La magia de ser Sofía

Quizá con la edad ciertas cosas van cayendo por el camino para dar más importancia a las que sí que valen.

Y cada vez que ella agitaba las pestañas a mí me gritaban todas las entrañas, pero en silencio. Y se me desbordaba el sentimiento en la respiración, llenando tanto mi interior que nunca tenía suficiente oxígeno en los pulmones. Con Sofía me asfixiaba la sorpresa de quererla tanto. ¿Ya? ¿De pronto?

Llorar no es una debilidad, no muestra fragilidad, sino la valentía de saber hacerlo.

El amor no es universal, cada uno le da su propia definición y, con alguna, pueden rompernos el corazón.

Hay batallas que tienes que perder tú solo para que la moraleja sirva de algo.

No creas siempre que lo que opinan los demás es más importante que tu propio bienestar. Cuando algo no nos gusta..., hay que cambiarlo. O al menos pelear un poco, intentarlo

Que lo que quieres no haga que se te olvide lo que mereces.

O pecamos de conformismo o de soñar demasiado. Nos enseñan a aspirar a más pero no a ser felices con lo que hay.

"El café de Alejandría fue un psiquiátrico por horas y un circo con trapecistas y payasos en el que nunca sabías qué papel ibas a tener que interpretar, si el de doctor o el de loco, el de artista o el de titiritero"