Nueve reglas que romper para conquistar a un granuja: El amor en cifras. Libro 1 de Sarah MacLean
El amor es solo una excusa para actuar sin medir las consecuencias.
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Nueve reglas que romper para conquistar a un granuja: El amor en cifras. Libro 1 de Sarah MacLean
El amor es solo una excusa para actuar sin medir las consecuencias.
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Nueve Reglas que Romper para Conquistar a un Granuja nº 1) de Sarah MacLean
No atreverte a vivir una aventura es peor que haber tenido una experiencia decepcionante.
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Lady Felicity y el canalla: Los bastardos Bareknuckle. Libro 1 de Sarah MacLean
—No me gusta usted. —No, no le gusta la verdad, mi pequeña mentirosa. No le gusta que vea que su absurdo deseo es una falsa amistad con un puñado de aristócratas estirados que no pueden verla como realmente es. Debería sentir una docena de emociones negativas estando él tan cerca y en la oscuridad. Y sin embargo... —¿Y que es lo que soy? —El doble de buena que esos seis. |
Un canalla que no lo era de Sarah MacLean
A felicidad. A eso huelen los libros. A felicidad. Por eso siempre he querido tener una librería.¿No crees que lo mejor de la vida es vender felicidad?.
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Lady Felicity y el canalla: Los bastardos Bareknuckle. Libro 1 de Sarah MacLean
—Y así estamos. Yo me caso y tu vives feliz para siempre. Su hermano tuvo la deferencia de parecer culpable. —Te lo mereces —dijo, incapaz de borrar la tristeza de su voz. De su mente—. Tu y Pru y los niños. Os merecéis todo lo que siempre habéis deseado. Os merecéis la felicidad. Y estaré encantada de dárosla. Pero no estoy segura de que pueda dejar de envidiaros por ello. |
Lady Felicity y el canalla: Los bastardos Bareknuckle. Libro 1 de Sarah MacLean
-Eres la mujer más notable que he conocido —añadió—, y si solo tengo este momento, este presente, entonces deseo hacerte arder hasta que las estrellas se pongan celosas de tu calor.
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Lady Felicity y el canalla: Los bastardos Bareknuckle. Libro 1 de Sarah MacLean
—Felicity… —Se detuvo, con una sonrisa en los labios—. Querida, las mujeres son los clientes. Su boca formó una O perfecta por la sorpresa. —Ah… Era un burdel al revés. —Ah… —repitió—. Eso explica por qué Nelson ha sido tan encantador. —Nelson es muy bueno en su trabajo. —Ya me imagino —dijo ella, en voz baja. —Preferiría que no lo hicieras. —Diablo soltó un pequeño gruñido. |
Lady Felicity y el canalla: Los bastardos Bareknuckle. Libro 1 de Sarah MacLean
—En cambio, a ti sí te voy a robar —dijo entonces, sabiendo que ella escucharía las palabras como parte de la historia y no como debería, como la verdad—. Te voy a robar —confesó otra vez—. Voy a robarte y a hacerte mía. —No es un robo si yo lo permito —musitó. |
Amor con Amor se paga de Sarah MacLean
He hecho un importante descubrimiento: la lógica no siempre tiene razón.
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Nunca juzgues a una dama por su apariencia de Sarah MacLean
—Desearía… Se calló cuando él la rodeó con sus brazos. —Dime… —Desearía que fuéramos otras personas —musitó—. Me gustaría que fuéramos gente sencilla, y lo único que nos importara fuera tener comida en la mesa y un techo sobre nuestras cabezas. —Y amor —añadió él. Georgiana no vaciló. —Y amor —convino. |
Nunca juzgues a una dama por su apariencia de Sarah MacLean
Así que sí, creía en el amor. Era imposible no creer en él cada vez que miraba la cara de su hija. Pero también comprendía el riesgo que acarreaba… tenía el poder de destruirla. De consumirla. Era el origen del dolor y el miedo, y podía llegar a transformarse en una infinita impotencia. Podía reducir a una mujer y convertirla en una niña con una sonrisa tonta, ayudar a soportar el peso del insulto y la vergüenza con la infinitesimal esperanza de que su dolor pudiera salvar a alguien que amaba. El amor era un asco.
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Amor con Amor se paga de Sarah MacLean
Soy un codicioso bastardo y te quiero para mí. No puedo imaginarme la vida sin ti, sin tu inquieta lógica, sin tu mente analítica y sin tu perra, aunque tenga un nombre horrible.
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Lady Hattie y la Bestia: Los bastardos Bareknuckle. Libro 2 de Sarah MacLean
—Debería haberte dicho lo hermosa que eres. Debí habértelo dicho más. Debería habértelo dicho hasta que olvidaras que hubo un tiempo en que no lo creíste.
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Lady Hattie y la Bestia: Los bastardos Bareknuckle. Libro 2 de Sarah MacLean
—No quiero forzar el asunto. No deseo ser la persona que tal vez amas. La que te hace falta para saber que amas. —Hizo una pausa—. Deseo ser la respuesta que salga de tus labios, no importa lo estoico que seas. Deseo ser la compañía que no puedes reservar solo para los días buenos y las vacaciones, porque me quieres a tu lado también el resto de los días.
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Lady Hattie y la Bestia: Los bastardos Bareknuckle. Libro 2 de Sarah MacLean
—Es brillante. Y debería estar dirigiendo el negocio. Debería haberlo dirigido desde el principio, pero su padre no se lo quiso dar.
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Lady Hattie y la Bestia: Los bastardos Bareknuckle. Libro 2 de Sarah MacLean
Vio algo parecido a sorpresa en sus ojos, ahuyentada por otra cosa: admiración. Ella se alejó de él y puso la mano en la manija de la puerta mientras el placer la atravesaba. Placer, emoción y... —Siento haberte tirado del carruaje —dijo, dándose la vuelta. —Yo no lo siento. —Su respuesta fue instantánea. |
Lady Felicity y el canalla: Los bastardos Bareknuckle. Libro 1 de Sarah MacLean
—El mundo está lleno de puertas. —Dios sabía que eso era cierto—. Me gusta poder abrir las mías.
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Lady Felicity y el canalla: Los bastardos Bareknuckle. Libro 1 de Sarah MacLean
—Suena como la trama de una ridícula novela romántica.
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Lady Felicity y el canalla: Los bastardos Bareknuckle. Libro 1 de Sarah MacLean
El hombre estaba escribiendo en el abanico, y luego se lo pasó al siguiente de su círculo, después al siguiente y al siguiente. —¿Qué están haciendo? —Algún ridículo ritual aristocrático, seguramente. —Whit bostezó ruidosamente—. La chica está bien. |
Nueve Reglas que Romper para Conquistar a un Granuja nº 1) de Sarah MacLean
-Claro que no. Porque nuestras vidas son transparentes. Podemos estar solas en una habitación, aisladas de los hombres, pero sois vosotros los propietarios de las casas en las que nos reunimos, ya que habéis estado en los sitios en los que estamos. Siempre podréis entrar y enteraros de qué hablamos, y sin embargo a nosotras nunca se nos permite saltarnos las reglas de la conveniencia, por miedo al que dirán
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Gregorio Samsa es un ...