El arte de ser nosotros comienza con dos jóvenes, Logan y Leah, esposados el uno al otro, después de una noche un tanto borrosa, de la que solo recuerdan jugar a la botella y terminar besándose. El problema es que la mejor amiga de Leah, Linda, está coladita por Logan, así que ella le pide que no le cuente nada a su amiga, mientras que él le comenta que no lo hará, pero que no tiene ningún tipo de sentimiento por su amiga, pese a que hayan tenido algún encuentro sexual alguna vez. Esto hace que Leah se enfade, lo juzgue pensando que es un capullo y que no quiera saber nada más de él, haciéndole una jugarreta en el momento. Lo que no sabe es que Logan no saldrá de su vida, y es que se lo encontrará de nuevo en otro lugar totalmente inesperado... Como veis, hay mucho salseo desde el inicio, pero os prometo que la trama no tiene esa simplicidad, sino que dentro de la historia se profundiza mucho en los sentimientos y las relaciones interpersonales.
No sé por dónde empezar a alabar este libro, porque sí, lo que le corresponde son cumplidos, por lo mucho que me ha gustado. La autora presenta una historia muy real, lo que destaca de ella es justo eso, que es una historia que podría suceder, que los protagonistas podrían ser nuestro vecinos, amigos o compañeros de clase, o incluso nosotros, y su manera de actuar, emociones y sentimientos son perfectamente comprensibles. Además,
Inma Rubiales lo narra todo de una manera que logra que nos bebamos el libro, nos atrapa con su historia, y para eso no necesita una originalidad abismal, sino calarnos hondo, y lo consigue.
Me han encantado los protagonistas. Logan tiene fama de rompecorazones, y no en el buen sentido, corren rumores con respecto a su anterior relación que no son muy halagüeños... Es un chico que está cerrado en sí mismo, sus amigos se pueden contar con los dedos de una mano y no le interesa implicarse en una relación, pero no porque la gente cree. Con él, vemos lo que es el autosaboteo, el no permitirse ser feliz por culparse y fustigarse por un error que cometimos en el pasado. Logan parece el típico guapo, pasota, al que no le importan los sentimientos ajenos, pero es todo lo contrario. Me ha dolido mucho ver toda la oscuridad que tiene en su interior por no creerse bueno para nada ni nadie.
Por otro lado, tenemos a Leah. Leah es un sol de persona, pero muy influenciable. Su única amiga es Linda, que la opaca allá donde va, porque la interrumpe cuando habla e intenta llamar la atención, teniendo complejo de abeja reina. al verse acompañada día tras día de una persona así, Leah no se ve, y siente que nadie la ve a ella, tiene la autoestima muy baja y no se da cuenta de que la amiga que tiene al lado igual no es la mejor compañía. Leah es una chica con mucho talento, estudiosa, que ama leer y escribir, y también es preciosa, pero ella siempre se ve como la persona en la que nadie se fijaría y tiene demasiadas cosas que no ama de sí misma. Yo he sido Leah también en algunas ocasiones, no de forma tan extrema, pero si que a veces me he sentido como ella, de hecho, creo que muchas personas se sentirán identificados con el personaje. Hay veces que daban ganas de zarandearla por los prejuicios que tiene y por lo ciega que está al dejarse llevar por Linda, pero la he entendido, si empatizamos con su situación, es imposible no hacerlo.
Sin embargo, confieso que es de los libros donde incluso he preferido a los protagonistas juntos que separados. Me explico, por separado me encantan, pero cuando interactúan nos transmiten una química y confianza entre ellos que deja sin palabras. Además, la relación que tienen es muy sana, y me gusta mucho cómo van pasando de ser enemigos, a ser amigos, para luego ir desarrollando otro tipo de sentimientos, pese a que atracción hay desde el primer momento. Me gusta cómo se preocupan por conocerse y apoyarse en sus sueños, respetan sus maneras de ser, hablan entre ellos de mil cosas y se van abriendo. Es bonito descubrir cómo cosas que primero eran nuevas, luego ya son familiares entre ellos, vas conociendo a la persona, justo como sucede en el mundo real. Y también es muy bonito ver cómo evolucionan juntos, luchando contra sus sombras, creciendo y ayudándose el uno al otro, confiando en la capacidad de cada uno de pelear sus batallas, pero siempre echando una mano en el caso de que alguno se caiga. Me ha emocionado mucho vivir sus momentos, que nos regalan unos cuantos. Su relación deja el corazón calentito.
Los personajes secundarios también son brillantes. Tenemos a Linda, de la cual ya os he hablado, que como podéis imaginar, no ha sido santa de mi devoción, me parece un bicho. Pero también tenemos a Mandy, la abuela de Logan, que es un completo amor, con todas sus letras, qué me he reído yo con las ocurrencias de esa señora. También destaco a Sash y a Lenny, los amigos de Logan, los cuales me han caído de maravilla, y las rimas de este último me han sacado más de una sonrisa. Me gusta cómo tratan a Logan y lo quieren incondicionalmente, pero también me encanta cómo acogen a Leah, son como su familia no encontrada hasta el momento, pero en modo amigos. El grupo que forman es encantador.
Además, el libro está lleno de citas preciosas, tengo muchísimas apuntadas. de hecho, cuando las vuelvo a leer, me da un salto el corazón, y es que por sí solas emocionan, pero cuando recuerdas los momentos de la historia todavía calan más. Y el final... Hay algún que otro capítulo en el que se me escapó una lagrimita, también por sentirme identificada por los sentimientos y situaciones que tienen lugar, pero que no comentaré con detalle para no spoilear.
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