Un debut en la vida

Una primera novela de una escritora que hace algunos años, concretamente en 2018, se tradujo al español recuperada por ediciones Libros del Asteroide e incluyendo un extraordinario prólogo del gran escritor Julian Barnes, un texto publicado en el año 2016, unos días después de la muerte de la autora, en el periódico The Guardian.

Amigo y admirador de Anita Bookner, nos la presenta como “Ingeniosa, de una inteligencia deslumbrante, reservada e imposible de conocer más allá de donde ella decidiera”. Magnífico e interesante prólogo, que al leerlo, no podemos resistirnos a seguir con la lectura del libro. Y realmente, lo inicias y ya no puedes dejar de leer.

Es una obra que la autora, dedicada a la enseñanza del Arte y prestigiosa crítica e historiadora en esta materia en la que encontraremos grandes obras publicadas sobre el tema, se inició a la creación novelística ya a los cincuenta y tres años de edad, pero desde esta, su primera novela, siguió publicando hasta veintitrés novelas más.

Empecemos con esta magnífica novela, desde sus primeras palabras, su título, parece que se trata de un título inspirado en una novela de Balzac “Un début dans la vie”, escrito en 1842 , un autor que será nombrado y tratado a lo largo de toda la novela ya que la protagonista, Ruth Weiss, se especializará en los personajes femeninos del escritor francés.

Nos adentramos en un lúcido relato que nos llevará desde que Ruth es una niña, criada en una familia bastante excéntrica, su madre, Helen, es actriz de teatro y su padre, George, un librero, ambos inmaduros, egoístas, dependientes y jamás preocupados por las necesidades de su hija, que se verá relegada y sin muestras, ni tan siquiera señales, de amor, de cariño, de dulzura, porque ni saben ser padres, ni lo intentan porque sus preocupaciones son ellos mismos.

Por lo tanto, su único consuelo será acercarse a los libros, cuando al morir su abuela, la única persona que sabía y conocía sus necesidades y la única persona, aunque con cierta rigidez, que la cuidaba y estaba a su lado, se queda absolutamente sola.

Así nos acercaremos a la historia de Ruth, que es la historia de una lectora y la importante influencia que marcará su vida.

Además, condicionada por unos padres absolutamente despreocupados y alejados de sus necesidades y para defenderse de una soledad impuesta, se dejará llevar por los libros y las bibliotecas donde encontrará el sentimiento de pertenencia necesario para vivir, aunque también se convertirá en un ser totalmente aislado, aunque a la vez, muy generoso y lleno de bondad, como veremos a lo largo de la lectura, cuando vaya creciendo y desarrollándose.

Y entonces, yo me he preguntado ¿quién no se ha refugiado en la lectura en algún momento difícil de nuestra vida?

Más adelante, tratará de escapar del ambiente familiar, ya con una madre retirada , absolutamente histérica, un padre débil y sin agallas, donde las riendas las tomará una sirvienta, la señora Culter, que no se ocupará del hogar, solo dedicará su tiempo a acompañar y beber con Helen. Un auténtico desastre.

Ruth pasará entonces un tiempo en París para hacer su tesis doctoral y será allí donde el personaje experimentará una cierta evolución y conocerá otra manera de relacionarse con la vida y con los otros.

Sin embargo, todavía hay mucho que descubrir, tiene que regresar a casa cuando precisamente era más feliz. ¿Y qué le deparará el destino?
Hay que descubrirlo.

A mí me encanta la protagonista, es una figura excepcional y perfectamente caracterizada que consigue mantener toda la historia y a todos los demás personajes y sus relaciones. Está psicológicamente muy bien desarrollada como también todas sus preocupaciones, su anhelos y sus sueños. Es brillante.

Todos los personajes están muy bien perfilados, también son extravagantes, pero, precisamente por ello ,son los causantes de producir las emociones que nos invaden. Tenemos la ausencia de los afectos, huidas, desengaños, fracasos, pero también comprensión, resolución y fuerza para desarrollar una vida y un futuro mejor.

Sus estados anímicos los recibimos en cada página y los vivimos de todas las formas posibles, a veces con rabia, también con tristeza , pero siempre atrapados en ellos.

Hay crítica, grandes dosis de ironía y reflexión , una narración de calidad y muy precisa, escrita en tercera persona, que nos involucra irremediablemente.

Una lectura muy interesante que recomiendo absolutamente.

Los padres de Ruth son dos especímenes que nunca han trabajado demasiado, y que viven de las rentas. Su madre, una actriz no demasiado buena, ha hecho algo de teatro y un poco de televisión, pero su padre ni siquiera ha trabajado en su vida. Como mucho, se ha acercado a la librería que regenta a vender alguno de los libros de su familia. Aún así, la niña les sale estudiosa y callada, ya que es la abuela la que cría a Ruth. No obstante, las abuelas no duran eternamente, por lo que Ruth intentará liberarse de la carga que supone unos padres jóvenes sin ninguna inquietud en la vida.

Aunque no tiene demasiada acción, este libro es una delicia de lectura con la que pasar un par de tardes agradables. Me ha gustado mucho seguir la historia de Ruth, muy realista, pero me ha faltado algo más. Algunos sucesos para mí han sido demasiado rápidos, como si de repente fuera necesario dar carpetazo a un problema, y quizá la lentitud de otros no me ha encajado con estos. Es decir, no he terminado de encajar unos ritmos con otros, y me ha parecido una lectura desacompasada.

No obstante, como he dicho antes, he disfrutado de su lectura porque me ha resultado agradable y tranquila. Intentaré leer otra obra de Anita Brookner a ver si me reconcilio con su manera de narrar.

Ruth Weiss, doctora en literatura y especialista en los personajes femeninos de la literatura de Balzac, parece estar atravesando una “crisis de los cuarenta”, a lo cual culpa precisamente a los libros en un maravilloso arranque que, con una única frase, ya ha pasado a ser de mis favoritos: “A sus cuarenta años, la doctora Weiss comprendió que la literatura le había destrozado la vida”. A partir de esta línea, retrocedemos a la infancia de Ruth y cómo comenzó su amor por los libros en el colegio, su vida universitaria en Londres y su breve periodo de independencia en París, a la vez que era testigo de cómo se deterioraba el matrimonio cada vez más volátil -pero siempre en silencio- de sus padres.

Es en esta regresión al pasado tratando de averiguar por qué se siente tan insatisfecha y tratando de unir los hilos sueltos de su existencia, cuando Ruth comienza a reconciliarlos con su presente y se encuentra con que su vida ha sido dictada por las expectativas. Por ejemplo, aunque sus padres la ignoraron en gran medida, siempre se esperó de ella que, llegado el momento, renunciaría a su independencia para cuidar de ellos: Helen (actriz de cierto éxito pero venida a menos y convertida en una falsa inválida) y George (librero retirado cuyo papel de “amo de casa” le pesa en su hombría), que siempre estuvieron más ensimismados con su triste existencia que preocupados por la vida de su hija.

“Un debut en la vida”, de @librosdelasteroidees, no nos muestra a Ruth como una heroína que se abre camino pese a las adversidades, sino a cómo su vida se ve limitada por las demandas de quienes la rodean y, con frecuencia, cómo se doblega a la voluntad de los demás en detrimento de sus propios deseos. Ella nunca se convertirá en la estrella que estaba destinada a ser y, a medida que avanzamos en su historia, vemos cómo sus esperanzas se desvanecen y los sueños se frustran. Y, aun así, llena de insatisfacción y arrepentimiento, me parece un personaje que tiene el peso y la sensación de alguien REAL.
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Soy plenamente consciente de que a la mayoría de personas que han leído este libro les ha fascinado. Pero a mí no. También soy consciente que cuando leí reseñas me parecía una lectura bastante prometedora. Una mujer que ha dedicado toda su vida a la literatura y que de repente, a sus cuarenta años, se da cuenta de que no ha hecho nada más y se siente una fracasada. Una de esas mujeres descolocadas, que vive un poco al margen de la sociedad, que se siente desdichada por no tener marido, que está sola y cuya carrera académica parece no ser suficiente para ella.

Me gusta la idea de presentar a una mujer así como una heroína, dado que al final todo se puede explicar en clave de género. Pero a pesar de todo, no me ha gustado una mierda. le cogí cariño a sus personajes porque están maravillosamente perfilados, pero el ritmo, la cadencia de la novela me parecieron soporíferas. Supongo que también me decepcionó porque esperaba más desarrollo en torno a la idea de la literatura y hablar de libros, más allá de Balzac. Pero eso tampoco sucedió.

Así que lo siento, pero Anita y yo no hemos conectado.