"Me gustaba su candidez y el fuego que, lento y escondido, quemaba dentro de ella. Ella no lo sabía. Ella no tenía ni idea. Pero, joder..., tenía unas alas inmensas que, como no sabía que existían, nunca había extendido ni experimentado qué se siente con ellas. Me pregunté si abarcarían el mundo".
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