta recopilación.

No es un libro largo, son 214 páginas y tenemos 12 relatos, vaya que son menos de 20 páginas de media. Y como no es difícil de leer, nos ocupará poco tiempo.
Eso sí, consejo: no leáis más de dos relatos de golpe, como la temática se repite, os podría parecer que leéis lo mismo todo el rato

El estilo del autor es el mismo que en toda su obra, parco, directo, sin detalles superfluos ni adjetivos, minimalista y bueno, exponente claro del realismo sucio.

Cada historia refleja un momento concreto en la vida de los personajes y no hay un final, todas las historias siguen de alguna manera y por como se han desarrollado podemos interpretar que lo harán de una manera u otra, en mi caso no veo muchos finales felices porque precisamente la obra de Carver me trasmite siempre pesimismo, no es malo eh, no es una crítica, al contrario. La vida a veces es muy jodida y no busco en la lectura historias con finales felices, pero como lo siento así, mis hipótesis nunca son positivas.

La temática también se repite en sus historias: borrachos, perdedores, familias desestructuradas, matrimonios rotos, infidelidad, depresión... ya veis, lo mejor de cada casa. Eso sí, nadie le puede decir que no sea real, lo que cuenta puede pasar en muchos hogares aunque las apariencias digan lo contrario.

A pesar de que el autor me gusta, no os recomendaría esta recopilación, o no para empezar con ella. Elegid Principiantes antes que Catedral y luego cuando decidáis si os gusta o no, venid a esta.

Así pues, una obra que entretiene, muy fácil de leer, los relatos son muy cortos y en nada pasaremos de uno a otro, pero no me ha gustado del todo. Creo que no he conectado con algunos y eso no ha ayudado.

Enlace: https://www.resibooks.com/20..

Es tan cotidiano que da miedo. Se lee como un tiro, y asombra que parezca tan sencillo de escribir.

Los relatos "Parece una tontería" y "Conservación" llevan en mi cabeza meses (sobre todo este último), además de por sentirme identificado, por su forma sencilla y como ya he dicho, cotidiana de escribir.

No había leído a este autor y, sinceramente, no creo que lo siga haciendo. Este libro es de relatos. Carver escribe bien pero sus historias no me transmiten mucho. Ha habido alguna más interesante, no lo niego. Historias con dos temas que se repiten, las relaciones matrimoniales y la bebida. Pasable para mi.