Es una novela muy emotiva que me conmovió hasta el alma y llore en el final con mucha emoción. Que valiente el pequeño Guille, con su sensibilidad, su imaginación dulce y pura. Me dio mucha pena Manuel, el padre de Guille. Alejandro Palomas narra de manera muy tierna que nos llega a nuestros corazones. La recomiendo. |