Pero recuerde que el capitán pertenece al grupo de los más peligrosos enemigos de la verdad y la libertad, el sólido y terco rebaño de la mayoría.
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Pero recuerde que el capitán pertenece al grupo de los más peligrosos enemigos de la verdad y la libertad, el sólido y terco rebaño de la mayoría.
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Tiene que haber algo en los libros, cosas que no podemos imaginar para hacer que una mujer permanezca en una casa que arde. Ahí tiene que haber algo. Uno no se sacrifica por nada. Ray Bradbury, Fahrenheit 451 (trad. Alfredo Crespo). Plaza y Janes Editores, Barcelona, 5ta. ed., 1988, p. 63. |
A veces pienso que los conductores no saben qué es la hierba, ni las flores, porque nunca las ven con detenimiento. Ray Bradbury, Fahrenheit 451 (trad. Alfredo Crespo). Plaza y Janes Editores, Barcelona, 5ta. ed., 1988, p. 19. |
Somos miles de millones, es excesivo. Nadie conoce a nadie. Ray Bradbury, Fahrenheit 451 (trad. Alfredo Crespo). Plaza y Janes Editores, Barcelona, 5ta. ed., 1988, p. 27. |
Fahrenheit 451: la temperatura a la que el papel de los libros se inflama y arde. |
La mente del hombre gira tan aprisa a impulsos de los editores, explotadores, locutores, que la fuerza centrífuga elimina todo pensamiento innecesario, origen de una pérdida de tiempo.
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El mejor polen del mundo, el polvo de los libros, que desencadena alergias literarias.
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El pueblo tiene siempre algún campeón, a quien enaltece por encima de todo… Ésta y no otra es la raíz de la que nace un tirano, al principio es un protector.
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La posibilidad de quemar libros sin cerillas ni fuego. Porque no hace falta quemar libros si el mundo empieza a llenarse de gente que no lee, que no aprende, que no sabe.
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El sol ardía a diario. Quemaba el Tiempo. El mundo corría en círculos, girando sobre su eje, y el tiempo se ocupaba en quemar los años y a la gente, sin ninguna ayuda por su parte. De modo que si él quemaba cosas con los bomberos y el sol quemaba el Tiempo, ello significaría que todo había de arder. Alguno de ellos tendría que dejar de quemar. El sol no, por supuesto. Según todas las apariencias, tendría que ser Montag, así como las personas con quienes había trabajado hasta unas pocas horas antes. En algún sitio habría que empezar a ahorrar y a preservar cosas para que todo tuviera un nuevo inicio. |
¿En qué año se publicó?