Un hijo

Este libro me gustó mucho.
Tanto Guille como su padre me enternecieron y me dieron mucha pena, pero también me sorprendió la madurez y entereza de un niño tan pequeño.
En cuanto a la psicóloga y a la maestra ojalá todos los profesionales cumpliésemos con nuestro trabajo con tanto esmero y buen hacer.

Un hijo (2015), escrito por Alejandro Palomas es un libro de esos que se nos pegan a la piel y es imposible dejarlos hasta haberlos devorado. O hasta que ellos se nos hayan colado bien dentro.
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Guille es un niño introvertido de sonrisa incombustible que disfruta de la lectura y goza de una gran imaginación. Su obsesión por Mary Poppins es compartida por su única amiga, Nazia, con quien va a actuar en la función de Navidad del colegio hasta que las tradiciones de la familia de ella triunfan sus ilusiones. Su profesora, Sonia, se implica muchísimo con él porque cree que lo que muestra es la punta del iceberg de algo muy grande y lo deriva a María, la maravillosa orientadora interina, que rascará en dibujos y buscará entre silencios el misterio que oprime a nuestro protagonista. Para ello solicitará el permiso y la colaboración de Manuel, el torturado padre de Guille, que descubrirá cómo un hijo puede salvarte del mayor de los naufragios.
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La máscara de normalidad oculta el universo frágil de un mundo que se ha hecho añicos. Sus pedazos llegan hasta nosotros metidos por una marea de emociones que nos invaden y nos arrastran, que nos hacen creer en nuestra capacidad para hacer magia, para amar sin reservas, para vivir sin miedo a desnudar el alma.
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Ha sido cerrar "Un hijo" de Alejandro Palomas y darme cuenta de que los sentimientos salen de las paginas de este autor para entrar a formar parte de nuestras vidas. Es un libro al que hay que acercarse sin saber nada de el, solo con la certeza de que el autor nos va a hacer sentir, a enseñarnos una lección de sinceridad y a hacernos ver que un pequeño como Guille no es tan pequeño, es todo un personaje digno de acoger como si de la familia fuese.

¡Qué bonito escribe Alejandro!
Es una historia tan entrañable y siendo el personaje principal un niño, que con su voz y su mente infantil hace que una historia sencilla sea conmovedora y termines la lectura queriendo a Guille como alguien de tu familia. Leer a Alejandro Palomas siempre es recomendable.

Un hijo de Alejandro Palomas.
Guille, un niño aparentemente feliz y muy sensible, vive con su padre y la extraña ausencia de su madre. Devora los libros, los cuentos de hadas y es fanático de Mary Poppins, tanto es su fijación qué de mayor quiere ser como ella. No le gusta los deportes él prefiere el ballet. Su maestra extrañada por esa fijación decide que Guille sea visto por la orientadora del centro. Lo qué descubriréis os dejará impresionados. Un secreto narrado a través de varios personajes, de sus sentimientos, sus vivencias.
Desde el minuto uno querréis a Guille, tan dulce, frágil y fuerte a la vez.
De fácil lectura que os llegará al corazón.

Es una novela muy emotiva que me conmovió hasta el alma y llore en el final con mucha emoción.
Que valiente el pequeño Guille, con su sensibilidad, su imaginación dulce y pura. Me dio mucha pena Manuel, el padre de Guille.
Alejandro Palomas narra de manera muy tierna que nos llega a nuestros corazones. La recomiendo.

Hace un tiempo descubrí a esta maravilla de escritor que con su delicada pluma y su sensibilidad innata consigue emocionar y encandilar.

En esta historia nos adentraremos en la vida de Guille, un niño muy especial de 9 años, que tiene una obsesión con la niñera mágica, Mary Poppins. Su vida está llena de sufrimiento, soledad y tristeza debido a una situación familiar un tanto peculiar. Durante la novela vamos conociendo a los diferentes personajes que componen la vida de Guille, su padre, su mejor amiga, su profesora y su orientadora. Cada capítulo está narrado de una forma muy bien hilada y en primera persona por cada uno de ellos.

María, su orientadora, a través de varias sesiones consigue descubrir y/o destapar el porqué de la obsesión con Mary Poppins.

Cabe destacar de Alejandro Palomas que con una historia tan sencilla consigue dejarte sin palabras. Una historia y unos personajes con una sensibilidad abrumadora. Desde la primera página conectas con Guille y su mundo fragilísimo manteniéndote enganchado hasta conocer todas las respuestas. Además, toda la novela está repleta de situaciones muy reales lo que nos ayuda a empatizar fácilmente. Si tuviera que definir con una palabra este libro sería: REAL. Y conseguir que una historia ficticia traspase el papel y nos haga reflexionar sobre situaciones reales de nuestra vida cotidiana o de vidas ajenas es un regalo. Y este tipo de regalo sólo nos lo pueden ofrecer autores del nivel de Alejandro Palomas.

Una de las cosas que también se agradece y ayuda a meterse en la historia es que el libro adjunta los dibujos, cartas y redacciones que Guille hace para su orientadora, María. Esto último nos ayuda junto a María a ir descubriendo simultáneamente y poco a poco la verdad que esconde Guille.

Por otra parte, y hablando de las cosas negativas, me ha resultado un poco previsible. A mitad del libro ya me imaginaba el final ya que todo indicaba a ello por lo que no me ha impresionado como debería o como me hubiese gustado.
Me ha faltado conocer más a Manuel Antúnez, padre de Guille, ya que es un personaje fundamental en la historia y no se le da tanto voz como debería. Me hubiese gustado conocer sus sentimientos y el porqué de su frustración. En definitiva, conocer lo que hay detrás de todo lo que aparenta. Y lo mismo me ocurre con Nazia, amiga de Guille, que también esconde una vida difícil.


Si estás buscando un libro que te haga emocionar a través de los ojos de un niño o si quieres descubrir la fortaleza que se esconde detrás de esta historia seguramente no te defraudará.
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Esta historia nos cuenta las aventuras de un niño llamado Guille que os robará el corazón. Y os lo digo así, sin parafernalias y tonterías. No creo que pueda existir una persona que lea la última página de este libro y no admire y adore a Guille. Esta novela, como bien dice la nota del final, es una catarsis para todo lector. Puede que no os deis cuenta, porque Palomas ha sido muy sutil a la hora de ir entretejiendo los conflictos que se desarrollan en la vida de estos personajes, pero llegará un punto en el que sentiréis una bola en la garganta que antes no estaba ahí (o al menos eso parecía). Puede que lloréis, yo lo hice, puede que suspiréis con alivio, puede que simplemente sonriáis, pero Un hijo os hará sentir de verdad. No te hace abrir los ojos, te hace ver la vida a través de una maravilloso caleidoscopio decorado con las ilusiones y pasiones de un niño que quiere cambiar las cosas para mejor.

Guille sólo es un niño como cualquier otro, ¿no? Ingenioso, avispado, pero sobre todas las cosas siente fascinación por Mary Poppins. Él quiere ser como ella, y es aquí donde empezarán a surgir los problemas. Sonia es la tutora de Guille y empieza a sospechar que detrás de esa aparente felicidad Guille esconde cosas importantes, pues tiene contestaciones y razonamientos un tanto peculiares. Por esta misma razón, decidirá recomendarle al padre de Guille, Manuel, que su hijo vaya a un par de sesiones con la psicóloga del colegio, María. A partir de aquí, María y Guille mantendrán unas charlas muy interesantes en las que ella intentará hurgar en los recovecos más oscuros de Guille para saber la verdad. Me ha encantado que en el libro se puedan ver todos los 'deberes' (cartas, dibujos, redacciones) que ella le encarga. No hicieron más que aumentar mi curiosidad; no es la primera vez que digo que me encanta desentrañar misterios, el análisis psicológico y sacar mis propias conclusiones.

Una de las cosas más curiosas de Guille es que prácticamente no habla de su madre. ¿Por qué un niño de su edad haría tal cosa? ¿Dónde está ella? Su padre, por su parte, no se parece en nada a Guille, o más bien al revés. Manuel es serio y práctico, todo un defensor del 'mi hijo se convertirá en un macho si le apunto a algún deporte de hombres'. Porque sí, él también es consciente de que su hijo se siente muy unido a esa mujer mágica que es Mary Poppins, y no le hace ninguna gracia. El hecho de que Sonia le diga de llevar a Guille a ver a la psicóloga tampoco es que le haga especial ilusión, podéis imaginároslo.

No quiero contaros mucho más, porque es que este libro realmente gira en torno a la misma idea: lo que Guille representa, lo que Guille es capaz de enseñar. Es una novela con la descubres cosas que a simple vista pueden pasar desapercibidas o que puede que en ningún momento te hayas planteado porque parece algo absurdo. Toca temas profundos como la ausencia, el dolor y las mentiras, como también otros relacionados con la amistad, el amor o la religión. al final esta historia tiene sus giros y sorpresas, una de las cosas que más me ha gustado del estilo de su autor. Sabe manejar a la perfección el misterio, la intriga, y cuando todo se resuelve lo hace de una forma tan natural que no podrías imaginarte el desenlace del libro de otra manera.

Un hijo es un libro tan realista que hasta da miedo. Supongo que esa es una palabra que lo define bastante. ¿A qué le tiene miedo la gente? ¿Hasta dónde es capaz de llegar el ser humano para huir de sus más profundos miedos? Sentaos, porque Guille tiene una preciosa y triste historia que contar.
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Que increíble es leer, ¿no? Que bonito es meterte tanto en una historia, acabar un libro y sonreír, llorar o ambas. Esta es una historia preciosa, para variar viniendo de este autor.
Guille es un nuevo personaje que añadir a mi lista de "os adoro", y que me ha enseñado en las poco más de 200 páginas la fortaleza que puede tener un niño, la increíble capacidad de empatía que esos seres pequeñitos tienen y que de verdad, me sorprenden cada día. Que importante son los profesores, y que importante es tener la salud mental.

¿Qué ha sido esta preciosidad que acabo de leer? Oh, qué historia tan cargada de sensibilidad, de cariño y de ternura, del olor a infancia, pero también del dolor, de verdades amargas y de secretos que se desentierran poquito a poco aunque están a la luz, pero no todos quieren verlas.

A pesar de que el "misterio" es muy predecible y me frustraba que el personaje de María no se decidiera a buscar alternativas a la respuesta que el niño le dejaba en bandeja, su personaje me ha parecido una pasada: una psicóloga de pies a cabeza, con la delicadeza necesaria en su profesión, del mimo con el que cuidaba cada palabra de Guille, de querer cuidarlo y protegerlo, todo en ella ha sido profesionalidad y respeto, además de su personalidad tan redonda, de la voz de la que le dota, del cuidado en las sesiones con el niño, pero la firmeza en el resto de su vida.

Guille ha sido una maravilla, no puedo definirlo de otra manera, además de que sus capítulos tienen la voz de un niño, sus palabras, su manera de expresarse, su manera de ser... Buah, es que he flipado muchísimo del trabajo del autor en darle la historia de un niño, especialmente al tener que ir cambiando y alternando partes de adultos y partes de niño. Pero volviendo a Guille, su personaje es pura magia, de esa que te encandila con su inocencia, aunque a veces tenga picos, de su obsesión con Mary Poppins, de los secretos que se van escapando de su boca, creando pequeños caminitos hacia la verdadera realidad, de su fiel creencia en la magia, en la palabra mágica que haga que las piezas del puzzle se puedan volver a juntar y que puedan volver a creer. Jo, es que no sé cómo expresarme, pero su personalidad ha sido todo lo que esta novela necesitaba.

De la trama prefiero no hablar, no tenía ni idea de qué iba este libro, es más, pensaba que iba a encontrarme otra cosa de la que realmente he visto entre sus páginas, pero creo que ambas alternativas habrían salido igual de bien, pero me quedo con esta: por la manera que me ha removido, por el cariño que hay en su historia, en sus personajes, en cada pequeña pincelada de sus personalidades y de sus secretos. Todo ello hasta llegar al final, ese que me ha mantenido en esa pequeña tensión, que me ha estrujado el corazón con fuerza, para después llenarlo del cariño que necesitaba y acabar dejándolo tan calentito que hasta respirar sale de otra manera: más limpia, más pura, más real.