Supongo que no hay nada que le guste más al amor que las historias imposibles. Y no hay nada más imposible que aquello en lo que no cree nadie. Hasta los fantasmas, dicen, guardan el secreto de su existencia en la creencia de la gente.
|
Supongo que no hay nada que le guste más al amor que las historias imposibles. Y no hay nada más imposible que aquello en lo que no cree nadie. Hasta los fantasmas, dicen, guardan el secreto de su existencia en la creencia de la gente.
|
—Tú mereces una historia perfecta, de princesas, y yo no creo en la magia. Nos querremos bonito, ¿cuánto? ¿Un par de años? Como mucho. Después, poco a poco, te darás cuenta de que solo soy un sueño que no se cumplió. Y me odiarás por lo que no conseguí ser. Y yo te odiaré a ti por ser demasiado buena para mí.
|
Supongo que aún tenía muchas cosas que entender de mí misma para asumir por qué me daba tanto miedo no olvidar. Lo nuevo, lo que exige de nosotros más esfuerzo, más pasión, menos control… siempre aterroriza de primeras.
|
Le hablé de que jamás soñé con ser nada en concreto, que en mi cabeza lo único que existió siempre fue la imagen de una yo mejorada que nunca terminaba de alcanzar y la sensación de vacío.
|
(…) estábamos intoxicados como solo puedes sentirte cuando empiezas a amar y aún no te has hecho las preguntas que más asustan.
|
Aquella noche ha terminado por convertirse en una de esas imágenes que alimentan el recuerdo, de las que está compuesta la nostalgia y que nos hacen sentir que un día, allá a lo lejos, en la memoria, vivimos, además de existir.
|
Tenía unos ojos increíbles…, nunca dos ojos marrones guardaron tanto en su interior…, galaxias escondidas en pequeñas vetas doradas. Dudas. Emoción. Un cuento imperfecto.
|
En ocasiones, los ojos matizan las palabras con emociones que no caben en ninguna frase.
|
La perfección es romántica por pura casualidad y lo más bello es siempre lo más efímero.
|
Y es una lástima que la vida no sea una película en la que podamos ir escogiendo la banda sonora que merecemos en cada momento, porque allí nos merecíamos escuchar una de esas canciones ñoñas y apoteósicas que nos hiciera comprender que uno ya es afortunado viviendo y sintiendo las cosas, aunque sea a destiempo y con alguien con quien no se deberían vivir. Uno no puede escoger guardar un poco de emoción para vivirla más tarde con quien todo parece apuntar que toca hacerlo.
|
Manolito ...