En el mismo estilo de las dos novelas anteriores, en esta tercera entrega de la saga familiar, Palomas nos sigue presentando los dislates de Amalia, una madre de familia, que en el ocaso de su vida teme que sus tres hijos, y sobre todo el menor, no estén preparados para su partida y estos mismos hijos, con sus dispares vidas, temores y mentiras también temen no saber afrontar ese duro momento. Una lectura agradable, que a ratos es capaz de sacar a los lectores una sonrisa, en otros, el deseo asesino de atentar con esa madre, pero que sobre todo nos conmueve e interpela.
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