Tercer libro que leo es lo que va de año de Cazadores de Sombras, para compensar la sequía que tuve el año pasado de estos libros. Este 2021 uno de los primeros que leí fue la primera parte de esta trilogía enfocada en la pareja de Alec y Magnus, “Los Manuscritos Rojos de la Magia”. Fue un libro que me gustó bastante. Pero esa calificación se me queda en algo bastante tibio cuando se trata de un libro del Shadoworld, un mundo que lleva desde hace años siendo el escenario de una de mis sagas favoritas. de ahí que “El Libro Perdido” haya sido una novela que he disfrutado particularmente. Pero al mismo tiempo tengo que ponerle un pequeño gran “pero”, que me ha decepcionado un poco, ya que esperaba otra cosa. Más abajo os digo el qué. En esta ocasión volvemos a encontrarnos con Magnus y Alec varios años despues de los sucesos del primer tomo de “Las Maldiciones Ancestrales” (nombre con el que se conoce a la trilogía centrada en ellos), tiempo después del final de los seis libros de la saga original. Ahora son los padres adoptivos de un pequeño brujo azul, Max, y viven felizmente en el loft neoyorquino de Magnus. Pero su tranquila vida familiar cambia de golpe con la aparición de viejos enemigos (y amigos) del pasado, que interrumpirán para robar a Magnus un poderoso libro de hechizos. Y de paso atacarle con una misteriosa y desconocida arma ancestral cuyas secuelas pueden ser potencialmente peligrosas para el Brujo Supremo de Brooklyn y los suyos. Para recuperar el libro y descubrir qué es lo que está sucediendo con Magnus la pareja deberá viajar hasta Shanghai. Y no lo harán solo, les acompañarán el grupo original de los primeros libros: Jace, Clary (oh vale, también ha estado bien verte a ti), Simon (sii) e Izzy (pirueta y doble siiiiiii) “El Libro Perdido” ha tenido muchos puntos positivos que me han gustado mucho, culpables del buen sabor de boca que me ha dejado la novela a rasgos generales. Ha sido una obra muy al estilo de Cassandra Clare, aunque muchas veces se note que no está al cien por cien implicada en su autoría, ya que está escrita a cuatro manos junto al autor Wesley Chung. Sin que vaya a ser uno de mis predilectos de la saga (ahora iré al motivo) me ha entretenido bastante y su lectura me ha enganchado mucho. La acción es de lo más trepidante, en casi todos los capítulos se descubre alguna cosa o pasa algo, los giros argumentales (aunque algunos sean muy previsibles y poco impactantes, para que negarlo) saben como cambiar el argumento y sacarle todo el jugo posible, haciendo que sea una lectura intensa y que no permita que el lector de nada por sentado o se relaje. Y es por eso que este libro me ha gustado más que el anterior, ya que en “Los Manuscritos Rojos de la Magia” note que había muchos momentos en los que la acción se estancaba o que no pasaba nada realmente interesante, cosa que en esta ocasión no he percibido para nada. No obstante, debo reconocer que lo más me ha gustado del libro es la forma en que la ciudad de Shanghai y la cultura china han sido motores esenciales del mismo y como se han representado. Me ha gustado como se ha demostrado la relación entre subterráneos y cazadores de sombras en la ciudad de Shanghai, y especialmente el infierno, con todas esas referencias a la mitología asiática. Esa parte, en concreto, es la que más he disfrutado en todo el libro, cuando viajan hacia ese submundo. Y es que una de las cosas que más me gusta es lo cosmopolita, multicultural y racial que es la ambientación del Shadoworld, y como toma referencias de diferentes culturas y mitologías para crear el mundo y lore de los Cazadores de Sombras. Y tampoco voy a negar que si hay algo que me tiene loca con esta trilogía es que esté enfocada en el Malec, una pareja que es una de mis favoritas ya no solo en el universo de los cazadores de sombras (ahí directamente es mi favorita) sino en general en todos los libros que he leído. Me ha gustado como los autores han representado su relación ahora, más madura y llena de matices. En el libro anterior estaban aún conociéndose realmente y su relación aún estaba en pañales. Aquí la vemos más asentada, han pasado por muchas cosas y las han superado, y ahora tienen un hijo en común. Son una familia y se conocen el uno al otro mucho mejor, por lo que los momentos en los que dejan patente su amor y complicidad abundan en esta obra y resultan muy significativos y bonitos. Y es que si hay algo que valorado mucho en esta trilogía es volver a reencontrarme con personajes que hemos conocido previamente. Y ahí es precisamente donde radica uno de los mayores peros que le puedo poner a este libro. A ver, me imaginaba que todo el protagonismo se lo iban a llevar Magnus y Alec, es algo que tenía asumido y que no me importaba mucho porque entendía que ahora el juego iba a ser así. Y no me molesta. Pero me esperaba que tuvieran mucho más peso en la trama y muchas más escenas el resto de personajes que ya conocíamos de antes, sus familiares y amigos. de hecho era uno de los motivos por los que más ilusión me hacía leer este libro. Y sobre todo me esperaba que se les dejara destacar un poco más y que hicieran más cosas. A parte de alguna conversación y escena suelta (ese momento en la catedral de San Ignacio en el infierno, uno de mis preferidos del libro) y los momentos de acción, no han pasado de ser meros secundarios, casi daba lo mismo que estuvieran ahí o no. El único que ha destacado un poco ha sido Simon con sus traumas tras su proceso de Ascensión y lo que pasó ahí (definitivamente leer “Los Cuentos de la Academia de Cazadores de Sombras” en traducción pirata va a ser una de mis lecturas del año que viene, que pinta que van a salir pocos libros de Cassie) y aún así lo hace sin ser el Simon que todos conocemos. Aunque esa parte le da mucho realismo al personaje, reconozco que me ha decepcionado un poco, esperaba algo más de él. En un libro enfocado en él quizás me hubiera gustado y lo hubiera valorado también más. En esta ocasión me ha dejado muy indiferente y me ha decepcionado un poco. Y luego está lo de Izzy. Yo por esta chica es que siento algo que raya la adoración ¿Vale? Y por eso me repatea tanto que haya sido la secundaria más secundaria de toda la historia.Excepto el momento ese momento en que entra en escena cuando menos se lo espera alguien montada en un tigre y con un látigo de fuego (reina de la vida, así de claro) no ha pintado nada en la historia. Por lo menos Clary y Jace han tenido algún momento estelar, pero ella ni eso. Otra cosa que tampoco me ha gustado mucho del libro es que en esta ocasión he percibido que lo que es el argumento tenía momentos en los que no se sabía por donde iba la cosa, en el sentido de que no tenía ni pies ni cabezas lo que estaba pasando y el porqué. Había momentos en que todo me parecía muy ilógico. Es cierto que eso me ha pasado en muchos otros libros de Cazadores de Sombras, pero creo que nunca me ha ocurrido tanto como en los dos volúmenes publicados de esta trilogía. El mejor ejemplo es la villana principal de la obra, Shinyun, a la cual es imposible entender. No voy a mentir y a decir que le dado mucha importancia porque mentiría, lo que realmente me interesaba aquí es la pareja protagonista y su núcleo de amigos y familiares, y descubrir más cosas de la historia y del mundo en el que tiene lugar. Pero en esta ocasión tengo que reconocer que me ha escamado un poco, Ya que es una de las cosas que más me gusta de la propuesta de Clare es que cada elemento siempre tiene un motivo para estar aquí y un peso en lo que es la historia. No obstante, insisto: “Cazadores de Sombras : Las Maldiciones Ancestrales #2” es una lectura que me ha entretenido y enganchado mucho, y que me ha recordado a lo mejor de esta saga. Pero también tengo que insistir en lo de que me ha recordado. Ni de lejos es uno de los mejores libros del Shadoworld. Se deja leer y es entretenido, y deja con ganas de más. Aunque estoy deseando con toda mi alma que llegue ya a España la segunda parte de “ Las Últimas Horas”, no voy a negar que tengo mucha curiosidad por que llegue la tercera entrega de la serie que nos ocupa, y hasta me da penilla que ni en inglés haya aún fecha de publicación. de este libro me quedo con la manera en que está interconectado con lo que sucede en otras entregas de la saga y otras trilogías, como no se da en esta historia puntada sin hilo. Y, por supuesto, con el Malec y la forma en que es representada su relación, con el bonito amor que se tienen Magnus y Alec y la preciosa familia que han formado junto a su hijo Max. Y eso es en el fondo la esencia de esta trilogía, y por la cual estoy disfrutando la misma. + Leer más |