No estaba enamorada, eh, lo que estaba era dolida. Y hay algunas heridas que no dejamos sanar porque nos sentimos responsables de ellas.
|
No estaba enamorada, eh, lo que estaba era dolida. Y hay algunas heridas que no dejamos sanar porque nos sentimos responsables de ellas.
|
O pecamos de conformismo o de soñar demasiado. Nos enseñan a aspirar a más pero no a ser felices con lo que hay.
|
Cuenta una leyenda oriental que nacemos con un hilo rojo atado a uno de nuestros dedos y en cuyo otro extremo se encuentra la persona con la que estamos destinados a compartir la vida. Este hilo no desaparece y no le afecta el tiempo ni la distancia. Da igual si el hilo se enreda un poco y tardas en conocer a esa persona porque puede estirarse, es paciente y no se rompe. Te acompaña desde tu nacimiento a lo largo de toda la vida e irremediablemente te lleva a tu destino.
|
Estar sola no está mal. Estás contigo. Si estás triste, es por ti. Si estás feliz, también. Es muy reconfortante ser la única persona responsable de tus estados de ánimo; te hace sentir dueño de ti mismo.
|
Aprendí que querer bien también deja un espacio para las dudas porque nada que te haga tan locamente feliz está exento del pánico de perderlo.
|
Creí que sin cargas podría volar, pero lo único que conseguí fue desaparecer.
|
La vida no es un juego -le respondió ella jadeando. -La vida es lo que hacemos cuando estamos juntos.
|
El amor no es culpa de nadie. Solo sucede.
|
La mayor declaración de amor es la que no se hace; el hombre que siente mucho, habla poco. Tampoco es mío, lo dijo Platón.
|
O pecamos de conformismo o de soñar demasiado. Nos enseñan a aspirar a más pero no a ser felices con lo que hay.
|
¿Cuál es el órgano que trasplantan a Cora?