Las despedidas

De qué va?

Diego tiene una mujer y tres hijos, éxito profesional y una holgada posición económica. Sin embargo, no se encuentra satisfecho de todo, algo le falta. 

Estando en una terraza de Menorca, de repente, cree reconocer a una mujer, cuyo nombre desconoce pero con quien difrutó de los diez días más intensos de su vida. al principio duda, porque físicamente está muy cambiada, pero sus ojos, esos que nunca logró olvidar, le dijeron que era ella. 

Ese encontronazo con el pasado, sumergido en  los recuerdos pero que tanto significó para Diego hacen que, a pesar del alto riesgo, corra a buscarla para precipitar el reencuentro.

Opinión personal!

Jacobo Bergadeche nos ofrece una novela envolvente y adictiva, cuya intensidad se incrementa a medida que avanzas en la lectura.

Con una prosa cálida, Las despedidas es un libro de emociones, de reencuentros, de sentimientos. Habla sobre ese pasado idealizado que no pudo ser porque fueron otros los caminos que se tomaron.

Otro tema que aborda es el duelo, cómo cada persona necesita hacer su propio proceso. Y  cómo la mayoría de las veces nos es más fácil hablar de ello con una persona desconocida para poder superarlo sin olvidar a la perdona querida.

Por el título quizás pudiera parecer un libro triste per no lo he sentido así y eso que alguna lágrima he derramado al terminarlo.

 A mi me ha parecido una historia muy bonita, con unos personajes inolvidables con los que me he emocionado y he llegado a sentir el calor de ese abrazo

Viajamos a Menorca para conocer a nuestro protagonista Diego. Un padre de familia con tres hijos y una esposa con la que no mantiene la magia del principio.

Con preparativos de la fiesta en la nueva casa familiar, Diego sale con su hija Martina a dar un paseo y coincide con la mujer que le cambió la vida por completo hace diecisiete años.
Se conocieron casualmente y nada más verse algo cambio, pasaron unos dias mágicos abriéndose el uno al otro siendo amigos y amantes a la vez. La única norma era no decirse sus nombres, la aventura solo duraría una semana y después ninguno de ellos volvería a mirar atras.
Pero la vida tenía otros planes para ellos diecisiete años después.

Considero que cada libro tiene su momento y sin duda este ha sido el mío para disfrutar de esta lectura. Es el primer libro que leo del autor y estoy segura de que no será el último.

Su manera de escribir tan cercana, delicada y cotidiana acercando al lector al entorno y dejándonos ver la profundidad de los personajes aunque para mí gusto sean un tanto estereotipados.

La trama me ha gustado mucho, un libro cortito y que tiene varios mensajes importantes que aunque muchos de ellos los demos por sabidos es la vida la que nos los muestra, a veces de las peores maneras.

Un libro de reencuentros, de hacer balance y de respetar las decisiones de las personas que marcaron nuestra vida. Pero ante todo saber quedarnos con lo bueno de cada etapa para crecer y no dejar nunca de perseguir nuestros sueños.

   Vivimos en la era de la inmediatez y, al mismo tiempo, en una sociedad que cada día deja menos espacio a lo espontáneo, al momento como algo único que no volverá a repetirse. Nos fabricamos una falsa sensación de perdurabilidad a base de fotografiarlo todo, de contarlo todo en las redes; para que nada se pierda, como lugar al que recurrir para recordar. Para que nos recuerden. 

   Nos convencemos de que el amor va de la mano de la estabilidad, de los aniversarios, de los hijos, las hipotecas, el éxito y las noches en vela preocupados por tonterías supremas que asociamos a la felicidad. 

   Pocos son los que desvían la mirada durante un día, un fin de semana, y la dejan vagar por horizontes desconocidos para descubrirse a sí mismos disfrutando, por primera vez, de algo tan simple como una canción.

   ¿Te han abrazado como si no existiera nada en el mundo más allá de ti? ¿Te han escuchado con tanta atención que has sentido que nadie más importa? ¿Y si la persona que hace todo eso es una perfecta desconocida, qué harías? ¿Te atreverías a dejarlo pasar?

   Hay minutos que valen por toda una vida.

   Hay despedidas que nunca serán un final.

"Las despedidas" es la última novela de Jacobo Bergareche, autor que conocí por su anterior novela "Los días perfectos".
En este libro se tratan temas tan trascendentales como el paso del tiempo, el tedio de la rutina, las ganas de vivir nuevas aventuras, la crisis de la edad madura y los recuerdos que cada vez ocupan más lugar en la vida.
Es un libro muy corto pero intenso, muy entretenido y tierno. Personalmente, me gustó bastante más que la novela anterior. Me pareció un relato más maduro y sincero. Eso sí, no le vendrían mal unas cuántas páginas más para que no sea todo tan brusco.

Jacobo Bergareche, conocido por su exitosa novela que tanto me gustó “Los días perfectos», vuelve a sumergirse en el complejo mundo del amor y las relaciones de pareja en su nuevo título.
En esta nueva novela, Bergareche nos ofrece una profunda reflexión sobre temas como las infidelidades, la paternidad, el desgaste del amor, el duelo, o cómo las personas del pasado pueden seguir influyendo en nuestras vidas.
El protagonista de la historia, Diego, vive un giro inesperado en su vida al reencontrarse inesperadamente con una persona del pasado que lo marcó profundamente. Diecisiete años atrás, durante el famoso festival de música Burning Man, Diego vivió una intensa relación extramatrimonial con una chica que le ayudó a salir de un pozo emocional y le permitió disfrutar plenamente y en todo su explendor de la vida durante esos días.
Sin embargo, el amor en su vida actual se ha desgastado después de años de convivencia con su pareja, Claudia. Esto hará que se haga miles de preguntas en su cabeza, que idealice lo que vivió durante el festival de música y que le entren escalofríos al tener de nuevo delante a esa persona con la que tanto disfrutó.
Este reencuentro despierta en Diego una avalancha de preguntas, una posible huida de la monotonía y su deseo de vivir, con todas las letras, pensando también en las consecuencias que esto podría tener en su vida actual donde las habituales fisuras en la relación comienzan a hacerse evidentes.
La trama se desarrolla con giros inesperados, y Bergareche nos mantiene en vilo a lo largo de la novela, pero no quiero desvelar mucho más de esta historia, y dejar aquí sin descifrar lo que ocurrirá con Diego, su esposa, sus dilemas y decisiones.
Tan solo puedo decir que a mí al menos, me ha encantado el libro, cómo Bergareche escribe perfectamente historias de parejas, y cómo nos invita a los lectores a ponerse en el lugar del personaje principal y a reflexionar sobre las complejidades del amor, las relaciones y saber enfrentar con valentía los desafíos que la vida nos presenta.
A veces hay que saber decir adiós, y como dice el autor en una de las frases del libro, “Las despedidas tienen que ser cortas, las bienvenidas largas.”
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"Tiene su lógica: conocer el nombre y el origen de la gente condiciona mucho una relación, la carga de perjuicios" ~ Las despedidas de Jacobo Bergareche.

Las despedidas es un libro corto, sencillo, amable, entretenido y con un mensaje muy bonito. Nuestro protagonista, Diego, vive en una isla en el Mediterráneo, Menorca, con su mujer y sus hijos. Un día, sentado en una terraza, reconoce a una mujer con la que hace años se enrolló en un festival de música con un trato: no se dirían nada personal del uno al otro, ni siquiera sus nombres. Para Diego aquellos días habían supuesto una catarsis en su vida y ahora, ante la presencia de la mujer en la isla, se muere de curiosidad por saber más de ella. Y ahí comienza su aventura.

¡Vaya!, me ha gustado mucho como escribe este autor. La historia es sencilla pero me atrapó desde el primer momento y no la leí de un tirón porque había que dormir. Realmente en dos bocados te lees el libro y vas a disfrutar un ratito del Mediterráneo. En el trasfondo varios temas: desde la brevedad de la vida –sí, esto pasa volando, en cuanto te das cuenta ya has pasado el juego– a cómo hay decisiones que nos cambian la vida para siempre.

Y como dice el autor en el libro "Las bienvenidas largas y las despedidas cortas. Buenas noches".

Vuelve Jacobo Bergareche tras el éxito editorial de "Los días perfectos", novela que no leí aunque sí su sinopsis. Suficiente para creer que existen paralelismos entre el personaje principal de ambas: un matrimonio, desgastado por el tiempo y la convivencia, la búsqueda de una pasión intensa, aunque puntual y poco duradera, que le de sentido a una existencia gris y rutinaria.

Diego, es un empresario de éxito, casado y con varios hijos. A punto de inaugurar su nueva casa en Menorca, y de manera fortuita, vuelve a encontrarse con una mujer de la que desconoce hasta su nombre, pero con la que tuvo una breve relación hace 17 años durante un festival. En ese encuentro, que ha recordado como un sinónimo de libertad exenta de responsabilidades, de comunión, de comunicación, de quién pudo llegar a ser durante unos días, hubo una conexión más allá de lo físico, muy emocional, que a nuestro protagonista le ayuda a superar una tragedia familiar que le obsesiona. Este hecho casual puede cambiarle la vida.

El amor, la pasión, las emociones, el desgaste de las relaciones de pareja y de la convivencia, la infidelidad, el duelo, el suicidio, las relaciones paternofiliales, la búsqueda de la felicidad por encima de las responsabilidades contraídas, son los temas centrales de esta novela.

Con una narrativa ágil y fluida, Bergareche nos muestra a Diego, nuestro protagonista, dispuesto a agarrar unas horas al vuelo sin medir las consecuencias, quizá, esta vez, a hacer posible su continuidad. Su mujer, un personaje trazado de manera severa, fría y distante, con la que es difícil conectar de manera afectiva. Sólo ella, esa mujer sin nombre, parece tener clara su posición y sus circunstancias. Con un hijo, madura y coherente, sabe todo lo que nunca esperó y lo que jamás podría esperar.

Comienza la novela con una cita del "Romance del prisionero" (Anónimo), nunca más acertado: "...sino yo, triste, cuitado/que vivo en esta prisión,/que ni sé cuando es de día/ni cuando las noches son/sino por una avecilla/que me cantaba al albor"

Un instante de belleza, casi idealizado en la memoria, donde encontrarnos, donde encontrarse, al que podríamos aferrarnos toda una vida.

#EntreLibros

Mientras vuelvo a Bergareche, con el mar de frente, su olor en la piel y en las manos, páginas que me cuentan, como el mar, que al echar la vista atrás, todo se confunde en la memoria

Para mí el mar es recuerdo y memoria como para Diego fueron la mirada de unos ojos verdes.

El talento narrativo de jacobo es indiscutible, me cautivó con los días perfectos, con un personaje que también vive una vida sin horizonte, sobresale el tedio en las relaciones de pareja en las que huir ya no es una opción, pero me ha atrapado completamente en Las despedidas. Plasma limpiamente y con una gran empatía temas universales como el duelo, el suicidio, y la enfermedad. El valor que le damos a lo material por encima de lo humano. 

Dejamos de escucharnos y vernos permitiendo que los silencios taponen cualquier salida.

Sus Personajes van transitando un presente del que desean huir, pero el triple salto mortal de un recuerdo hace quela memoria del pasado se convierta en presente. 

Es la vida y sus confabulaciones la que llega para recordarte que sigas buscando(te) 

“No se te ocurra olvidarme” es una frase que me ha calado hondo por su significado personal. Nunca olvidas a quién estuvo/ está en tu vida.

Los recuerdos se hacen borrosos y eres incapaz de recordar quién fuiste y sobre todo quién quieres ser si dejas de escucharte a ti mismo Siempre hay una inflexión en la vida que te hace volver a ti, un hecho, una mirada, un encuentro. No nos despedimos de esas personas que pasan por nuestra vida y dejan una huella en nosotros, porque tarde o temprano algo te recuerda que estuvieron, las despedidas no tienen por qué avisar, simplemente se dan, a veces se intuyen, la vida siempre avisa, y en otras ocasiones no es opcional. 



Bregareche crea historias en las que la realidad y la fuerza de los recuerdos “que empapan como goteras” del personaje se hace cotidiana y nos permite pasearla en un tú a tú mientras que los silencios van hilvanándola



cuando recuerdas un momento o a alguien especial, ¿qué es lo primero que te viene a la cabeza? Te leo

Para bien o para mal, la fuerza de los recuerdos puede ser poderosa. El paso del tiempo, lejos de diluirlos, puede encarnarlos hasta crear un dolor profundo o bien engrandecerlos hasta volvernos nostálgicos de un tiempo pasado que, no dudamos, fue mejor. En ambos casos, la despedida es larga y difícil.

Diego, después de veinte años, se reencuentra con una parte de su pasado cuyo presente insatisfecho romantiza hasta el punto de hacerse preguntas que podrían cambiar su futuro.

Acudí a la llamada de Las despedidas empujada por la fama que Los días perfectos había otorgado a Bergareche, pero tal vez me equivoqué de novela. Tal vez tendría que haberme estrenado con esa que lo ha encumbrado o puede que, simplemente, no sea un autor para mí.
Si algo le pido a un libro es salir de él diferente a como he entrado. No tiene que cambiarme la vida, ni abrirme necesariamente los ojos a algo, pero sí debo sentir que esa historia ha pasado por mí, que sus personajes han vivido conmigo y evolucionado de algún modo. No me ha ocurrido.

Se ponen sobre la mesa temáticas interesantísimas: las imposiciones sociales, las apariencias, el suicidio, el duelo… pero, para mi gusto, no se ahonda en ninguna. Diego vivirá muchas cosas en estas páginas y, sobre todo, cavilará sobre ellas. Aun así, cuando termina la novela, siento que no ha evolucionado nada, que sigue siendo el mismo que al principio, que no ha habido aprendizaje. Puede que no haya sabido verlo, no os lo voy a negar porque me ha costado empatizar con él, o puede que el mismo autor no haya buscado cambios en él como una muestra de la conformidad, aceptación o pasividad con la que viven algunas personas. Sea como fuere, esta historia no ha sido para mí.