Te esperaré es uno de esos libros que quizás no tenga una originalidad increíble, bueno, quizás no, directamente no la tiene. Sin embargo, es de esas lecturas que enganchan desde el primer momento y que consiguen hacerte parte de la historia al 100%.
De Jennifer L. Armentrout ya empezaba a encontrar patrones de personalidades en los personajes protagonistas en sus libros de fantasía, cosa que no me molestaba, pero me hubiera gustado algo nuevo. En este libro esos patrones no se repiten. Por un lado, tenemos a Avery, una joven que se muda lejos de casa, en contra de sus padres, para estudiar en la universidad. Es una chica que a mí no me ha convencido, la verdad sea dicha. al principio pensaba que me iba a encantar, sobre todo porque tiene ansiedad, le entra pánico con solo pensar que va a llegar tarde a clase y le cuesta socializar. Pensaba que el libro profundizaría en ello, ya que son muchas las personas que sufren estas cosas, ya sea por un trauma del pasado (como es su caso) o por su personalidad, infancia vivida, etc. En cambio, es un tema que va de más a menos, igual que el propio personaje de Avery, que me ha parecido muy sosa. En algunas cosas la he comprendido, en otras no tanto, creo que sus reacciones a veces son desmesuradas y sin ninguna lógica, porque entiendo que en un impulso ocurra, pero hay cosas que hace que duran semanas y ella sigue en sus trece. Que sé que ha sufrido mucho en el pasado, que es horrible y que ello ha condicionado su vida, peeeeero me ha faltado algo en ella, y justifica actos malos con gente que en realidad solo le hace bien. Que hay que verse en sus zapatos, porque su adolescencia no fue fácil y le faltaron piezas muy importantes en su vida, pero eso no quita que su personaje no haya terminado de encajar conmigo.
Sin embargo, Cameron... Ay, mi querido Cam. ¡Qué pedazo de protagonista! Si es que es un amor de chico. Cam es un chico guapo, y lo sabe, pero queda lejos del estereotipo de chico de "estoy buenísimo, no quiero nada serio, mi lío con todas y ninguna me importa". Cam es inteligente, cariñoso, atento y muy divertido, y no tiene miedo al compromiso, ni trata a las chicas como meras conquistas. Tiene contestaciones muy buenas, muy muy buenas. Ha sido un gustazo conocerlo, sí señor. Y aguanta y comprende, sabe escuchar y solo quiere que confíen en él, sin juzgar. Una maravilla de hombre, vaya. Además, trata bien a todo el mundo, hasta a los amigos de Avery, los cuales me han sobrado muchísimo en el libro porque no aportan absolutamente nada.
La verdad es que la historia es un poco predecible, no os lo voy a negar. No os cuento nada para no soltar spoilers, pero digamos que desde el principio nos hacemos una idea de lo sufrido por Avery. Lo bonito es ir descubriendo cómo se enfrenta ella a la vida y cómo Cam se vuelve su apoyo y le da esa fuerza y ese amor que otras personas no han querido darle. Cómo se atreve a ir saliendo, a enfrentarse a sus miedos y pensar claramente en lo que le pasó, y a dejar entrar a personas nuevas en su vida. Y, por supuesto, la historia entre Cam y Avery es muy bonita, tal vez no tenga nada memorable propiamente dicho, pero te hace sonreír y creer en el amor y en las buenas personas, y solo por eso, diría que vale la pena.
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