Todo se desmorona

"La vida de un hombre desde el nacimiento hasta la muerte era una serie de ritos de paso que le acercaban cada vez más a sus antepasados".Primer volumen de la Trilogía Africana, Achebe nos lleva a la Nigeria precolonial en la que los ritos y costumbres de la tribu tenían más peso que la propia vida de los individuos que la formaban."No pedimos riquezas, porque el que tiene hijos y salud tendrá también riqueza. No pedimos más dinero sino más parientes. Los animales se frotan el flanco dolorido en un árbol, los hombres piden a un pariente que les rasque". Toda la primera parte de la novela nos introduce en la vida de la tribu, en sus ritos, a veces brutales y a veces esotéricos, casi como si fuera realismo mágico africano. Hasta que llega el hombre blanco con su reina y su religión y claro, todo se desmorona. El título es claro cristalino. "Por muy buena posición que tuviese un hombre, si no era capaz de controlar a sus mujeres y a sus hijos (y sobre todo a sus mujeres) no era realmente un hombre". Un clásico de la literatura universal muy recomendable, bellamente escrito y que nos brinda una visión de la colonización desde el otro lado, siempre tan silenciado.

El relato tiene un claro carácter documental. Un narrador aséptico, aunque con licencia para poetizar, nos detalla la vida tribal en el África occidental de finales del siglo XIX utilizando como elemento “novelizador” la vida de Okonkwo, gran guerrero y hombre prominente de la tribu que asiste al desmoronamiento de su vida en el contexto del total y brutal desmoronamiento del mundo en el que vive.

Lo primero y lo que más llama la atención es la forma cruda en la que la novela rompe con esa visión un tanto paternalista del buen salvaje viviendo en el paraíso, todo concordia y felicidad. La sociedad que describe Achebe no tiene nada de salvaje y sí muchas razones para su reprobación. Fuertemente jeraraquizada, la sociedad estaba sujeta a estrictos ritos y tradiciones basados en un sinfín de supersticiones y costumbres ancestrales que muchas veces eran de dudosa eficacia y con frecuencia claramente censurables. Hasta el más respetuoso con la diferenciación cultural no puede sino llevarse las manos a la cabeza ante costumbres como la de sacrificar a los nacimientos gemelares o que ciertos delitos sean compensados con la entrega de familiares, generalmente jóvenes, al miembro damnificado de la tribu, y que a veces acababan siendo sacrificados en beneficio de la comunidad de acogida, o el estado de esclavitud en el que vivían las mujeres o el trascendental papel que jugaban sacerdotes, sacerdotisas, hechiceros o adivinadores en la observancia de las estrictas normas de cumplimiento establecidas casi para cada acto por cotidiano que este sea.

Tampoco reinaba la fraternidad en las relaciones intertribales, no siendo raras las guerras en las que los mejores guerreros se vanagloriaban de las cabezas cortadas que llevaban a sus casas como trofeos y que llegaban a ser utilizadas como recipientes para sus bebidas. Y aun así, las tribus llevaban siglos manteniendo una armonía social solo alterada por algunos pocos individuos incapaces de atenerse a las normas o de prosperar en ellas. Estos miembros marginales fueron los débiles eslabones de la cadena que misioneros y colonizadores rompieron mediante su evangelización iniciando así el desmoronamiento social de sus tribus.

Aunque no pueda decir que la novela me haya seducido literariamente hablando, es indudable que es una narración muy interesante por su contenido. Más allá de todo lo dicho sobre el choque cultural quiero terminar haciendo mención de esos pequeños y espléndidos cuentos que el autor va intercalando en la historia a modo de fábulas morales que eran transmitidos oralmente de padres a hijos.

Creo que una gran parte de gente estaría de acuerdo en que cuando dejas este libro, especialmente dado el final, te quedas con esta sensación de pérdida. Una sociedad, una cultura, una historia, un idioma y unas costumbres las cuales el lector ve que comienzan a desaparecer a medida que las cosas se desmoronan. Es inquietante, y para mí en este momento eclipsa otros temas del libro. Porque claro, puedes hablar sobre Okonkwo, y cómo su ambición para llegar a ser uno de los líderes de su clan, ser valiente, tener título, poder lograrlos todos e intentar ser el polo opuesto de su padre, ahuyentó a su hijo Nwoye y causó su propia caída. Se puede hablar de la estricta rigidez
y jerarquía de los clanes, en términos de cómo se trataba a las mujeres, cómo se trataba a los hombres, las costumbres en torno a la agricultura y la siembra y las disputas. El protagonista principal no es precisamente el más simpático: es misógino, violento y representa un tipo de masculinidad que muchos encontrarán opresivo. Pero todavía sentí empatía con su difícil situación y la situación de su pueblo, una vez que el Hombre Blanco entró en escena. Él es la forma en que es moldeado por su cultura y circunstancias. No, no tiene que agradarte, e incluso es posible que algunos ni siquiera sientan empatía por él. Ese no es el punto. Achebe no se guarda nada, demostrando que incluso los más fuertes tienen que doblegarse (o en este caso, romperse) debido al imperialismo.

Lo que se me queda grabado es ese sentimiento general de pérdida, que algo ha cambiado de manera irreparable y, por lo tanto, no hay vuelta atrás a recuperar lo perdido.

Se trata, creo, de una de las grandes obras de la literatura africana. Para mi, es el primer regalo (material) que me ha hecho mi hijo (con ayuda de su padre) por el día de la madre. Ya lo había fichado yo antes de eso en la librería, pero se me adelantó!

Sin embargo, tengo que reconocer que no me ha entusiasmado. Más de la mitad del libro consiste en una descripción de la vida de la aldea en la que vive Okonkwo. En ocasiones, para mi, un texto demasiado árido. A partir de entonces, es cuando ocurre el cambio: Okonkwo es desterrado de la aldea por un accidente que ocurre con su fusil y la aldea comienza a sufrir cambios por la "invasión" de misioneros cristianos.

Es interesante porque te permite acercarte a una cultura desconocida, y realmente diferente de la nuestra. Poca acción y demasiada descripción.

¿Cómo sería si alguien intenta convencerte de que todo aquello en lo que crees e incluso tu modo de vida, es erróneo, cruel y absurdo? ¿Cuál sería tu primera reacción: el diálogo o la confrontación? Desde nuestro mundo aparentemente civilizado nos sería fácil contestar.

Pero, ¿cómo sería si estamos hablando de una tribu africana que sufre la colonización del hombre blanco? Creo que partiendo de esta perspectiva no pensaríamos lo mismo.

Todo se desmorona es la historia de Okonkwo, uno de los miembros más importantes de Umuofia, una de las nueve aldeas nigerianas que comparten esa sumisión a las reglas, a los dictados de los ancianos, los designios de los dioses y una cultura del esfuerzo, el sacrificio y la dureza de espíritu.

Puede que nos cueste en ocasiones dejar de lado nuestros juicios sobre el mundo y sobre cómo deben de ser las cosas cuando leamos algunos fragmentos de la novela, donde las muertes violentas, los abusos a los considerados débiles y parias y la sumisión de la mujer al hombre son aceptados como parte de lo cotidiano, parte de la esencia de su sociedad.

Es una lectura casi hipnótica, ya que conoceremos los rituales, los paisajes exóticos, las costumbres de un pueblo que cree en maldiciones y espíritus, para los que lo más importante es evitar la ofensa a unos dioses capaces de destruir todo lo que tienen y además perseguirlos más allá de la muerte.

Gracias a @mariamm_soria me enteré de que no es solo una novela, sino que forma parte de una trilogía, lo cual me intriga porque no me imagino su continuación, ya que el final de esta libro nos deja con una sensación de trampa, de ¿cómo va a continuar esta historia de este modo?

Es la primera vez que leo una relato parecido y la verdad es que es muy entretenido aunque eso me lleva a pensar si hubiera tenido el mismo pensamiento de haber sucedido en una sociedad más afín a la nuestra; es decir, si hubiera permitido ser testigo de una crueldad semejante en aquellos que podemos llamar nuestros coetáneos.

Que la ficción no impida ver que puede que haya lugares en el mundo donde la vida se dé de forma parecida a esta historia.

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enia muchas ganas de leer esta obra de Chinua Achebe, y el #clubpickwick me dió la oportunidad, al ser elegida como lectura conjunta de este mes de julio.

Me cautivó desde el primer momento, y no pude dejar de leer hasta terminarlo.

Conocemos África principalmente desde el punto de vista de los occidentales. Pero apenas conocemos sus culturas y tradiciones antes de que el hombre blanco llegara a sus tierras.

En esta novela, el autor, nos introduce en la forma de vida, las tradiciones, creencias y forma de comportarse de una tribu de la actual Nigeria. Y en como la llegada del hombre blanco cambió todas ellas.

Y lo hace de la mano de su protagonista (Okonkwo), un hombre estricto, trabajador, pero con una personalidad y actitudes con las que no logras empatizar, pero cuya historia no puedes dejar de leer. Para él, la forma de vida de sus ancestros, el respecto a las tradiciones y la posición dentro de la comunidad, son los pilares de su existencia. Y la desaparición de los mismos, hace que se plantee enfrentarse al colonizador, incluso de forma violenta.

Creo que seguiré con la trilogia del escritor.

ALERTA ESPOILER EN LA SINOPSIS DEL LIBRO YO ME LO COMÍ.

Publicada en 1958, es una de las primeras novelas africanas escritas en inglés que ha recibido un aplauso global de la crítica.
El título de la novela procede del poema "The second coming" de William Butler Yeats.

Describe las costumbres de la sociedad de los Igbo a través de la vida de un lider luchador de uno de los nueve pueblos fiticios emplazado a la orilla del río Niger. Tambien nos muestra la influencia del colonialismo británico y los misioneros cristianos en esta sociedad a finales del siglo XIX.

Ha estado muy bien la lectura como una introducción a esta cultura pero me hubiera gustado que profundizara un poquito mas en el porque de ciertas costumbres y en como vivieron la intrusión de los misioneros cristianos en su sociedad. Me parece un trabajo muy bueno por el autor pues no juzga a ningun personaje independientemente de lo que el piense.

Todo se derrumba, todo se desmorona y las cosas caen aparte.
No es un título, son tres realidades que se suceden cuando la intolerancia revestida de civilización roza las costumbres ancestrales para imponer una verdad que solo existe en el criterio de sus seguidores, aún por sobre verdades que son inmanentes, o al menos tan antiguas que crean estilos de vida que solo son discordantes para quienes no toleran la diferencias .
¿ Como llamamos a eso...? . ¿ Civilización, cultura. Catequización .? ¿ Y porqué no colonización forzada ¿ Y porqué no esclavitud, ? . O simplemente desprecio por lo diferente.
Cuantos cauríes vale la vida de un hombre, y cuantos la existencia de toda una forma de vida.
¿ Quién es más salvaje, el que vive de acuerdo a sus reglas, o el que no acepta que existan otras ?
Chinua Achebe narra una historia costumbrista llena de eso que ha permitido que las civilizaciones florezcan, creencias, actitudes, acciones, reacciones, estilos de vida que son concordantes con el entorno, que permiten la convivencia, el crecimiento, la solidaridad y priman el respeto ; a deidades, ancestros, mayores, reglas establecidas, no necesariamente escritas , tradiciones, clanes, familias, madres hijos, a la tierra misma como fuente de vida y sustento.
Relata la vida de Okonkwo, que esta plagada de lo mismo que existe en la vida de cualquier otro. Amor, pasión, orgullo, vanidad, ira, egoísmo, apegos, tristezas, dolor, infortunios, triunfos , derrotas. . ¿ En que difiere ? . Solo en pertenecer al clan Ibo y a la aldea Umuofia .
Y en el infortunio, de estar en el lugar equivocado, en el momento erróneo. La llegada de los misioneros presbiterianos a la zona Ibo..
Una novela que me ha mantenido pegado a sus páginas con un sentimiento de solidaridad y confianza con lo más noble de la raza humana. Su compasión y fortaleza.
Y ha doblegado las mías en el cierre de la misma.
Me ha parecido particularmente atractiva la separación en versículos...revancha , ironía o burla..
“ Cuando una rana salta de día, es porque algo pretende matarla . “

Reconozco que al empezar a leer el libro se me hizo un poco pesado pero a partir del capítulo 5 me entusiasmé y lo lees del tirón. Es una obra muy interesante, además, yo nunca había leído sobre África y me ha resultado muy llamativo algunas o casi todas de sus costumbres.

China Achebe nos relata parte del día a día en una pequeña tribu de Umuofia a través del gran guerrero Okonkwo. Éste es respetado por todos pero el día que, por accidente, mata a un prohombre de su clan, se ve obligado al exilio durante siete años. al volver, todo ha cambiado. Su aldea está llena de misioneros y gobernadores británicos. Para él, todo se ha desmoronado.

El libro es una crítica a la visión que se tiene de los misioneros, la forma de implantar sus costumbres y creencias frente a las autóctonas así como muchas de las barbaridades que practicaban, por ejemplo, matar a los gemelos entre otras muchas.

Ha sido una muy buena lectura. La historia en sí es muy interesante y me han gustado mucho las pequeñas historias para explicar cosas cotidianas

No sé si mi opinión de este libro será bastante impopular pero lo cierto es que me he llevado una decepción. Sinceramente, creo que se debe a que iba con unas perspectivas y me he encontrado algo totalmente distinto a lo que tenía en mente.

Me decidí a leer este libro tan aclamado en la literatura africana porque quería apreciar ese cambio de perspectiva en la narración con respecto a la colonización. Es decir, en vez de ver cómo el hombre blanco occidental refleja en la literatura el imperialismo (como por ejemplo Joseph Conrad), quería ver ese cambio de voz con Chinua Achebe. ¿Qué ha ocurrido? En un libro de 200 páginas, a este tema en concreto el autor le dedica las última 70 y, dado mis conocimientos previos, no me ha aportado ninguna novedad o algo diferente que me hiciese exclamar “guau”. Lo más visible ha sido esa confusión cultural y religiosa al verse mezcladas dos culturas totalmente diferentes en cuanto a formas de vida y creencias, y el impacto que ésta tuvo sobre el pueblo igbo.

En cuanto a la trama, no he empatizado con ningún personaje. El protagonista es excesivamente violento y orgulloso y tiene esa necesidad de mostrar su virilidad en todos los aspectos de su vida. El autor intenta otorgarle algo de humanidad y se refleja en su conciencia, pero aún así me ha costado no juzgar.

Por otro lado, me ha resultado bastante interesante aprender sobre estas tribus y modos de vida: la importancia o simbolismo de la nuez de cola, el cultivo del ñame, los distintos instrumentos musicales, el oráculo y sus dioses o espíritus, su sentido de justicia, etc. También me ha llamado mucho la atención el lenguaje que utilizan para poner etiquetas (tremendamente sexista, pero nada sorprendente).

En definitiva, creo que es un libro que tiene mucho potencial para analizar y se podrían sacar muchas cosas interesantes pero, en este caso, a mí no me ha llenado como esperaba.
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