Lolita de Vladimir Nabokov
(…) y a partir de entonces ella me hechizó, hasta que, al fin, veinticuatro años después, rompí el hechizo encarnándola en otra.
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Lolita de Vladimir Nabokov
(…) y a partir de entonces ella me hechizó, hasta que, al fin, veinticuatro años después, rompí el hechizo encarnándola en otra.
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Lolita de Vladimir Nabokov
(…) esos contactos incompletos producían en nuestros cuerpos jóvenes, sanos e inexpertos, un estado de exasperación tal, que ni aun el agua fría y azul, bajo la cual nos aferrábamos, podía aliviar.
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Lolita de Vladimir Nabokov
Nos enamoramos simultáneamente, de una manera frenética, impúdica, agonizante. Y desesperada, debería agregar, porque este arrebato de mutua posesión sólo se habría saciado si cada uno se hubiera embebido y saturado realmente de cada partícula del alma y el corazón del otro; pero ahí nos quedábamos ambos, incapaces hasta de encontrar esas oportunidades de juntarnos que habrían sido tan fáciles para los chicos callejeros.
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Lolita de Vladimir Nabokov
Hay dos clases de memoria visual: con una, recreamos diestramente una imagen en el laboratorio de nuestra mente con los ojos abiertos (y así veo a Annabel, en términos generales […]); con la otra, evocamos instantáneamente con los ojos cerrados, en la oscura intimidad de los párpados, el objetivo, réplica absolutamente óptica de un rostro amado, un diminuto espectro de colores naturales (y así veo a Lolita).
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Lolita de Vladimir Nabokov
(…) y salvo una zona de tibieza en el pasado más impenetrable, nada subsiste de ella en las hondonadas y valles del recuerdo.
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Lolita de Vladimir Nabokov
No podía matarla a ella, desde luego como habrán pensado algunos. ¿Comprenden ustedes? La quería. Era amor a primera vista, a última vista, a cualquier vista.
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Opiniones contundentes de Vladimir Nabokov
Que la necia Muerte en Venecia de Thomas Mann o las crónicas con barbas de maíz de Faulkner puedan considerarse obras maestras es un error absurdo. Creo que Salinger y Updike son los mejores artistas norteamericanos de los últimos años.
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Cuentos completos de Vladimir Nabokov
Es triste decirlo pero en las raras ocasiones en las que Lik hablaba de su pasado, recordaba públicamente al muerto imaginario con esa sonrisa artifical que concedemos a los tiempos lejanos, una sonrisa que habitualmente duerme oronda en un rincón de su jaula pestilente.
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Lolita de Vladimir Nabokov
Nos enamoramos simultáneamente, de una manera frenética, impúdica, agonizante. Y desesperada, debería agregar, porque este arrebato de mutua posesión sólo se habría saciado si cada uno se hubiera embebido y saturado realmente de cada partícula del alma y el corazón del otro.
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La verdadera vida de Sebastian Knight de Vladimir Nabokov
Sea cual fuere su secreto, conocí otro secreto: el alma no es sino un modo de ser -no un estado constante- y cualquier alma puede ser nuestra, si encontramos y seguimos sus ondulaciones. La vida futura puede ser la capacidad de vivir conscientemente en el alma escogida, en ciao número de almas, todas ellas inconscientes de su carga intercambiable.
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Lolita de Vladimir Nabokov
Era Lo, sencillamente Lo, por la mañana, cuando estaba derecha, con su metro cuarenta y ocho de estatura, sobre un pie enfundado en un calcetín. Era Lola cuando llevaba puestos los pantalones. Era Dolly en la escuela. Era Dolores cuando firmaba. Pero en mis brazos fue siempre Lolita.
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Lolita de Vladimir Nabokov
Tengo ahora ante mí la desagradable tarea de registrar una caída definitiva en la moral de Lolita. Aunque su participación en los ardores que con descendía nunca había aumentado mucho, el puro lucro aún no se había revelado.pero yo era débil, no era sensato, y me nínfula colegiala me esclavizada. A medida que menguaba el elemento humano, la pasión, la ternura, la tortura no hacía sino aumentar; y ella sacaba partido de ello.
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Lolita de Vladimir Nabokov
—Puerco —dijo, sonriéndome dulcemente—. Criatura repugnante. Yo era una niña fresca como una flor, y mira lo que has hecho de mí. Debería llamar a la policía y decirle que me has violado. Oh, puerco, puerco, viejo puerco.
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Lolita de Vladimir Nabokov
Por favor, lector: a pesar de tu exasperación contra el tierno, morbosamente sensible, infinitamente circunspecto héroe de mi libro, ¡no bonitas estas páginas esenciales! Imagínate: no puedo existir si no me imaginas. Trata de discernir a la libre en mí, temblando en el bosque de mi propia iniquidad; y hasta sonríe un poco. Después de todo, no hay nada malo en sonreír.
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Lolita de Vladimir Nabokov
El cotidiano dolor de cabeza en el aire opaco de esta tumba que es mi celda me perturba, pero debo perseverar. He escrito ya más de cien páginas y no he llegado a nada todavía. Mi calendario se confunde. Debió de ser hacia el 15 de agosto de 1947. No creo que pueda seguir. Corazón, cabeza, todo... Lolita, Lolita, Lolita, Lolita, Lolita, Lolita, Lolita, Lolita. Repítelo hasta llenar la página, tipógrafo.
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Lolita de Vladimir Nabokov
¡No somos demonios sexuales! ¡No violamos como los buenos soldados! Somos caballeros tristes, suave, con ojos de perro, lo suficientemente bien integrados como para controlar nuestra ansiedad en presencia de adultos, pero dispuestos a dar años y años de vida por una sola oportunidad de tocar a una nínfula.
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Lolita de Vladimir Nabokov
Señores y señoras del jurado, la mayoría de los delincuentes sexuales que anhelan un contacto palpitante, suavemente plañidero, pero no forzosamente copulativo, con una jovencita son extranjeros inocuos, inadaptados, pasivos, tímidos, solo piden la comunidad que les permita observar su comportamiento inofensivo y soi-disant aberrante, sus íntimas, cálidas, húmedas manías de privada desviación sexual, sin que la policía y la sociedad caiga sobre ellos.
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Lolita de Vladimir Nabokov
Quiero que mis lectores participen de la escena que he de evocar. Quiero que examinen cada pormenor y vean por sí mismos hasta qué punto fue cauteloso y casto lo ocurrido, si se lo considera como lo que mi abogado ha llamado (en una conversación privada) «simpatía imparcial». Empecemos, pues. Tengo ante mí una tarea difícil.
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Lolita de Vladimir Nabokov
Se verá por ellas que el esquema de la inventiva del diablo era día tras día el mismo. Al principio me tentaba para después burlarme, dejándome con un dolor sordo las raíces mismas de mi ser.
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¿De qué nacionalidad es el autor de esta novela?