Un amor

Es la primera novela que leo de Alejandro Palomas, por lo que no estoy familiarizada con su estilo como otros muchos lectores/seguidores del autor y, al principio, me resultó difícil. No me entusiasmó la trama ni la voz de Fer hasta pasadas unas cuantas páginas donde, desde la cotidianidad y el sentido del humor (me he reído mucho en según qué situaciones y diálogos), habla de su maravillosa y peculiar madre albina Amalia, sus hermanas Emma y Sílvia, de tía Inés y otros personajes muy vivos en la memoria y en nuestra imaginación, así como de “anécdotas” familiares y personales que provocan que nuestro espíritu “cotilla” siga leyendo para adentrarnos en una boda y un cúmulo de situaciones y aprendizajes procedentes del pasado y el presente con las que más o menos podemos sentirnos identificados. Me ha encantado Amalia, la madre (imposible no encariñarse con ella y el resto de personajes) y, especialmente, he adorado los recuerdos de la sabia abuela Ester. Guardo algunas de sus frases y lecciones a cuál más maravillosa. Leí en redes sociales que la abuela del autor le dijo que él no escribía para que le leyeran, sino para que le quisieran. Me quedo con eso. No con un amor, sino con EL amor. Bravo.

Es el primer libro que leo de este autor y la verdad, aunque al principio me costo un poco meterme en la historia, finalmente me engancho y me lo acabe en un suspiro.

Un amor es una novela, que mas que fijarte en la historia, te fijas en los personajes, en como cuentan sus problemas, sus vidas, como los vamos conociendo, una novela que que habla de humildad, de amor, de las verdades y las mentiras, de lo difícil que pueden ser las cosas en la vida, pero que el amor entre la familia puede con mucho...

Una novela, que se desarrolla en 24 horas, con una boda, un cumpleaños y muchos flashes al pasado donde cada uno cuenta algo de su vida.

Muy recomendable.

En el mismo estilo de las dos novelas anteriores, en esta tercera entrega de la saga familiar, Palomas nos sigue presentando los dislates de Amalia, una madre de familia, que en el ocaso de su vida teme que sus tres hijos, y sobre todo el menor, no estén preparados para su partida y estos mismos hijos, con sus dispares vidas, temores y mentiras también temen no saber afrontar ese duro momento. Una lectura agradable, que a ratos es capaz de sacar a los lectores una sonrisa, en otros, el deseo asesino de atentar con esa madre, pero que sobre todo nos conmueve e interpela.

De nuevo volvemos a sumergirnos en la vida de Amalia y sus tres hijos Silvia, Enma y Fer. Una familia a la que ya conocemos de sobra tras haber leído “Una madre” y “Un perro”. En esta ocasión, estamos de celebración: Enma se va a casar. Casualmente, el mismo día de la boda Amalia cumple años así que deciden hacer una doble celebración. Pero no hay dos sin tres y habrá un tercer acontecimiento que, seguramente, moverá los cimientos de esta familia.

Sin duda, un acierto por parte de Alejandro Palomas al recuperar unos personajes que, para quienes habíamos leído con anterioridad “Una madre” y “Un perro” ya eran un poco nuestros, ya formaban de alguna manera parte de nuestra familia. Adoro a estos personajes, a todos y cada uno de ellos. Los cuatro son tan reales, tan suyos, tan nuestros, que no me importaría reencontrármelos una y otra vez

Como siempre cuando se trata de este autor, “Un amor” es pura emoción y sentimiento. Ya lo he dicho al principio: no hay otro autor -o yo no lo conozco- capaz de hablar tan bien de los sentimientos, con tanta sensibilidad y profundidad.

Amalia, como siempre, está que se sale. Ya conocíamos por las novelas anteriores su vida: una mujer divorciada, de unos setenta años con una inocencia y una inconsciencia que cautiva. En esta ocasión vamos a profundizar en aspectos que en las novelas anteriores estaban poco más que apuntados: por ejemplo, en cómo fue el divorcio: las causas, el motivo, el después. El cómo lo llevó Amalia y cómo lo llevaron sus hijos, la relación o falta de relación que después han tenido éstos con el padre. También conoceremos su estado de salud, algún susto que ha dado a sus hijos. Y su infancia. Y es que Amalia siempre fue diferente. Nació albina y ya desde niña tuvo que escuchar que no eran tan buena como los demás. Pero ella es una superviviente nata y ha sabido adaptarse a sus limitaciones y a las diferentes situaciones que ha tenido que vivir. Porque Amalia es, sin duda, una mujer muy sabia, que no os engañe su aparente inconsciencia porque sabe más de lo que aparenta.

Luego están sus tres hijos Silvia, Enma y Fer. Muy diferentes los tres pero una piña cuando se trata de proteger a su madre. Silvia es la aparentemente más fuerte de la familia. La mujer de éxito, la que siempre lleva las riendas, la de carácter más fuerte. Silvia lleva sin paciencia la forma de actuar de su madre, le riñe como si la madre fuera ella y no Amalia, tiene arrebatos de ira. Es, probablemente, el personaje que menos gusta de todos pero, en el fondo, ya sabemos que ahí hay algo, que Silvia también sufre y estamos deseando que nos lo cuente y poder ayudarle. ¿Quizás lo haga en este libro? A Enma la conocimos como una mujer herida por un hecho del pasado pero, por suerte, ha salido a flote y ahora las cosas le van bien: de hecho, toda la novela gira en torno a su boda. Enma es, sin duda alguna, un personaje tierno y entrañable, realmente encantadora. Y luego está Fer que, además es el narrador de la historia. Un hombre muy sensible, que adora a su familia y que haría cualquier cosa por ellos.

Los personajes son tan reales que se salen del papel. Ya los conocíamos de antes y da gusto profundizar en algunos aspectos de su vida.

Como todas las novelas de este autor, combina el humor con el drama. Hay momentos que no puedes evitar reír -o, al menos sonreír-, con las salidas de Amalia. Hay algunos párrafos que, de verdad, son para partirse. En otros momentos, en cambio, se te pone un nudo en el corazón y tienes que contener las lágrimas. Y es que, como digo, esta novela es emoción pura. No puedes evitar zambullirte en ella y vivirla como lo hacen sus personajes, con los sentimientos a flor de piel.

La historia transcurre en un lapso de pocas horas, apenas un par de días pero, en realidad, se retrotrae continuamente en el tiempo para contarnos historias pasadas. Además, introduce a dos personajes, ambos muy interesantes: Magalí y tía Inés.


Conclusión

“Un amor, como “Un perro” y“ Una madre” es una novela muy grande, de esas que nos llegan al corazón y que permanecen durante largo tiempo en nuestra memoria. Me ha transmitido muchísimas cosas, emociones encontradas, risas y lloros, he sufrido con sus protagonistas…, en definitiva, la he vivido

Una vez más, una novela de Alejandro Palomas estará entre mis mejores lecturas del año.


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El tercer libro que leo de las desventuras de esta familia con Amalia al timón. Nuevas situaciones, problemas y alegrías con ellos nunca te aburres, lo pasas mal y te ríes a carcajadas con las situaciones que crea Amalia. Un libro entrañable, es un placer ver el comportamiento de cada miembro de la familia ante los distintos escenarios y problemas que surgen. Solamente tengo buenas palabras y recuerdos para estos libros q que te lees en un suspiro. (me he leído dos este mes).

Un amor supone un reencuentro con una familia muy querida para los lectores: Amalia y los suyos (Emma, Fer y Silvia) volverán a hacernos disfrutar de lo lindo. Como en las anteriores novelas (Una madre y Un perro) vamos a compartir con ellos un día, pero uno muy especial que, una vez más, va a dar muchísimo de sí.

Nos vamos de boda porque se casa Emma. Por fin va a dar el paso; ha encontrado en Magalí a su media naranja. La fecha del enlace coincide con el cumpleaños de Amalia y tras la ceremonia van a pasar un día en una casa rural. Un día de carreras, nervios a flor de piel, emociones, risas, miedos, culpas, secretos, incertidumbres y confesiones, en el que Amalia, de la que conoceremos ciertos detalles muy importantes de su pasado, me ha dolido más que nunca. Porque, aunque parezca mentira, a esta madraza la siento un poquito mía.

Los años no pasan en vano, han llegado los achaques propios de la edad pero Amalia sigue demostrando una generosidad sin límites. Mi madre, que tira mucho del refranero popular, dice que “una madre es para cien hijos, pero cien hijos no son para una madre”. Y aquí también sería aplicable porque, aunque esta familia hace piña, y la unión hace la fuerza, aunque Fer, Silvia y Emma quieren muchísimo a su madre y les aterra la idea de una posible orfandad, todos en algún momento han flaqueado, perdido los nervios o se han venido abajo. Ella no. Nunca. Ella es el pilar que mantiene el barco a flote. Y aunque a veces flaquee, lo hace en silencio, para no preocupar a nadie. Incluso, si lo necesita, echa mano de alguna mentirijilla, para disimilar. Y esa forma de ser tan auténtica, tan sencilla, tan desinteresada, tan “sin dobleces” y tan “madre” hace que le perdones todas sus travesuras o esos líos tan rocambolescos en los que se mete y te la quieras comer a besos porque “un amor” es ella: de persona, de mujer, de madre, de amiga…de todo. Ella da y da sin esperar nada a cambio y aunque todos son muchas cosas, ella es la suma de todos ellos.

Será de nuevo Fer, en primera persona el encargado de narrarnos el devenir de los acontecimientos; el que nos ponga en antecedentes de lo que ha ocurrido en estos últimos meses desde que Rulfo dejó atrás a R, de hacernos saber que los tres hermanos junto con tía Inés guardan un secreto para proteger a Amalia. Y, aunque esta primera persona es siempre una apuesta arriesgada, está claro que a Palomas le sigue funcionado, y en ningún momento tenemos la impresión de estar asistiendo a una historia sesgada. Nos imbuimos de tal forma en ese universo emocional, que nos sentimos uno más de la fiesta. Las historias se van sucediendo, unos personajes van cediendo protagonismo a otros, y todo va encajando a nuestro alrededor.

El día de una boda es un día de alegría. Conoceremos a Magalí, la pareja de Emma que ha llegado para integrarse de lleno en la familia y aportarle por fin estabilidad. También estará la tía Inés, esa amiga tan importante en la vida de Amalia, un personaje un tanto encorsetado en el que merece la pena escarbar un poquito. Aparece en escena Oksana, una rusa que es de esas mujeres duras y sufridoras que se ha ganado todos mis respetos con sus silencios y su complicidad.

El éxito de Palomas es no impostar. Ese chorro de emociones le sale del alma. Y dispara a matar. Su pluma sirve para dar vida a unos personajes que el lector llega a querer como si fuesen de carne y hueso, y lo más curioso es que lo consigue con una historia que es pura cotidianeidad, sin otorgarles a ninguno de ellos capacidades especiales; todo lo contrario, los hace imperfectos, inseguros a veces, caprichosos otras o incluso egoístas. Sin embargo, todos tienen muy claro el lugar que ocupa su familia en su escala de valores. Y demuestran que, aunque por momentos las cosas se puedan poner muy feas, lo importante, por encima de todo, es el amor que se profesan.

Un amor es una novela inolvidable; una historia que te duele, que te divierte, te emociona y te enseña muchas cosas: cosas tan importantes como que la vida es un suspiro, que las cosas no siempre vienen de frente, que hay que ser valiente y, sobre todo, que hay que disfrutar del cariño de los que nos rodean, ser generosos con ellos y saber escucharlos, porque no hay bastón más bonito ni más fiable que el que fabricamos nosotros mismos regalando amor.
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Hace unos meses llegó a mis manos, Un amor, de Alejandro Palomas. Gracias a Babelio, tuve la oportunidad de leer a este autor.

Tardé en empezarlo porque me enteré que el escritor presentaba la novela ganadora del Premio Nadal 2018, en Letras Corsarias y no quería leerla sin conocer a Alejandro Palomas un poquito.

La verdad es que fue un rato muy tierno, me sorprendió su franqueza y cercanía, se le notó a gusto y al resto de los presentes también.

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Un amor, es el tercer libro de una serie, Una madre y Un perro. Debo admitir que no he leído los anteriores, pero no lo he necesitado para enamorarme de los personajes de la misma.

Con ellos he llorado, me he sentido identificada y he reído; lo más curioso ha sido eso, reírme.

Es una historia llena de sentimientos de todo tipo, te hacen subir y bajar en emociones constantes.

La escritura del autor, es cordial y cercana, como percibí de él en la presentación de esta novela. Mi sensación es que Alejandro Palomas se abre en sus novelas del mismo modo que lo hace cuando se encuentra en una situación en la está cómodo y se siente apreciado. Todo eso es de agradecer en los tiempos que corren.
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Un amor es la tercera parte, después de Una madre y Un perro, en que la familia de Amalia es protagonista, aunque se pueden leer de forma independiente. Amalia, Fer, Emma y Silvia es una familia peculiar que consigue hacerse querer, porque pese a sus trifulcas y a ser tan distintos, solo desean cuidarse unos a otros.
La familia está de boda, Emma se casa; con Magalí, una policía que oculta un pasado enigmático y que supondrá el fin de momento de los desastres amorosos de Emma, y un haz de luz para Amelia. La boda coincide con el cumpleaños de Amelia, así que se prepara una jornada inolvidable para todos.

Como en Una madre de nuevo Fer es el narrador de este día tan especial. A través de continuos saltos al pasado conoceremos como ha estado la familia en los últimos meses y los acontecimientos que la han marcado y moldeado hasta la situación actual. Con un estilo intimista y sencillo, y pequeños y grandes toques de humor de la mano de las estrambóticas salidas de Amalia, Palomas nos adentra un poco más en las vidas de los componentes de la familia. Un amor está dividido en tres partes, nombradas como libro primero, segundo y tercero, y tituladas cada una con una frase que resume la esencia y moraleja que transmiten.

Amalia sigue siendo la gran protagonista alrededor de la cual pivotan todos. Una mujer que mantiene el temor a lo de fuera, a la mirada ajena, pero que ha superado grandes metas para llegar a ser quién es ahora. Una mujer de 72 años con ganas de vivirlo todo, y con una personalidad tan peculiar. Con ella siguen sus hijos. Silvia continua firme en su dureza formando un escudo que cuesta lágrimas atravesar. Emma es la sensibilidad en persona, y además por fin es feliz. Y Fer, ai Fer. La mano derecha e izquierda de Amalia, sigue pensando más en el bienestar de su madre que en su propia felicidad.

Pero ahora vienen los peros. He leído críticas maravillosas de este libro. Pero yo no he disfrutado como lo hice con Una madre. Y las razones son la siguientes. Se me ha hecho repetitivo, he tenido la sensación muchas veces de estar leyendo situaciones ya vividas en Una madre. Supongo que eso se debe a que el autor ha intentado poner en situación al los lectores nuevos, y se a lo mejor se ha olvido de los antiguos. A eso se suma que algunas situaciones me ha parecido que sobrepasan el límite de la inverosimilitud. Hasta cierto punto son graciosas, pero más allá se convierten en poco o muy poco creíbles. Quizás todo se deba a que no era mi momento para este libro, puede ser.
Algunos conceptos de moda como empoderamiento y transversalidad son protagonistas de la mano de Amalia, y si es cierto que al principio me reí bastante, cuando se repiten por enésima vez ya no es lo mismo. Por todo esto creo que el trayecto de esta familia va llegando a su fin, sin dejar de recalcar que la familia es y será entrañable, y el personaje de Amalia me sigue pareciendo magnífico y de lo más tierno.

En definitiva, Un amor sigue manteniendo la esencia de los anteriores libros. Una historia donde los personajes lo son todo, centrándose el desarrollo alrededor de sus sentimientos y experiencias.
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Alejandro Palomas tiene una pluma muy bonita, con mucha descripción y mucho sentimiento, esta novela nos hace ser parte de la historia que el autor ha creado con sus otras novelas.
Una agilidad y un frescor que sin duda hace que devoremos las páginas.

Como diría Amalia: Me siento muy empotrada. Pero mucho!
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Despues de leer Una madre, Un perro y ahora Un amor, solo se puede decir que hay libros y libros... y luego está todo ESTO.... tanta diversión, tristeza, dolor, esperanza.. y las risas... tanta vida! Solo deseo que Alejandro Palomas decida que esto continué... que Fer, Silvia, Emma y ¡Amalia! nos sigan regalando tanto....... 5/5🌟