Lolita de Vladimir Nabokov
¡No somos demonios sexuales! ¡No violamos como los buenos soldados! Somos caballeros tristes, suave, con ojos de perro, lo suficientemente bien integrados como para controlar nuestra ansiedad en presencia de adultos, pero dispuestos a dar años y años de vida por una sola oportunidad de tocar a una nínfula.
|